Noche de viejas glorias, de dinosaurios o de estandartes del metal. Personalmente yo me quedo con esta última definición porque, a pesar de que en nuestro país nos gusta mucho despreciar a quien lleva media vida en los escenarios, lo cierto es que la posibilidad de ver al fundador de ACCEPT en escena, a los excelentes BLIND GUARDIAN recuperando su esencia y a uno de los mayores bastiones del heavy metal como JUDAS PRIEST demostrando ser capaces de soltar dos horas de concierto si demostrar el menor cansancio es algo que uno no puede disfrutar todos los días.
Texto: Marcel.lí Dreamevil
Fotos: Manu Cabaleiro

Como apuntaba en la introducción, hablar de Udo Dirkschneider es hablar de uno de los grandes referentes del metal a nivel mundial y es que, no en vano, este pequeño gran hombre fue quien, junto a Michael Wagener (el famoso productor) fundaron BAND X en 1968, banda que ser rebautizaría como ACCEPT en 1971. No contento con el éxito obtenido con ACCEPT, en 1987 (y de eso ya hace un cuarto de siglo) decidió embarcarse en su proyecto en solitario U.D.O y desde entonces sigue regalándonos discos y conciertos tan intensos como el que estábamos a punto de presenciar.

Quien lea esto podrá pensar que estábamos a punto de ver a un anciano encima del escenario. Nada más lejos de la realidad. Con 60 años recién cumplidos, el señor Udo, seguido de su fiel formación, a saber, Stefan Kauffmann a la guitarra(quien fue batería de ACCEPT desde 1980 hasta 1992), Igor Gianola (guitarra), Fitty Wienhold (bajo) y Francesco Jovino (batería), llevó a cabo un concierto corto pero de una intensidad abrumadora.

Así, con cinco minutos de antelación, los alemanes arrancaban el concierto con “Rev-raptor”, extraído de su último disco de homónimo título publicado el año pasado y mostrando que “lo primero es lo primero” y que, a pesar de su corto set-list, debe haber cabida para sus últimos trabajos.

El público, aunque ocupaba medio recinto en ese momento, se mostró como el mejor aliado del pequeño teutón y enseguida empezó a corear el mítico “Animal House”, de su primer disco, para continuar con “Leatherhead”, extraído de su último trabajo y presentado por el propio Udo con un extravagante castellano, intentando así ganar complicidad con el respetable. A partir de ahí, y gozando de un excelente sonido, volvió a la carga con “Vendetta”, un medio tiempo protagonizado por la potente batería de Jovino y el denso bajo de Wienhold, que sirvió para demostrar que en materia de potencia metalera U.D.O lo tiene más que controlado.

A estas alturas el público ya estaba más que preparado para el plato fuerte de su corto repertorio y es así como cayó “Princess of the Dawn”, la primera versión de ACCEPT extraída del emblemático “Restless and wild” (1982) y que sirvió de precalentamiento para, después de disfrutar del emblemático “Man and machine”, cantar “Metal Heart”. En este tema el sabio de Udo ya empezó a utilizar el clásico truco de hacer cantar a la audiencia para descansar su voz pero, para ser honestos, lo cierto es que este tema no merece menos.

Después de “Metal Heart” llegó el inevitable “Balls to the wall”. Este tema tiene casi 30 años de antigüedad pero esa noche sonó de forma poderosa y contundente. Y es que, hay que reconocer que U.D.O ya lleva años demostrando que sabe ecualizar perfectamente su equipo de sonido y ello provoca que cualquier tema que toquen, por antiguo que sea, suena totalmente contemporáneo.

Así es como llenaron sus escasos 45 minutos de repertorio, con una actitud más que envidiable, con una banda perfectamente compenetrada y demostrando, una vez más, que siguen teniendo la capacidad de demostrar lo que significa poner en escena la actitud del heavy metal que la audiencia espera disfrutar.

Como colofón, U.D.O nos regaló el histórico “Fast as a shark” de ACCEPT, tema con el consiguió la plena ovación del respetable y el deseo de ver a U.D.O en un concierto de gira para poder disfrutar de sus habituales 120 minutos de buen metal.Tal y como reza el dicho “lo bueno si breve dos veces bueno” y lo cierto es que un telonero de este nivel fue perfectamente capaz de dejar al público preparado para lo que nos esperaba a continuación.

SET LIST:

Rev-raptor
Animal House
Leatherhead
Vendetta
Princess of the Dawn (Accept)
Man and Machine
Metal Heart (Accept)
Balls to the Wall (Accept)
Fast as a Shark (Accept)

BLIND GUARDIAN

Con puntualidad inglesa salieron a escena los alemanes BLIND GUARDIAN. Una banda que, recordemos, debutó con aquel “Battalions of fear” (1988) y que empezó a despuntar con su segundo trabajo “Follow the blind” (1989), apadrinados por el propio Kai Hansen.Así, por dar el apunte anecdótico a la noche, podemos afirmar que un año después de que Udo se estrenara con su nuevo proyecto U.D.O en 1987, surgieron los BLIND GUARDIAN para marcar un antes y un después en la historia del metal alemán.

De BLIND GUARDIAN, los elfos, el Señor de los Anillos, etcétera…podríamos estar hablando horas y horas pero lo cierto es que los Guardian protagonizaron su propia época dorada entre los años 1988 y 1998 y precisamente es ese el período en el que centraron el notable set list que nos ofrecieron.

Si bien es cierto que empezaron con “Sacred worlds” de su último disco con temas nuevos (“At he edge of time” (2010)), enseguida se pasaron a los clásicos. La primera muestra fue el fabuloso “Welcome to dying” de su “Tales From The Twilight World” (1990) que, para sorpresa de todos, ejecutaron a la perfección, con un sonido envidiable y con un Hansi Kürsch que, pese a su pobre imagen como líder de la banda, supo defender de manera notable su labor vocal.

Estábamos en una noche de clásicos y los Guardian no iban a ser menos. Cayó “Nightfall”, tema con el que el público disfrutó sobremanera, para luego presentar “Turn the page” de su “A twist in the myth” (2006) que, sinceramente, pasó sin pena ni gloria.

Pero no vayamos a preocuparnos porque lo mejor estaba por llegar. Tras el “Time stands still (at the Iron Hill) de su “Nightfall in the Middle Earth” (1998) se atrevieron con su “clásico de clásicos”, es decir, “Majesty”, de su debut “Battalions of fear” (1988). Este tema lo empezamos a escuchar con cierto reparo porque, a pesar de que la banda estaba tocando al 100%, no sabíamos de qué sería capaz Hansi, a juzgar por sus recientes actuaciones. A pesar de los temores, lo cierto es que Hansi estuvo a la altura de las circunstancias y fue capaz de demostrarnos a todos que BLIND GUARDIAN “is rising” y que los problemas vocales de Kürsch parecen formar parte del pasado.

También hubo tiempo para su tercer trabajo “Tales from the twilight world” (con el que realmente triunfaron a nivel mundial en 1990) y prueba de ello fue su “Lost in the Twilight Hall” cuyo estribillo fue generosamente coreado por la audiencia.Hasta ese momento Hansi Kürsch, Marcus Siepen, Andre Olbrich y Frederik Ehmke ya se habían metido al público en el bolsillo demostrando que, pese a todo, BLIND GUARDIAN ha sido capaz de renacer de sus cenizas y que, a día de hoy, puede meter toda la caña que haga falta.

Tal vez, eso si, tengamos que decir que muy posiblemente BLIND GUARDIAN ya se ha convertido en un grupo de “clásicos” pero, al fin y al cabo, ¿a quién le molestan los clásicos cuando uno suelta 60 euros de entrada con la esperanza de divertirse al máximo?

Al hilo del comentario, supongo que los alemanes piensan lo mismo que un servidor y por eso, ni cortos ni perezosos, arrancaron ese bombazo llamado “Valhalla”, de su segundo trabajo “Follow the blind” (1990), en el que se entretuvieron todo lo que quisieron para que el público participara coreando ese clásico “Valhalla….deliverance..why’ve you ever forgotten me…”Y si alguien, a estas alturas, seguía sediento de clásicos ahí estaban los Guardian para obsequiarnos con “Mirror Mirror” (1998) seguido de “Imaginations from the Other Side” (1995), extraído de su homónimo disco que, a su vez, para muchos es considerado su obra maestra.

¿Qué más se puede pedir? Pues, evidentemente, el inevitable “The Bard’s Song – In the forest” y, como colofón, el valiente “Bright Eyes”, que aunque Hansi no pudo ejecutar al mismo nivel de la grabación original del 95, sirvió como guinda a un concierto que, como he dicho al principio, sirvió para recuperar la fe en los directos de esta banda.

Como he apuntado antes, si bien es cierto que muy probablemente Blind Guardian ya se hayan convertido en una banda de clásicos, no menos cierto es que, en directo, han sabido retomar la potencia, agresividad y fiereza de antaño. Eso si, tampoco podemos pedir “peras al olmo” así que tened en cuenta que Hansi sigue teniendo ese “extraño” comportamiento bastante lejano a lo que se podría esperar de un líder pero, a estas alturas, creo que se lo podemos perdonar.

Como conclusión puedo decir que BLIND GUARDIAN volvió a conquistarnos.

SET LIST:

Sacred Worlds
Welcome to Dying
Nightfall
Turn the Page
Time Stands Still (at the Iron Hill)
Majesty
Lost in the Twilight Hall
Valhalla
Mirror Mirror
Imaginations from the Other Side
The Bard’s Song – In the Forest
Bright Eyes

JUDAS PRIEST

Visitaron Barcelona el pasado 2 de agosto pero, tras el éxito de su gira, decidieron repetir cita en la ciudad condal para ofrecer, eso sí, el mismo repertorio que el año pasado. Por ello, si alguien optó por repetir el concierto para intentar adivinar alguna sorpresa debió quedarse algo decepcionado porque, como digo, el concierto fue exactamente el mismo excepto que en aquella primera ocasión tocaron en el Pabellón Olímpico de Badalona (lugar ya clásico en sus conciertos barceloneses) y en esta ocasión eligieron el Sant Jordi Club que no resulta tan mítico.

¿Qué se puede decir de un banda con casi 40 años de trayectoria? Evidentemente quien acudió a la cita sabía que iba a presenciar un concierto de “presunta” despedida y, por ello, cargado de clásicos (algo que, para ser sinceros, tampoco resulta sorprendente en esta banda).

Cabe señalar que el resurgir de Judas Priest (tras su incomprendida etapa con Owens) llegó a través de aquel “Angel of Retribution” (2005) ya que fue entonces cuando Rob Halford decidió volver a Judas Priest tras su abandono después del inmenso “Painkiller” de 1990. Por eso, los conciertos de la banda, a partir de la nueva era con Halford, se reducen a su época comprendida entre 1974 y 1990 con algunos matices de sus dos discos contemporáneos, a saber, “Angel of retribution” (2005) y “Nostradamus” (2008).

En cuando al concierto, como comentaba, sorpresa ninguna. Un set list programado desde hace años y perfectamente preparado para ir subiendo el octanaje poquito a poquito a medida que iban avanzando las dos horas de concierto.Con la misma escenografía de su anterior visita y con el mismo repertorio, empezó a sonar el “War Pigs” de Black Sabbath seguido del la instrumental “Battle Hymn” de su “Painkiller” para dar salida al acelerado “Rapid Fire” de su “British Steel” (1980) seguido del himno “Metal Gods” y “Heading out to the Highway” de su “Point of entry” (1981).

Tras este trío de clásicos le dieron cabida a su etapa más contemporánea con el fenomenal “Judas Rising” de 2005, tras el cual dieron la bienvenida a algunos de esos clásicos que yo, personalmente, hubiera eliminado del set-list. Estamos hablando de “Starbreaker”, del disco “Sin after sin” (1977), “Victim of changes” de aquel “Sad wings of destiny” (1976) o “Never satisfied” de su debut “Rocka rolla” (1974). En absoluto quiero desmerecer esos temas pero juzgando la reacción del público, fueron tres temas que no sirvieron para otra cosa que para enfriar a los miles de fans congregados en el recinto.

A pesar de todo, y salvada esa casi media hora de clásicos “innecesarios”, le llegó el turno a la mejor versión de Judas con “Diamonds and rust” y la actual “Prophecy” con un Halford perfectamente ataviado con su particular túnica plateada y apoyándose en su bastón “metalian” cual profeta metálico. Es verdad que para muchos pueda parecer algo hortera pero también tiene su encanto ya que, al fin y al cabo, Halford es Halford y siempre ha gustado de comportarse como un Metal God.

Con el octanaje puesto a punto y disfrutando del fantástico juego de luces y de las generosas llamaradas que a muchos nos hacían temer por nuestras pestañas, llegó uno de los primeros trallazos de la noche a cargo del feroz “Night Crawler” protagonizado, una vez más, por un Rob Halford que no se cansaba de llevar a cabo sus poses de divo del metal que a muchos puede parecer hoy día algo artificial.

“Turbo Lover” fue el siguiente tema en caer. Un tema que, aunque hoy en día se reconozca como clásico de la banda, en su momento supuso el punto de inicio de la decadencia de Judas ya que fue un tema especialmente diseñado para ganarse el mercado americano a costa de traicionar el estilo más agresivo que mantuvieron hasta la fecha. Dicho esto, lo cierto es que este tema siempre les ha resultado muy efectivo en directo y en esta ocasión lo volvieron a demostrar.

Y como dice aquella expresión…”con lo bien que íbamos y ahora me metes esto”. Nos referimos a “Beyond the realms of death” del disco “Stained Class” (1978). Una balada que yo solamente he visto defendida con uñas y dientes por Ripper Owens. Hay que reconocer que Halford, hoy en día, es incapaz de reproducir la garra y agresividad del tema original y, por eso, para el buen seguidor de la banda ver este tema en directo siempre resulta algo decepcionante.

En cualquier caso, los ingleses tampoco nos dejaron mucho tiempo para el desánimo porque inmediatamente nos obsequiaron con uno de sus mejores temas, o sea, “The Sentinel”, del más que histórico “Defenders of the faith” (1984) seguido del medio olvidado (pero no por ello menos genial) “Blood Red Skies” de aquel “Ram it down” del 88.

Llegados a este punto me percato que no he hecho alusión alguna a la banda. Seguramente porque no merecen presentación ya que JUDAS PRIEST, en directo, siempre ejecutan el mismo papel. Glenn Tipton, fundador y guitarrista, en uno de los extremos del escenario, tirando a estático pero ejecutando su labor de manera sobresaliente. Detrás suyo tenemos a Ian Hill, es decir, el bajista de toda la carrera de Judas Priest, capaz de estar dos horas sin sobrepasar su metro cuadrado de espacio y sin ánimo alguno de cobrar protagonismo alguno. En la posición central superior tenemos al bueno de Scott Travis (batería de Racer X), que acompaña a la banda desde hace 22 años y que sigue empeñado en tocar su instrumento “a la baja” (siempre he pensado que podría aportar mucho más a la banda a tenor de su contrastada excelencia técnica). En el otro extremo del escenario, y como relativa novedad, tenemos al nuevo guitarrista de la banda, Richie Faulkner (substituto de K.K.Downing), y que realmente es el que ofrece ese punto de entusiasmo y frescura al “encorsetado” espectáculo de los Judas.

De Halford poco más que decir que no se haya dicho antes. Sigue empeñado en mantener su pose de divo del metal pero, a mi entender, le sobra pose y le falta naturalidad. Las comparaciones son odiosas pero, esa misma noche, también vimos a un Udo (que tiene un recorrido similar al de Halford en cuanto a edad y cronología musical) y se le vio disfrutar bastante más que a Rob.

Hechos los comentarios acerca de la banda nos toca retomar el set-list de la banda y saltándonos el “The Green Manlishi” (tema que nunca me ha entusiasmado), pasamos al inevitable “Breaking the law”. Halford tuvo la pretensión de hacer que este tema lo cantara íntegramente la audiencia por aquello de que es un tema realmente mítico. Posiblemente Halford pasó por alto que en España el tema del inglés no lo llevamos mucho por la mano y mucho menos los fans clásicos (que hoy posiblemente peinan más de 40 tacos). Por eso, el intento fue bonito pero no efectivo. En cualquier caso, sirvió como descanso para las cuerdas vocales del veterano Halford.

Evidentísimamente, esta estrategia se vio totalmente comprendida cuando, instantes después de acabar ese tema, y tras un breve solo de batería de Travis, empezó a sonar el riff de “Painkiller”, a saber, uno de los buques insignias de Judas Priest y, a la vez, uno de los mayores retos para Halford en directo. Lo bueno es que, pese a lo imposible, él sigue intentando defender el tema “a pelo”. Lo malo es que, pese a lo imposible, este tema hace años que es insalvable a cargo de Halford.

Y llegados a este punto solamente quedaron los bises. El primero de ellos lo protagonizaron los temas “Electric Eye” seguido de “Hell Bent for Leather” (con Halford subido en la moto y adornado con la bandera catalana colgando de su espalda) para culminar con “You’ve got another thing comin’”.

El concierto estaba a puntito de finalizar y pese a sus más y sus menos lo cierto es que se había hecho corto y eso siempre es señal de calidad y de buen hacer. Quiero decir que conseguir que dos horas de concierto se pasen como si hubieran transcurrido cinco minutos de reloj no es algo que consiga cualquier banda y eso siempre es digno de mención.Cuando el concierto parecía acabado la banda apareció de nuevo en escena porque, evidentemente, faltaba la guinda del pastel. Esa guinda siempre se ha llamado “Living after midnight” y con ese tema y los coros de todo el público acompañando al estribillo de la canción, la banda, entonces si, se despidió definitivamente.No sé si volveremos a ver a JUDAS en directo o no (yo creo que sí) pero lo que aseguro es que esta despedida ha sido digna y excelente.

Texto: Marcel.lí Dreamevil
Fotos(concierto Madrid): Manu Cabaleiro

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SET LIST:

Intro:

War Pigs (Black Sabbath)
Battle Hymn

—-

Rapid Fire
Metal Gods
Heading Out to the Highway
Judas Rising
Starbreaker
Victim of Changes
Never Satisfied
Diamonds & Rust (Joan Baez)
Dawn of Creation (intro)
Prophecy
Night Crawler
Turbo Lover
Beyond the Realms of Death
The Sentinel
Blood Red Skies
The Green Manalishi (With the Two Pronged Crown) (Fleetwood Mac)
Breaking the Law (cantada por la audiencia)
Painkiller (corto solo de Scott Travis antes del tema)

Bis 1
:
The Hellion (intro)
Electric Eye
Hell Bent for Leather
You’ve Got Another Thing Comin’ (con solo de Richie Faulkner)

Bis 2:
Living After Midnight

Outro:
We Are the Champions (Queen)