Comenzó a las 8 y media en punto con la actuación de Phase II Phase, una interesante banda de hard rock melódico, cercano por momentos al AOR. La banda demuestra tener muchas tablas, de hecho no son una banda de quinceañeros presisamente y sus temas suenan realmente bien. Por ejemplo, el propio “Phase II Phase” tiene un estribillo bastante pegadizo y que fue un buen fin para el concierto o Wildhorse al más puro estilo Sangre Azul, Pedro Botero si lo comparamos con grupos españoles de los 80. La única pega que veo es que es una banda bastante estática, al tener a un vocalista guitarrista y bastante coros que le dieron un desahogo al vocalista, apenas pueden moverse y animar al público. Pero buena banda, que se la notó encantada de abrir el CodaRock y que disfrutaron y gustaron a los que estuvieron.

A continuación descargaron Scarface, banda de José Luis Saiz y Juan Carlos Adeva de Beethoven R. La propuesta del grupo era un hard rock más macarra y vacilón que sus predecesores. Yo iba con bastantes expectativas puestas en esta banda puesto que Beethoven R es una muy buena banda con grandes temas y mucha culpa de ese rollazo que tienen es de José Luis, pero lo que pude ver en este CodaRock no me motivó lo más mínimo. Y no por guitarrista y bajista que demostraron la capacidad que tiene para escupir Riffs pegadizos y cañeros a partes iguales, sino porque a los temas les faltan una vuelta de tuerca más, especialmente a la voz. Y es que Juan Carlos (exAvalon) no tuvo un buen día a la voz, además de tener una líneas vocales simplonas y con demasiados chillidos sin control en ocasiones. Eso sí, lo que nadie le puede quitar es que demostró empeño y ganas, realizando incluso piruetas, al más puro estilo Fortu y sin parar quieto un segundo al igual que todos sus compañeros.

La tercera banda en saltar fueron Recover, una banda muy interesante de versiones de los 70 y 80, en el que pudimos disfrutar desde temas de DeepPurple, Ted Nugent, OzzyOsbourne, Steppenwolf, Judas o Alice Cooper, etc. La banda suena matadora, redonda, clavando cada uno de los temas, y con la voz adaptándose a cada tipo de voz del artista original, consiguiendo que cada uno de los que estábamos allí nos moviésemos (y eso que al ser un teatro y estar casi todo el mundo sentado, impide que la gente se meta de lleno en los conciertos). Aun así, consiguieron animar de lo lindo. El único pero que quizás se le puede achacar a la banda es que, una vez más, se demostró que vocalmente el HighwayStar de Purple es un tema muy complicado de cantar, aunque, no obstante, consiguió salir airoso. Quizás hubiera cogido otro corte de Purple que le fuese más cómodo a la voz. Por el resto, conciertazo, y, pese a ser una banda de covers de las que se encuentran 100000 actualmente, esta tiene clase, con sus dos hachas con sus Les Paul tocando de manera magistral y compenetrándose a las mil maravillas. Se les ve con muchas tablas, y a un servidor no le importaría encontrárselos en otro concierto.

Las dos bandas cabezas de cartel de la noche eran Mr. Rock y Atlas. Tras el anuncio de que Mr. Rock buscaba cantante, nos sorprendieron, y a mi parecer muy acertadamente,anunciando que es Julio Dávila quien continúa llevando las voces en la banda. Y menos mal, porque Julio es un cantante como la copa de un pino y esta noche se demostró. Se llevó al público de calle, sin parar de gesticular, animar y sobre todo, demostrar la gran voz que sigue conservando.Conviene destacar que, previamente al festival, un par de fines de semana antes, hubo una fiesta presentación en Alcorcón con la actuación de Mr. Rock, así que dejaré las impresiones que me dejaron ambos conciertos.

De primeras decir que la banda vuelve al formato original, con Manrique como único guitarra y han incorporado teclados Hammond, que tanto echaba de menos estos últimos años. De Manrique decir que ya pesa la edad, cada vez sus solos tiran más por ser cuatro notas bien tocadas, que infinidad sin sentido, pero sí que ha perdido algo de chispa. Eso sí, rítmicamente da un peso a la banda brutal. Por otro lado, destacar que por fin han conseguido tener repertorio para hacer un concierto de una hora con temas propios, pasando así de ser un grupo de versiones más a una banda con mayúsculas.

Los cortes tienen por bandera un hard rock de calidad y con clase, pero que pecan por momentos de lentos y rebuscados, con muchos cambios de ritmo, muy al estilo Pink Floyd, que si bien, compositivamente son buenos, les quita cierto rollo. Ese rollo y esa implicación de la gente que sí consiguen cuando tocan temas de Sobredosis como “Alíate” y “Sangre Joven” donde el público se dejó las voces (y sigo diciendo que estos temas con la voz de Julio suenan infinitamente mejor que con la de Santi). Además de los mencionados pudimos disfrutar de “A cara de perro” que para mí es su corte más macarra y vacilón, “Preparados”, “Unidos por el Rock”, “Larga Vida al Rey” o “Revolución” entre otras. Buenos conciertos de Mr. Rock que espero se asienten en la escena que se lo llevan currando bastante tiempo.

Tras los cambios pertinentes (que durante todo el festival fueron bastante rápidos aunque por desgracia no lo suficiente) y tras los agradecimientos de la organización, saltan a escena los hermanos Arias junto a las dos nuevas incorporaciones de Atlas, Rafa Suárez a la voz y Óscar Pérez  a la batería (exNexx). Para mí fue una tristeza que dos músicos de la talla de José Martos y de Ignacio Prieto abandonasen la que para mí es una de las mejores bandas de este país actualmente. Desde aquí animar al señor Martos y esperemos que se recupere lo antes posible que ya se le echa de menos en los escenarios.

Me van a permitir los hermanos Arias que centre la atención en los nuevos porque de ellos, poco se puede decir a estas alturas. Son dos grandes músicos que siempre ofrecen clases magistrales de rock y de música en general.

Las comparaciones son odiosas, y en este caso para los nuevos un poco “encerrona” ya que a los que tenían que sustituir son músicos de aúpa. Sin embargo, supieron salir airosos que no es poco. A  Óscar se le vio muy suelto, se nota que ya tiene tablas en la música. Es un buen batería pero le faltó esa pegada que tiene Martos a la hora de tocar. No obstante, hizo muy buen trabajo. En cuanto a Rafa Suárez, la verdad que tenía una papeleta considerable, al venirse tan joven de Asturias a Madrid y debutar en Madrid, en el Egaleo, en una banda como Atlas, entre dos músicos de la talla de los hermanos Arias. Empezaron con 2040, y empezó haciendo un agudo bastante titubeante pero fue el único fallo ya que vocalmente hizo un trabajo espléndido y Ángel Arias tenía razón: tiene una gran voz y lo demostró sobradamente. Sin embargo, en cuando a su papel de frontman, no consiguió soltarse, centrado en cantar bien pero ni tan siquiera intentó meterse al público en el bolsillo. Es evidente que no hace falta ser tan culo inquieto con Ignacio que aún cojo no paraba de moverse y de hablar con la gente, pero sí que le faltó chispa y presencia. Por supuesto que es comprensible, y que según vaya cogiendo tablas, irá soltándose progresivamente.

Fueron intercalando temas de los dos trabajos, como “Condenado Loco” (menudo riff y gran tema) “Oveja Negra”, “Parte de ti, Parte de mí”, “Generación sin miedo a vivir”, “Nosotros somos la Revolución”, e incluso nos presentaron un tema nuevo titulado “Es verdad”, un corte que se inicia con un ritmo blusero y unos versos melódicos, casi balada, para crecer en intensidad hasta convertirse en un corte ochentero 100% y pegadizo como pocos. Me dejó un gran sabor de boca y ya estoy deseoso de un nuevo trabajo. Y justo al acabar este tema, Ángel nos comenta que hay que acabar, y hasta en eso demostró lo grande que es, siendo comprensivo con la situación y la organización (conviene recordar que el Egaleo es un recinto al aire libre, con casas cerca, y es probable que los vecinos no viesen con buenos ojos escuchar música a la 1 y media de la mañana). Es una pena porque me dejó con ganas de más (no pasaron de los 50 minutos), y con el buen sabor de boca de saber que Atlas sigue funcionando y que tiene un gran futuro por delante. Tenemos bandaza para rato.

 

En cuanto al festival en sí, conviene para próximos años controlar horarios, o al menos no programarlos tan justitos, que, pese a que los cambios entre grupo y grupos fueron eficientes, el grupo principal se vio inevitablemente afectado. También eché de menos una mayor asistencia. Es una pena que músicos de la talla de Manrique, Dávila, o los Arias que llevan tanto tiempo en esto, y sin dejar de currárselo solo congreguen a 100, 150 personas siendo optimistas. En cuanto a aspectos muy positivos, destacar el dar opción a grupos más o menos noveles de tocar en Madrid ante bastante público y sobre todo, el gran sonido de que tuvieron todos los conciertos. Sonidazo de principio a fin que ayudó a disfrutar de los conciertos al 100%.
Buena noche de hardrock y esperemos que este festival se consolide, en recuerdo de aquel Legarock, que muchos echarán de menos.

Texto: Belch
Fotos Atlas / Mr.Rock: Archivo MS.COM