Steven Wilson lo ha vuelto a hacer, otra nueva obra maestra que debe incluirse en la estantería donde está nuestra colección de discos, otra evidencia más de que este señor nos ofrece creatividad, originalidad y que consigue emociones y conceptos que hoy día pocos artistas saben transmitir de esa manera tan especial. Este nuevo disco conceptual es un nuevo paso adelante de este artista que no deja de sorprendernos, siguiendo con su estilo inconfundible y recopilando elementos de sus anteriores trabajos, así como de sus otros proyectos (Porcupine Tree, Blackfield,No-Man, etc…), sigue combinando sus recursos para mostrarnos algo diferente.

Toni Marchante

El cuarto álbum en solitario de polifacético inglés era un trabajo impacientemente esperado por la línea que había experimentado su carrera en solitario, en el sentido de que cada uno de sus excelentes discos nos ofrecía una cara distinta, culminado por su anterior “The Raven that Refused to sing”, posiblemente uno de los mejores discos no sólo de 2013, sino de esta década. Este listón tan alto y el “hambre” por degustar una nueva delicatessen del gurú británico dotaba a este trabajo quizás de aún más interés y a la vez exigencia. ¿Y cumple con las expectativas? Esa respuesta prefiero contestarla al final tras darle un repaso al mismo.

Para este trabajo Steven Wilson, como es habitual se hace cargo de la voz, el Mellotron, los teclados, las guitarras y el bajo, pero se rodea de las mismas buenas compañías que en el anterior disco con Guthrie Govan a la guitarra, Marco Minnemann a la batería, Adam Holzman a los teclados y al piano, Nick Beggs al bajo y trasteando el Chapman Stick como en él es habitual y Theo Travis a los vientos. La única novedad es la voz de Ninet Tayeb que aporta la voz femenina en el disco. En cuanto a la impecable producción Steven es el responsable de este impresionante trabajo, asesorado por Steve Price, Laurence Anslow y Steve Orchard.

En este su cuarto disco en solitario, Wilson nos ha preparado una obra conceptual. La historia real de Joyce Carol Vincent, relatada a través de notas musicales transmitiéndonos como se aisló del mundo hasta el punto de que fuera encontrada en su apartamento tres años después de su muerte. Por tanto el tema central es la soledad. En un mundo como el actual, el aislamiento extremo puede llevar a este tipo de situaciones, de tal forma que las relaciones son tan superficiales que fácilmente se puede caer en el olvido. En el caso de la protagonista, fue encontrada sin que nadie en esos tres años la hubiera reclamado o echado de menos.

Entrando las canciones comienza con “First regret”, una intro con sonidos varios insertados en una base electrónica que nos lleva a “3 years older” un auténtico temazo con innegables influencias de los grandes de los70: Rush, Camel… y ese estilo inconfundible de Wilson recogidos en diez minutos de luminosidad. “Hand.Cannot.Erase” arranca muy ochentera, apoyada en cajas de ritmo, se desarrolla maravillosamente con un estilo muy reconocible y de marcado estilo pop, recordándonos fundamentalmente al que fuera su proyecto Blackfield.

La siguiente en sonar es “Perfect life” que fue el tema escogido como single y como imaginaba, invitaba al despiste, ya que difiere de lo que se ofrece en el disco, aunque queda muy bien donde está insertado. Se trata de un tema a modo de interludio de corte ochentero, con bases de programación repletas de diálogos hasta más o menos la mitad donde entra la voz de Steven llegando la parte más bella e intensa. “Routine” es un tema que en una primera parte resulta melódico y pausado, luego en la parte instrumental nos recuerda a los Camel de los 90. Debemos destacar la aportación en la voz de Ninet Tayeb que pone la voz a la protagonista. “Home invasión” es uno de los temas más progresivos que nos ofrece el disco, donde podemos ver todo lo que nos pueden ofrecer estos magníficos músicos, con influencias de King Crimson, Alan Parson o Led Zeppelin, pero siempre con la inconfundible mano de Wilson en las composiciones con partes pausadas que de nuevo parecen sacadas de un disco de Blackfield.

En “Regret #9” resurgen las programaciones que suavizan la atmósfera en un tema basado fundamentalmente en los teclados donde pone sus influencias pinkfloydianas en el pentagrama, con Wilson y Holzman a los teclados y Govan a la guitarra jugando a ser Wright y Gilmour, pero a su estilo y con una elegancia exquisita. “Transience” es otro interludio que nos pone encima de la mesa esas voces habituales ya en Porcupine Tree y con la estructura al estilo de los interludios utilizados por Pink Floyd en “The Wall”.

“Ancestral” es una de las grandes canciones del disco y también la más larga. La más teatral, la más enigmática posiblemente. Combina perfectamente las programaciones con lo añejo del progresivo de los 70, el tratamiento de las voces es impecable, los solos de Govan son de esos que hacen historia en los grandes discos. “Happy Returns” cuenta con Chad Wackerman a la batería y es un tema condenado a ser single, otro de los puntos fuertes del disco, de carácter pop melódico es toda una joya dentro de la discografía de Steven, melodías que emocionan, con otro solo más de Guthrie Govan que realiza una labor enorme durante todo el disco. Para finalizar “Ascendant Here On…” que es una prolongación ambiental del tema anterior culminando a lo grande un trabajo fantástico.

Y volvemos a la pregunta que nos hacíamos a comienzos de la reseña:¿Cumple las expectativas? En mi opinión sí. Porque nos ofrece un exquisito álbum conceptual dando de nuevo un giro en su estilo, algo para lo que Wilson es un verdadero artista, porque vive intensamente lo que crea, le emociona y lo sabe plasmar y transmitir perfectamente. Su anterior disco estaba muy enfocado al progresivo de los setenta quizás con más matices jazz; en este sigue usando esas influencias pero incorpora partes de programación y más elementos pop que muestra quizás más variedad y nos sorprende ratificando lo que ya había demostrado en su anterior disco, que no son comparables a ninguno de sus antecesores siendo totalmente reconocible su autoría en cada uno de ellos. En todos se percibe ese aura de melancolía, de reflexión, sentimientos, sensaciones…pero este ”Hand.Cannot.Erase” pese a la melancolía se muestra con más brillo, con más luz, con los temas perfectamente engranados de tal forma que el disco se disfruta mejor si se escucha al completo . Wilson lo ha vuelto a conseguir de nuevo, sólo nos queda la remota esperanza de poder verlo en directo por nuestro país.

Toni Marchante

Temas:

01.- First Regret
02.- 3 Years Older
03.- Hand Cannot Erase
04.- Perfect Life
05.- Routine
06.- Home Invasion
07.- Regret #9
08.- Transience
09.- Ancestral
10.- Happy Returns
11.- Ascendant Here On…

Página web: http://stevenwilsonhq.com

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