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Si he de decir la verdad, me sorprendió bastante el tirón que siguen teniendo Turbonegro en este país y en Barcelona en particular. Mucho ha llovido ya desde la época dorada en que formaban parte de los Big Four del nuevo rock escandinavo (junto a Backyard Babies, The Hellacopters y los añorados Gluecifer), su posterior retorno e incluso la marcha de un elemento tan importante para la banda como era Hank von Helvete. Sin embargo, los noruegos no se rinden y siguen contra viento y marea en un eterno girar por todo el continente que les hizo recalar en la ciudad condal para ofrecer su último concierto de 2014. Y para la ocasión, Razzmatazz 2 estuvo a punto de colgar el cartel de sold out en la ventanilla, con lo cual la noche prometía.
Texto y Fotos: Edko Fuzz

Para caldear el ambiente, y nunca mejor dicho, abrían la velada los vascos Porco Bravo, quienes han acompañado a Turbonegro en todo su periplo nacional. Y ya desde que atacaron con El Desafío y Nunca Pasa Nada, se intuía que no íbamos a presenciar un show normal. La banda no ha hecho más que calentar, y el cantante Manu se empieza a poner a tono. Porco Bravo son, ahora mismo, una de las grandes promesas del rock más potente del país. Deudores de bandas como The Dictators, The Nomads o incluso los propios Turbonegro, practican un punk rock de alto voltaje aderezado con grandes dosis de rock and roll y, por supuesto, todo ello acompañado de kilos de actitud y un show absolutamente salvaje y divertido.

No llevamos ni la mitad del set que el tarado de Manu se grapa un papel de periódico en el torso ante la atónita mirada del personal… y cuando crees que ahí acaba el número, lo lleva más allá prendiéndole fuego al papel. Fuck yeah. A eso le llamo yo captar la atención del público. A partir de ese momento se desata el caos. Las canciones se suceden: Corre, La Piara, No Sé, Se Quema, Eléctrica Actitud… Y a su vez continúa el espectáculo con saltos entre el público, cabezas de cerdo, confetti dorado al más puro estilo KISS y la definición exacta de crowdsurfing en la que Manu emula al David Lee Roth más clásico sacando una tabla de surf por encima de las cabezas de la gente, que lo mueven por la sala cual oleaje rockeril. Cuando el show llega a su fin, la sala ovaciona a la banda por habernos hecho pasar ese buen rato. Una auténtica lección de cómo sorprender al público y metérselo en el bolsillo.

Ahora sí ya con el Razzmatazz 2 totalmente lleno, se apagan las luces y empieza a sonar la intro de Scandinavian Leather, The Blizzard of Flames, y se desata la locura colectiva. Ahí están sobre el escenario Euroboy, el ya no tan nuevo cantante Tony "The Duke of Nothing" Sylvester, Rune Rebellion, Tommy Manboy y, por supuesto, nuestro marinero favorito, Happy Tom. La banda no se anda con rodeos y cuando ataca con Back to Dungaree High del que sigue siendo su mejor disco, Apocalypse Dudes, la sala estalla. Hacía tiempo que no veía un ambiente así en una sala de Barcelona. Bien. Acto seguido la banda nos sorprende con Hello, There de Cheap Trick y sigue con uno de sus mejores temas de su último trabajo, Sexual Harassment, You Give Me Worms. La banda está en forma, de eso no hay duda: precisa, contundente y con un sonido bastante claro.

Aún no había visto a Duke of Nothing en acción y, a pesar de que su presencia escénica es más que correcta para Turbonegro, su actitud se antoja bastante fría, ya no en comunicación con el público, si no durante la interpretación de las canciones. Nos queda claro desde el primer segundo que no pretende ser otro Hank von Helvete, pero un poco más de vidilla se agradecería. El setlist se compone de temas de todos los discos a excepción de Retox. Así, van cayendo All My Friends Are Dead, FTW, Are You Ready for Some Darkness?, Sailor Man, Sell Your Body o Wasted Again. El público corea todos y cada uno de los temas aunque es innegable que los temas de Apocalypse Dudes son los que tienen mejor y más efusiva recepción.

El tiempo y la vida en la carretera no perdonan a Euroboy, probablemente el guitarrista con más talento de esa generación escandinava de finales de los noventa, mientras que Happy Tom sigue con su gimmick de marinero tarado y traductor de español (¿WTF?) para el Duke of Nothing, que nos cuenta como han compuesto un nuevo himno especialmente para la futura Catalunya independiente. Seguidamente, se sueltan con una versión del standard La Cucaracha cambiando el nombre del insecto por cierta sustancia psicotrópica en polvo que se suele esnifar. Como una cabra, oigan.

Pero eso no significa que no sepan lo que se hacen, y así, la banda reserva Get it On para la traca final en un momento para el recuerdo en el que Sylvester prácticamente cede el micro a la parroquia que corea cada uno de los versos de la canción. Electricidad pura. Tras un pequeño parón, se vuelven a apagar las luces y suena por la PA la intro de The Age of Pamparius, un auténtico HIMNO que sigue siendo su mejor tema para el que suscribe. Entre "uoh-uohs" y pizzas vibramos como perras y la banda se sabe ya vencedora, con lo que nos atiza de nuevo con Rendezvous With Anus para cerrar el trio de ases de Apocalypse Dudes ante el jolgorio general. La banda se gusta y nos regala fragmentos de temas como Runnin’ With the Devil de Van Halen, Whatever You Want de Status Quo, Enter Sandman de Metallica o No More Mr. Nice Guy de Alice Cooper en las presentaciones de los miembros que acaban con un Money for Nothing de Dire Straits completo, que no suena mal pero está bastante fuera de lugar y enfría los ánimos. Tras este bajón la banda da por acabada la velada con el consabido I Got Erection de su disco Ass Cobra, que es un must para acabar sus sets y que siempre es reclamada, por supuesto, por el público.

Gloriosa noche de punk rock en Barcelona para un domingo lluvioso por la noche, en que tanto Porco Bravo como Turbonegro nos regalaron actitud, canciones y electricidad. Si bien es verdad que los noruegos no están en su mejor momento de forma, sí que siguen teniendo una fiel legión de seguidores y un buen puñado de buenos temas que le alegran la velada a cualquiera. Si bien se podría agradecer algo más de entusiasmo a Rune Rebellion, Euroboy y Happy Tom siguen siendo los reyes del cotarro mientras que The Duke of Nothing cumple a la perfección su difícil papel en la banda.

Quizá su voz no sea la mejor para interpretar los temas antiguos, pero encaja perfectamente en la banda y ha demostrado con Sexual Harassment que puede inyectar nueva vida a Turbonegro y que tendremos Turbojugend para rato. Benditos sean.

Texto y Fotos: Edko Fuzz