opeth14

El nuevo disco de Opeth por los comentarios previos de Mikael Akerfeldt no presentaba incertidumbre alguna, en tanto en cuanto ya nos desveló que iba a ser una evolución de su anterior ”Heritage”, por lo que, tal y como ocurrió con este, se ha vuelto a retomar el debate entre lo progresivo y lo extremo, en una banda que con este trabajo incorpora una nueva obra maestra a su discografía.

Toni Marchante

Nota:9/10  

De nuevo la banda sueca ha optado por profundizar en el rock progresivo de sabor añejo, renunciando de nuevo a parte de su identidad, dejando atrás los sonidos más duros, los guturales, los riffs contundentes, para centrarse en la melodía, en escarbar en lo más profundo de los temas y las armonías, dejándonos una verdadera joya. Yo tengo la suerte de adorar sus dos facetas, esa maestría a la hora de combinarlos dos estilos los ha hecho únicos, pero la dirección que ha tomado la banda en estos momentos los consolida al frente de la escena progresiva mundial.

Mikael Akerfeldt con este trabajo demuestra esa capacidad que hoy día tienen muy pocos para innovar sobre sonidos ya preestablecidos, sabiendo perfectamente la dirección y el norte a seguir, sin importarle los resultados, él tiene claro lo que quiere y va a por ello, dejando la huella de Opeth y desarrollando a partir de ahí nuevos caminos, cantando como nunca y potenciando en las guitarras la componente melódica en detrimento de los grandes riffs. Mención especial merecen el tratamiento de los teclados, con más presencia que en las veces anteriores Joakim Svalberg realiza un trabajo impecable apareciendo de forma colosal en los momentos oportunos.

El disco empieza de forma muy dinámica con “Eternal rains will come” con sensaciones cercanas al jazz, pero que rápidamente se va tornando bajo el embrujo del Hammond y del magnífico saber hacer de Martin Axenrot a la batería, a sonidos más sesenteros, las voces acaban de redondear al alza la canción. “Cup of Eternity” quizás sea de los temas más orientados a single, con ciertos matices orientales nos va hipnotizando y llevando en volandas, incluso en algún momento (allá por el minuto 2:26) llega a recordarnos a ese extinto estilo que un día fue grande en nuestro país: el rock andaluz. Pero para seguir con referencias, también es innegable en el minuto 3:33 con el solo de guitarra que nos proyecta astralmente al sonido que aquellos escandinavos llamados Conception nos dejaron en su “In your multitude” .

“Moon above, sun below” es el corte más largo del disco y uno de los que más me ha gustado, netamente progresivo porque tiene de todo, huyendo de virtuosismos, de las fórmulas convencionales, siguiendo un camino lógico sin retorno, sin revisitar ni un solo compás de lo interpretado antes en el propio tema, con esos desarrollos de guitarra marca Opeth, arreglos de teclados espectaculares, Mikael grande a las voces , un perfecto trabajo a la batería (incluso con un descarado recuerdo en las percusiones en un fragmento a “The lines in my Hand” de su anterior “Heritage”).La preciosa “Elysian Woes”,exquisita a las guitarra y a la voz de Mikael , profundizando en la belleza de la melodía y apareciendo referencias ya confesadas como por ejemplo Camel, pero sin dejar sonar a Opeth, ese es uno de los grandes méritos de esta banda, que pueden hacer cosas muy distintas, pero que siempre son reconocibles.

“Goblin” ya lo dice todo, canción instrumental ajustada al estilo dela banda italiana del mismo nombre y por tanto, quizás se salga algo más de lo habitual. “River” es encantadora desde el principio con esas preciosas voces iniciales perfectamente acompañadas por la guitarra acústica. Es un tema que va creciendo poco a poco, por el que nos van dejando perla tras perla, con grandes desarrollos instrumentales que harán las delicias de más de uno. “Voice of treason” es un tema enmarcado en la batería y se trata de un corte que transmite misterio e incertidumbre y que para algunos en sus ocho minutos de duración pudiera resultar en algún momento pesado, pero nada más lejos de este propósito. Para terminar “Faith in others” con un potencial orquestal sublime, no se puede cerrar un álbum con más elegancia. Los teclados como es de suponer, son los claros dominadores de la escena y la voz de Mikael cumple a la perfección.

Un grandísimo disco de Miguelito y sus secuaces, donde se han cuidado todos los detalles y donde ha contado con Steven Wilson para la mezcla final, por tanto el resultado ya venía con unas garantías de presentación contrastadas. Un disco para los que adoran el sonido del Hammond, de los mellotrones, las guitarras con estilo, abandonado totalmente el riff pesado y canjeándolo por las voces limpias que transmiten sentimientos, con sutiles coros y todo ello conjurado con gran estilo y clase. Tanto Martín Mendez al bajo como Fredrik Akesson a la guitarra, cumplen a la perfección y con gran estilo con las instrucciones de Mikael Akerfeldt durante todo el trabajo.

“Pale Communion” es superior a ”Heritage” por su mejor estructuración, su coherencia y su linealidad lógica. Para los amantes del rock progresivo posiblemente nos encontremos con el mejor disco del año, para los que adoran su vertiente más extrema a buen seguro se llevarán una gran decepción. Opeth continúa esa línea ascendente, ofreciéndonos discazo tras discazo, cosa que muy pocos pueden garantizar en nuestros días.

Toni Marchante

Temas:

1.Eternal Rains Will Come
2.Cusp Of Eternity
3.Moon Above, Sun Below
4.Elysian Woes
5.Goblin
6.River
7.Voice Of Treason
8.Faith In Others

Página web: https://www.opeth.com

Videos:


https://www.youtube.com/watch?v=KtuOcLuEdrQ
https://www.youtube.com/watch?v=hkRGyLkBznA