El show lo abrían los italianos Trick or Treat, como no, en una clara referencia a la banda alemana Helloween, ya que así empezaron estos chicos, versionando los temas más famosos de la banda de la época Kiske. Pronto empezaron a grabar sus propios temas y así nació la maqueta “Like Donald Duck” y poco más tarde su LP “Evil Needs Candy Too”, convirtiéndose en una banda de power metal, del de siempre, que han girado con los más grandes, teniendo incluso la oportunidad de grabar un tema con el mismo Michael Kiske.

Personalmente, la comparación con Helloween de la era Keeper of The Seven Keys era demasiado obvia, pero no puedo negar que los chicos lo dan todo en el escenario y se convierten en una banda, cuanto menos curiosa de ver y para nada aburrida.
Después de dar un repaso a su último disco y al tema homónimo “Like Donald Duck” los ítalos dieron paso a la banda llegaba de las frías tierras escandinavas, los finlandeses Stratovarius eran uno de los platos fuertes de la noche.

La banda acabó el año con muy mal pie, la atroz noticia que Jens Johansson, el teclista sueco de la banda, de que su máquina locomotora, Jörg Michael, padecía cáncer de tiroides a finales de Noviembre y los continuos problemas de salud de Timo Kotipelto durante la gira, parecían querer acabar con la banda, pero Jörg superó el cáncer tras una operación y algunas sesiones de radioterapia y volvía a los escenarios este mes de Enero con más fuerzas y ganas que nunca.

El que no acaba de recuperarse es el vocalista de la banda. Los finlandeses abrieron el show con “Haunting High and Low” y nada más arrancar las primeras notas ya nos dimos cuenta que Kotipelto no estaba para nada en su mejor momento. Hay que decir que nada más acabar este tema Timo nos contó que estaba enfermo y que en teoría no debería cantar, pero aún así lo hizo lo mejor que pudo dadas las circunstancias.

A este tema le siguió Speed Of Light y un tema instrumental que sirvió para que el vocalista recobrara algo de voz. Repasando su último álbum de estudio “Polaris” nos dedicaron “Winter Skies” y a continuación un solo de bajo de uno de los nuevos y jóvenes componentes de la banda, Lauri Porra, que dejó a más de uno boquiabierto demostrando lo que se puede hacer a las cuatro cuerdas. Seguidamente otro solo de guitarra de quién es el sustituto del excéntrico Timo Tolkki, Matias Kupiainien, que pese a su juventud nada tiene que envidiarle al anterior guitarrista.
No podían marchar sin recordarnos el que sin duda para la mayoría es el mejor álbum de la banda, como no estamos hablando de Visions, y un tema que siempre consigue alborotar a las masas, The Kiss of Judas.

A continuación y para darle un respiro a las cuerdas vocales de Kotipelto una inesperadísima Forever, que por supuesto acabó cantando el público. Y la guinda del pastel la pusieron, como todos esperábamos, con Black Diamond.
¿Qué decir de la actuación de Stratovarius? Musicalmente me parecieron correctos, el sonido fue excelente, pero… sí, lamentablemente hay un pero…. Hace muchos años que Kotipelto no llega a las notas altas, y tal vez deberían replantearse bajar algo los tonos para que el ridículo no fuera tan espantoso. Sí, esta vez el vocalista tenía “excusa” pues cierto es que apenas se le escuchaba, pero creo que la banda ganaría en dignidad y comodidad si evitaran agudos imposibles. Por lo demás, dar mi enhorabuena a Jörg por haber superado el cáncer y quitarme el sombrero ante la determinación y valentía del mítico batería.

Y por fin los alemanes hicieron su aparición en el escenario, Markus Grosskopf, Michael Weikath, el jovencísimo Sascha Gerstner y Dani Löble y, como un terremoto el incombustible Andi Deris que a pesar de los años que lleva encima de los escenarios parece no tener ningunas ganas de bajarse de ellos. Are You Metal? Nos preguntaban, y aunque éste es un grupo al que casi todo el mundo conoce por sus temas clásicos, los allí presentes conocían perfectamente la letra del single de este nuevo álbum llamado “7 Sinners”.

Después de esta entrada empezaron a sonar las primeras notas de Eagle Fly Free y sinceramente pensé que la Razzmatazz se venía abajo, poco tiene que envidiarle Deris a su predecesor y aunque las comparaciones son odiosas el mismo Andi se lo toma a risas presentando el siguiente tema, comentando que es de otro cantante “cojonudo y mucho mejor que yo”, hablamos de March Of Time, otro clásico de la época “Keepers”.

Y para calmar un poco los ánimos, y demostrar que a pesar de ser muy joven merece el puesto de guitarrista en esta mítica banda, Sascha Gerstner nos regaló un maravilloso solo que nos dejó a más de uno con la boca bien abierta.

Y de éste último “7 Sinners” nos dejaron caer un Where the Sinners Go, y otro de los nuevos temas, con un estribillo muy pegadizo World of Fantasy daba paso a otra ocasión para lucirse de uno de los más recientes miembros de la banda, el batería Dani Löble, el cuál estuvo aguantando estoicamente durante toda la noche que Deris bromeara con él e hiciera que el público lo llamara “Maricón” por haberse bebido, según Deris, todas sus reservas de vino y haber mezclado un whiskey carísimo con refresco de cola. Dani también demostró que está a la altura de Uli Kusch, aunque la que os escribe echa de menos al batería sobretodo por cuestiones compositivas.

Momento de relajación con una de las mejores baladas de la banda, Forever and One. Éste fue el único tema que repasaron del genial “The Time Of The Oath” y lo tocaron sólo Deris y Gerstner, ambos guitarra en mano, y sonó absolutamente perfecto.

Tiempo para otro repaso a las 3 partes del Keeper Of The Seven Keys, un medley de los tres temas más largos Halloween, Keeper of The Seven Keys y The King for a Thousand Years, y como no, no podía faltar el esperadísimo I Want Out, con el que la banda hizo el primer mutis.
Después de varios “oé oé oé” la banda reapareció y nos regaló Ride The Sky, Future World y Dr.Stein, donde una horda de jóvenes ataviados con bata blanca y peluca invadieron el escenario, creando un final de fiesta divertido y original.

¿Qué más se puede decir de ésta banda sin caer en la repetición? Poquita cosa, no tienen que demostrarnos nada, a pesar de llevar muchísimos años encima de los escenarios sus discos se siguen vendiendo, y las salas se siguen llenando hasta los topes cada vez que los alemanes visitan una ciudad. A estas alturas Deris ha demostrado con creces que es un showman como la copa de un pino, que se debe a su público (cosa que otros no podrían decir, y sí, me refiero a Kiske que no se cansa de repetir que los metalheads somos “borregos”) y que él solito es capaz de hacer reír y emocionar al público, y vocalmente, tiene muchos más registros que los agudos imposibles y el vibrato.

Un diez les doy, sobresaliente su actuación y excelentes personas. Helloween. Poco más hay que añadir.

Texto y Fotos: Ruth Del Moral

ENLACES RELACIONADOS:

Helloween: 7 Sinners // SPV