Presentes en la concurrida acogida que obtuvo la presentación del último trabajo de Red Fang, junto a las apuestas The Shrine y Lord Dying, en Madrid. No queríamos perder la oportunidad de ver y constatar por qué Red Fang se está haciendo este tremendo hueco entre el público.
Texto y Fotos: Susana González

 

“Whales and Leeches”, última entrega de los de Portland y tercer largo en su haber, un corto recorrido y una popularidad in crescendo a pasos agigantados. ¿Las claves de este éxito?. Lucubramos algunas, veamos antes cómo se sucedió una noche en la que la sala Arena, abrió la parte superior para acoger al público. Pocas veces se ve últimamente, salvo excepciones, bandas como Rotting Christ no llenaron ni la mitad de la planta baja en su última visita.

Apenas pasadas las ocho de la tarde, salen a escena Lord Dying, un joven cuarteto de Oregon con su primer retoño bajo el brazo. Paisanos de Red Fang y apadrinados por el mismo sello (Relapse Records), las alabanzas que ha recibido su primogénito “Summon The Faithless” son más que merecidas. Masivo, rudo y demoledor sludge metal, sin concesiones. Destacamos a su cantante Eric Olson, imponente a la voz.

‘Descend Into External’, ‘Greed Is Your Horse’, ‘In A Frightful State Of Gnawed Dismemberment’ o la gran ‘Dreams Of Mercy’ que consiguió que los pocos que los conocían corearan el tema, y oyéramos voces de otros, sorprendidos; ”Joder, son muy buenos…”. Sí, lo son, y su primer largo merece estar en vuestras estanterías si gustáis de sonidos abrasivos y que golpean a lo bestia con riffs masivos. Fugaz y contundente actuación que convenció, y mucho, a los menos rezagados en llegar al show.

Breve cambio y saltan al ruedo The Shrine, estos californianos ya nos sonaban de su gira teloneando a Fu Manchu. Veamos… Una propuesta diametralmente opuesta a la de sus antecesores en escena. Rockeros, inmediatos, directos, psicodélicos y con un vigor y entusiasmo escénico por parte de su cantante, Josh Landau, no vista hasta ese momento de la noche. Les costó arrancar al público pero no se marcharon sin lograrlo. Al tercer tema ya lo tenían ganado. Me sorprendieron gratamente, aunque he de decir que me gustaron más en vivo, en aquel momento. Al escuchar detenidamente su trabajo, no me acaban de convencer.

Sin duda, fueron una buenísima elección para calentar el ambiente antes de que la sala, al completo, se volcara con la actuación de Red Fang. Buen sonido para The Shrine que ofreció un show dinámico, excepto por parte de su bajista que mostró todo el tiempo una actitud aletargada y disonante a la exaltada vitalidad que mostró el cantante toda la actuación. ‘Worship’ y ‘Bless Off’, iniciando su turno, no consiguieron meterse al público en el bolsillo. Las siguientes ‘Whistling´s Of Death’ y ‘Zipper Tripper’ o ‘Primitive Blast’, cambiaron la dinámica, y la conexión de la banda con la gente terminó siendo bastante buena.

Hora y diez minutos estuvieron, Red Fang, haciendo saltar y disfrutar de lo lindo a una entregada audiencia. La banda saborea unas mieles que pocos les hubieran vaticinado. ¿Por qué ellos?. Su última entrega tampoco es soberbia, pero tiene puntos muy positivos a favor que quizás sumen más que una composición musical extraordinaria.

Posibles claves… En primer lugar, la cercanía. Verlos montar y preparar el equipo, en el descanso a ellos mismos, mientras saludaban a las primeras filas o firmaban discos allí mismo, entre cables y ajustes. Gente con actitud serena, sin ínfulas de grandeza, accesibles, cercanos y que mostraron una profesionalidad en todo momento, digna de mención. Otro punto a favor es la propuesta desenfadada que ofrece su música y la imagen divertida que proyectan, sobretodo en sus videoclips, gancho perfecto para hordas de jóvenes en busca de fiesta. He de decir, sin embargo, que para nada comulga con su actitud y presencia escénica. Pudimos ver a músicos con bagaje, ofreciendo un show sólido y con temas ejecutados a la perfección, sin concesiones a bufonadas sobre el escenario. Y por último sus temas, accesibles, coreables y con pegada rockera, son capaces de animar cualquier cotarro.

Buenos ingredientes para el éxito, y para ser triunfadores esta noche en Madrid, y así fue. Un concierto muy disfrutado por el público, (bien lo sabemos, por las veces que la falta de foso y el ánimo del respetable casi nos hace perder los dientes entre los monitores), festivo (inevitable contagiarse y saltar entre foto y foto), y bien ejecutado. Un pequeño fallo en el sonido de los primeros temas, cruzó miradas de los músicos entre sí y la llamada de atención para que al cuarto sonasen engrasados.

Temas como ‘Voices of the Dead’, ‘DOEN’ o ‘No Hope’, elegidas para mostrar el nuevo álbum, no dan respiro y avanzamos velozmente intercalando piezas de “Murder the Mountains” que desatan la euforia colectiva. Aaron Beam y Bryan Giles alternándose en las voces o conjuntamente, en ocasiones, una labor guitarrera impecable y un John Sherman a la batería que consigue posicionarse en el escenario, en primera línea, por la forma en la que interactúa con el público.

Con ‘Malverde’, ‘Blood like Cream’ o ‘Prehistoric Dog’, ya en los bises, Red Fang concluyen un concierto redondo, por tres motivos; Muy buena respuesta de público a la cita, musicalmente muy correcto y que ha hecho disfrutar al máximo al público. ¿Se puede pedir más?, por supuesto, sí, pero con lo anterior, se aprueba con nota.

Texto y Fotos: Susana González

SETLIST

Hank Is Dead
Voices of the Dead
DOEN
Throw Up
No Hope
Number Thirteen
Dirt Wizard
Sharks
Malverde
Crows in Swine
Blood Like Cream
1516
Into the Eye
Wires

Good to Die
Prehistoric Dog