Texto: Susana Manzanares /
Fotos: David Aresté

Buscando y rebuscando entre el amplio catálogo de eventos en las fiestas locales que se celebran estos días, encontramos uno de nuestro interés para ponerle la rúbrica a la temporada y al final de los conciertos veraniegos, el pasado 27 de Agosto tuvimos en San Sebastián de los Reyes a Medina Azahara y Loquillo dentro del ciclo de conciertos de las fiestas patronales de la ciudad.

La gente de ATRESMEDIA organizó este encuentro entre dos de los veteranos de nuestra escena en el auditorio de la ciudad (donde también se celebra el moderno Neox Festival) a un precio más que asequible, así que sin dudarlo nos plantamos allí para volver a ver en directo las descargas de Medina Azahara y Loquillo. Para los que no habíamos ido nunca por allí, descubrimos que el auditorio se encuentra en el Parque de la Marina de San Sebastián de los Reyes y tiene capacidad para unas 5000 personas entre pista y gradas, recordándonos a aquel extinto Rockódromo de la Casa de campo que tan buenos recuerdos nos trae…

   

A su alrededor dispusieron el puesto de merchandising de Loquillo (de Medina no hubo suerte), los servicios, una barra de comida y 3 más grandes para la bebida (repartidas entre la entrada y la pista). Preparados y puestos ya en situación, puntuales a las 22h de la noche las luces se apagaban y las primeras tímidas filas que había en la apertura de puertas una hora antes, se convirtieron en una más que notable entrada para ver a los cordobeses Medina Azahara que siguen con la presentación de su último disco, Las Puertas Del Cielo y que veíamos hace nada en el Leyendas del Rock haciendo lo propio.

Cercanos a la hora y media de show hicieron un amplio repaso a su carrera mezclado con sus últimas novedades, así pues de ese nuevo disco cayeron ‘Aprendemos A Vivir’ o ‘Juegos A Media Luz’ -con número de baile incluido- …. También tuvimos las de siempre como ‘Paseando Por La Mezquita’, ‘Tierras De Libertad’ o ‘A Toda Esta Gente’ entre otras…. Un compendio de grandes temas del grupo y que el público no dudó en cantar durante toda la noche.

    

Como siempre hubo un hueco para un homenaje a sus principales influencias como son Triana con ‘Abre La Puerta’ y ‘El Lago’, y Camarón de la Isla, del que nos ofrecieron su versión de aquel ‘Al Padre Santo De Roma’. Con 35 años ya a sus espaldas Medina Azahara sigue transmitiendo ese mismo buen rollo de siempre y sus dos últimas incorporaciones de Nacho Santiago a la batería y Juanjo Cobacho al bajo ya están totalmente integrados con el triunvirato Ibáñez-Ventura-Martínez, que enlazan la elegancia suprema de Medina Azahara.

No tuvieron muy buenas luces pero si un gran sonido, destacando los coros acompañando a Martínez y los teclados de Ibáñez, marcando los tintes melódicos del grupo. A lo largo de la noche llegaron grandes momentos emotivos como la interpretación de ‘Córdoba’, que sin las orquestaciones del disco sonó igual de poderosa, o el final ‘Necesito Respirar’, ‘Todo Tiene Su Fin’ -casi a capella por el grupo- o las versiones de Triana fue donde se despertaron la esencia y las más fuertes emociones entre la gente.

   

La banda capitaneada por el gran Paco Ventura y el sempiterno Manuel Martínez, sigue funcionando a la perfección y no pierde un ápice de su energía, eso la gente siempre lo agradece y el resultado es una genial comunión para comenzar la noche y dejar paso después al ‘Loco’ y los suyos. Era el turno del cambio de equipo con el típico in pass de espera e ir a buscar bebida, comida, fumar etc… pero al estar al aire libre y en fiestas, no sabemos si fue que coincidió el momento o que la organización nos amenizó la espera con unos bonitos fuegos artificiales que vinieron de perlas para ganar tiempo y que toda la crew de Loquillo pusiera el escenario a punto para su concierto.

Tras la exclusiva gira de su anterior Código Rocker, Loquillo ha vuelto a la normalidad con los conciertos veraniegos mezclándose con la grabación de su nuevo disco, así que el repertorio que íbamos a ver esa noche sería el que ya hacían para la gira de presentación de su anterior El Creyente con alguna versión remodelada de sus clásicos como ya han hecho en ese Código Rocker, ya que parte de esa esencia de brillantina y rockabilly sigue en el grupo por la incorporación de Mario Cobo como guitarrista fijo en la banda.

   

Al son de ‘Rock N Roll Actitud’, la noche comenzaba con buen pie, buen sonido y un Loquillo inconmesurable llenando el escenario con su elegancia y saber estar propios de su experiencia y clase. Tras ella se fueron sucediendo clásico tras clásico, himno tras himno llegando alrededor de los 20 temas y las dos horas de actuación.

Quitándonos ya la idea de ver un concierto del estilo del de la gira anterior pasada por el filtro rocker y “energizante”, esta vez teníamos la estructura de un concierto de Loquillo al uso, con sus temas más tranquilos, otros más movidos y algún momento de euforia y de nostalgia para luego volver a la tranquilidad y esperar a que llegase la traca final. Como decimos, la banda hizo un repaso a la nutrida discografía del Loco interpretando temas como ‘Memorias De Jóvenes Airados’, ‘Animal de Rock’n’Roll’ o ‘Cruzando El Paraíso’, cayó como siempre la versión de ‘El Hombre De Negro’ -cada vez con más deje a la original de Johny Cash- y la rescatada de su último trabajo, ‘Tatuados’.

   

A partir de ahí los imprescindibles comenzaron a caer en forma de ‘El Rompeolas’, ‘Carne Para Linda’, ‘La Mataré’, o la aclamadísima y coreadísima ‘Feo, Fuerte y Formal’ para posicionarse en lo más alto justo antes de los bises. A la vuelta comenzó el ascenso hacía la cumbre, y lo hizo fuerte con ‘El Ritmo Del Garage’ o ‘El Mundo Necesita Hombres Objeto’. Se relajó de nuevo con ‘Luché Contra La Ley’ y ‘Qué Hace Una Chica Como Tú En Un Sitio Como Este’ para volver de nuevo a arrancar -y nunca mejor dicho- con ‘Quiero Un Camión’ gamberra y efectiva, la marchosa ‘Esto No Es Hawaii’, el himno ‘Rock N Roll Star’ y la ovacionada, y sin suda el mejor fin de fiesta, ese mítico ‘Cadillac Solitario’

Con una puesta en escena milimetrada fueron cayendo los temas uno tras de otro sin mucha o más bien ninguna presentación ya que según el propio Loquillo es algo que encuentra pesado y que no le gusta nada hablar en los conciertos, aunque esa noche hizo una excepción y quiso dedicarle unas palabras y un tema a Edi Clavo, de Gabinete Caligari en agradecimiento a cuando llegó por primera vez a Madrid siendo aún un joven lleno de sueños…

   

Compartiendo con Loquillo la parte delantera del escenario estaban los tres guitarras, Igor Paskual con su forma más cruda y directa de tocar, Mario Cobo siempre tan fino y efectivo destacando sobre todo los momentos más rockers de la noche -sacando incluso su lapsteel- y Josu Garcia alternando la guitarra eléctrica y la acústica…. Todo bien coreografiado, las idas y venidas al centro del escenario se iban alternando entre ellos tres con Loquillo o incluso en ocasiones ellos tres sólos en el centro dando así más movilidad al show.

Al fondo Santi Comet que a pesar de su buen hacer, en algún momento empañaron sus teclas el hecho de haber tres guitarras; el loco e intenso Alfonso Alcalá que esa noche se dejó el contrabajo en casa también hubo momentos que se acercó al centro del escenario y por último en su vistosa batería teníamos a Laurent Castagnet marcando el ritmo de las canciones con su fuerte pegada, una pena no haberle captado mejor.

    

De Loquillo qué decir… en su línea de siempre en su perfecto papel del gentleman que es interpretando sus canciones, fumando, marcando el ritmo, lo que fuera…. pero con ese señorial temple y brío que posee. Él es de los pocos que es capaz de hacer que la gente lo siga sólo con gestos, sin apenas tener feedback entre tema y tema con el público… es una gozada ver a alguien con esa seguridad encima del escenario la verdad.

Hasta aquí es lo que dio de sí la noche que si a nivel musical no tuvimos nada en contra, a nivel logístico quizá podría haber cosas que mejorar, como por ejemplo disponer el mismo número de barras de comida que de bebida, evitando posibles aglomeraciones. Por otro lado, si estuviéramos en un festival hubiera tenido sentido, pero siendo una única noche y para sólo dos conciertos vimos algo innecesario el hecho de tener que ir con fichas/monedas a razón de 2,50€ la ficha, válidas para comprar tanto bebida como comida.

   

Por otra parte, otro aspecto a tener en cuenta es que las personas con limitaciones alimentarias se hubieran quedado sin cenar –al menos sin salir del recinto- ya que aparte de bocadillos, pizza y hamburguesa no había más oferta de ningún tipo, así que no entendemos como por ejemplo teniendo a toda la comunidad de MadrEAT a un golpe de teléfono, no se hizo algo más “vistoso” e interesante para todos…

Volviendo a lo musical, esperemos que para el año que viene sigan manteniendo este espacio para el rock/metal dentro de un programa de fiestas patronales, que hasta cierto punto resulta en muchos sitios realmente imposible que tengan en cuenta el estilo, y más poniéndolo a un precio tan popular como lo puso la organización y poder ver a dos de los grandes de nuestra música, así da gusto… Hasta el año que viene? Esperemos que si…

Texto: Susana Manzanares
Fotos: David Aresté