La radio, ese medio de comunicación que a veces parece, en los tiempos que corren, hasta casi anacrónico, pero que no deja de ser, para mí, el más personal y bello. Este libro se centra exclusivamente en la radio musical, y en el “efecto Kiss FM”, que según el autor revolucionó el sector.

Obviamente la programación musical de Kiss FM poco tiene que ver con nuestro rollo, pero siempre hay cosas interesantes en cualquier estilo musical, y, a priori, un libro escrito por un profesional tan reputado debería contenerlas, aunque muchas veces se haya olvidado de la objetividad, algo que dada su profesión debería tener grabado a fuego. Pero vayamos por partes y conozcamos un poco al autor del libro.

Alfonso Arense es Doctor en CC. de la Información, profesor universitario y locutor profesional de radio y televisión. Ha trabajado en la creación y gestión de contenidos, coaching a locutores, estrategias globales de comunicación, marketing on/off air y programación musical.

Cuenta con más de 20 años de experiencia en las principales radios de España (SER, M80, Europa FM, Kiss FM) y con igual trayectoria como locutor de publicidad en radio y televisión (Tele 5 – voz oficial de “Más que coches” -, Divinity, MTV, Europa Press, etc.)

Forma parte de Kiss FM desde su inicio en 2002 (locutor, Director de Programación, Antena y Producción, responsable del lanzamiento del morning show “Las Mañanas Kiss” y presentador del programa)

“Las Mañanas Kiss logró con Alfredo Arense un incremento de audiencia de más de un 38% en sus primeros nueve meses.

Así pues, Alfredo Arense, en “Las 3 Emes” repasa su “fulgurante e insólito éxito que introdujo en el mercado español los test musicales, las nuevas técnicas de investigación y la aparición de los consultores, una figura de vital importancia”.

Las 3 Emes a las que hace referencia el autor no son otras que las de: Música, Marketing y Morning show. Y aquí es donde está el mayor problema da gran parte de este libro, y es que la música no pasa de ser un “ente” que tiene verdadera importancia siempre que vaya asociada al marketing y se generen beneficios. La música es mucho más que eso, Sr. Arense, y si bien entiendo que un programa de radio sobrevive en gran parte debido al numero de oyentes, de anunciantes y, resumiendo, en función de lo que genere monetariamente a fin de mes, la música merece un mayor respeto, y no tratarla como un simple medio para hacer dinero y “arrinconar rápidamente a la competencia”.

Este no deja de ser el problema de las radiofórmulas, por mucha innovación, por muy bien realizadas que estén, no dejan de ser lo que son: darle a un público determinado un producto que sea fácilmente consumible, todo mascado y empaquetado para que no tengan que romperse mucho el cerebro, y siempre bajo la sombra de las grandes discográficas. Y no nos engañemos, esto no solo ocurre en el Pop o la música más mainstream, esto también ocurre en el Rock y el Metal, aunque tenga menor repercusión y a veces simplemente se emita por internet. Yo mismo trabaje en cierto medio de repercusión nacional en el que se me prohibía poner ciertos temas a la vez que se me obligaba a poner otros porque “habían pagado”. Duré poco, claro. Y es triste. Para un amante de la música y la radio como yo, ésta debería tener también una función didáctica y que no solo funcionase por y para el dinero.

En relación a esto, si estoy de acuerdo con el autor en que afortunadamente las nuevas tecnologías nos proporcionan una nueva forma de disfrutar de la radio, como son los podcast. Y aunque el no lo diga, ya lo digo yo: es una buena manera de escuchar buenos programas, libres de cualquier atadura, en donde aprender y no escuchar siempre lo mismo.

A lo largo del libro se suceden, no obstante, párrafos interesantes acerca del mundo de la radio. Sobre todo en referencia a las nuevas herramientas de la radio musical, el entorno digital o la situación de la industria musical y la SGAE. Lamentablemente, estos párrafos se pierden entre medias verdades y mucho “ombliguismo” acerca de Kiss FM. Para alguien virgen en el asunto podría parecer que antes de Kiss FM no había nada digno de mención y que tras la irrupción de dicha emisora todos se han dedicado a copiarles. Ni tanto ni tan calvo. Nadie va a negar la importancia de Kiss FM en el panorama radiofónico actual, pero creo que el autor se vanagloria y se echa flores en exceso.

La parte realmente interesante del libro está al final, y desgraciadamente es la más breve: “Como crear una radio musical”. Aunque, una vez más, es una información pasada por el tapiz de Kiss FM, cualquiera que lo lea encontrará nociones útiles y que podrá poner en práctica sin convertirse en una mera radiofórmula.

Alberto López.