Kotzen quizás sea el de todos ellos el que mejor ha sabido evolucionar, y encontrar su propio estilo. También porque además de contar con una técnica prodigiosa, posee una voz tremenda, llena de sentimiento con lo que sus discografía no es la típica colección de discos instrumentales sin sentido… no es que la de los anteriormente mencionados lo sea, que conste.

Es ya una discografía bastante consistente con alguna pieza maestra como Get Up,los dos discos con Mother`s Head Family o su último Peace Sign, que presentaba de nuevo en Madrid con otro lleno a reventar. Esta vez en la Sala Caracol con algo más de capacidad que Ritmo y Compás donde agotó las entradas en su última visita.

Una sala Caracol llena cómo suele ser habitual en este tipo de conciertos por guitarristas y aspirantes a guitarristas, pero en esta ocasión con un gran componente femenino dispuesto a pedirle matrimonio en las primeras filas y con algún que otro novio mosqueado – el tipo además de un talento descomunal tiene una presencia imponente – y de las que hubo que sacar a más de uno con algún desmayo ya que estaba realmente imposible el moverse.

Sobriamente vestido de negro, con únicamente una Telecaster también negra llena de huellas, con la que tocó toda la actuación. Guitarra que no tiene nada que ver con su precioso modelo Signature y según me cuentan un Marshall alquilado, con un formato de Power Trío con un bajista con una camiseta infame y un batería y sin ningún tipo de montaje escénico detrás, atacó Losing My Mind.

Canción que abría el soberbio Get Up, una canción ideal para un abrir un concierto con ese groove tan infeccioso y con esa voz de Richie en plena forma. Sin perder un ápice de cómo canta en disco, aunque algo baja de volumen ya que el sonido en general fue algo embarullado, pero con la suficiente calidad para apreciar el sonido de guitarra.

A Love Divine de Mothers Head Family Reunion fue la siguiente, otra canción con bastante gancho rockero a la que siguió la tremenda Fooled Again, una de las mejores canciones de su discografía.Con Richie destilando carisma y feeling a partes iguales, cantando maravillosamente esa canción y ofreciendo un solo de caerse las lágrimas, desarrollando la parte final del tema en una jam al más puro estilo 70,s. interactuando con el resto del grupo, algo que hizo más veces a lo largo del concierto.

Gran inicio de una actuación en la que no faltaron Shine , Paying Dues con esos fraseos entre verso y verso que son una delicia y que clava en directo, la increible Best Of Times, para mi gusto la mejor canción de Peace Sign y que en vivo gana aún más en poderío, o la soulera High. Todas fueron una gran demostración vocal a cargo de Kotzen, aunque cómo no podía ser de otra manera, lo que realmente demostró Kotzen es que con la guitarra está a otro nivel.

Jugueteando todo el tiempo con los controles de su guitarra, tocando todo el concierto al más puro estilo Jeff Beck, es decir sin púa salvo en Remember y un par de ocasiones aisladas más, incluso las partes más complicadas de puro shred utiliza los dedos todo el tiempo. Algo realmente impresionante y que hace que quieras llegar a tu casa y prenderle fuego a tu guitarra.

Richie no estuvo muy comunicativo entre canción y canción (realmente decía todo lo que tenía que decir tocando y cantando en mi opinión) algo que bastante gente del público comentaba a modo de reproche. Aunque el público no es que precisamente estuviera haciendo pogo todo el tiempo, solamente al final con el tremendo Remember y la maravillosamente Purpeliana Go Faster ( lo sé, soy un incondicional de Kotzen, me gusta todo, lo siento ) la gente se animó un poco más a cantar y aplaudir, en un concierto con una selección de canciones muy bien balanceada entre las más cañeras y las más tranquilas.

Fue el mejor concierto de Kotzen de los tres que le he visto hasta ahora, con una duración de una hora y tres cuartos del mejor Hard Blues con tintes souleros que se puedan encontrar hoy día, que se pasan volando y con un guitarrista/vocalista fuera de lo común.
Los amantes de la guitarra estamos de suerte con la reciente venida a nuestro país en muy breve espacio de tiempo de Bonamassa, esta de Kotzen y las por venir de Satriani, Paul Gilbert y Gerorge Lynch.

Texto: Guillermo Diéguez
Fotos de Richie Kotzen en "El Huevo" Valparaiso, Chile: Rodrigo Basaure ( Flickr )