Veintinueve años de rockcastúo es lo que llevan haciendo los extremeños Bucéfalo, y en todos esos años era la primera vez que tocaban en Madrid. Para la cita estuvieron acompañados por los alcalaínos Zoomao.
Texto y Fotos: Alfonso Dávila

Hablar de Bucéfalo es hablar de uno de los grupos míticos de nuestro rock, pero que por desgracia no han sido reconocidos fuera de su Extremadura natal. Se fundaron en el año 82 tras la disolución de los grupos Albarregas y Hecatombe, cuyos componentes se unieron y formaron Bucéfalo. En el año 83 grabaron un casette de cuatro temas, llamado Maketa. Al año siguiente editaron en un vinilo compartido con otras tres bandas extremeñas, llamado “Lo ke hay ke oir”. Después se tomaron un descanso, un poco largo, para volver en 1999 y editar los discos “Fuera de aquí” (2003), “Nusotros palramos asina” (2005), “25 Takos” (2008) y “Jipiando” (2010). Hay que destacar que sus letras son escritas en castúo, la lengua originaria de Extremadura y que tanto se preocupan por su difusión.

Los encargados de abrir la velada fueron los alcalaínos Zoomao. Salieron a la palestra con u retraso de unos veinte minutos, retraso que obligó a recortar el setlist a Bucéfalo. El grupo está compuesto por Kini Morales a los teclados, a las voces Pedro Gallego, Davis Frutos como batería, Mariano Martín (Beholder) en la guitarra y J.D. Blanco (Barbaroja) al bajo.

Comenzaron la descarga con “Gritos”, para continuar con “Giro”, ambos temas de su primer disco, el cual regalaban con la entrada junto a un disco de Bucéfalo, buen detalle por parte de las bandas. Tras el agradecimiento a Bucéfalo por darles la oportunidad de abrir para ellos y tras un grito de “Viva Extremadura”, continuaron con “Sígueme”. El público durante toda la noche no fue muy numeroso, debido a que ese mismo día tocaban Dream Theatre y en la cercana sala Hebe se celebraba el homenaje a Pappo. Eso sí, el público que asistió, la mayoría extremeño, debido a que los Bucéfalo fletaron un autobús para facilitar el desplazamiento de sus paisanos a la capital, estuvo muy activo.

A continuación tocaron “La maleta”, que empieza con el teclado y al que poco a poco se van incorporando el resto de instrumentos. “Me oigo hablar”, al igual que la anterior, también empieza con el teclado. Para volver a meter un poco de caña al concierto, continuaron con “En mi OVNI”. Volvieron a tocar otra balada, en este caso la elegida fue “Alquimia”. Presentaron otro tema, llamado “FA#”, el cual sonaba bastante bien.

El concierto ya llegaba a su fin, y los temas elegidos para cerrarlo fueron “Eres nuevo” y un medley de dos temas de Led Zeppelin, “Rock and Roll” y “Whole Lotta Love”, además contaron con la colaboración de Carlinos de Bucéfalo, cantando en “extranjero” como más tarde dijo. Punto y final de los alcalaínos, que no lo hicieron nada mal.

Llegaba el turno a los cabezas de cartel. Tras el cambio de set, 29 años de rock castúo, por fin tocaban en un escenario madrileño. A día de hoy el grupo está compuesto por Carlinos Masegosa a las voces, Paco Mata como guitarrista (ambos son los únicos miembros originales que hay en la banda), como bajista Javier Cid, Javier Montero como teclista y Javier Montero a la batería. Por desgracia ya no está entre ellos el violinista Blas Barroso, que siempre daba un toca especial a los temas.

Arrancaron con “25 Takos como un iman”, tema que abre el disco de su vigésimo quinto aniversario, editado en el 2008. Siguieron con “Tus Celos” y con “Embargo”, durante la cual Carlinos se plantó una boina y comentó sentirse orgulloso de su Extremadura natal. En “Modelnos” reivindicaron que todo el mundo debe sentirse orgulloso de ser heavy y no avergonzarnos de decirlo bien alto. Siguieron con las dedicatorias, en este caso para presentar el tema “Juera d´aki”, comentaron lo sucedido en Valencia.

A continuación llegó un bonito detalle, en realidad fueron dos, por parte del grupo. El primero fue el dedicar a Rockberto, cantante de Tabletom que tristemente nos dejó el pasado año, la canción “+ Leve kel aire”. Y el segundo detalle fue el contar con una traductora al lenguaje de signos, que se iba encargando de traducir la tetra de la canción, porque como dijo Carlinos: “no por ser sordos tienen que perderse un concierto”. Un diez para la banda. El grupo había anunciado que en este concierto iban a contar con la colaboración de algunos invitados. El primero de ellos fue Oscar Sancho de Lujuria, para cantar “Sibarita”, tema en el que ya cantó en la grabación del disco “25 takos”. Además, durante este tema ocurrió una de las anécdotas de la noche, al lanzar Carlinos un globo al público, y nada más lanzarlo pincharse contra una televisión.

La siguiente en caer fue “El porke de las cosas”, con la colaboración de un amigo suyo que se dedicó a bailar y a animar al público. La segunda, y última, colaboración de la noche fue el cantante de 4 Gatos (no confundir con los Cuatro Gatos madrileños) Jesús Mayo, para la canción “El noviajo”, sin duda uno de sus temas más conocidos. Para este tema también estaba anunciada la presencia de El Chino, guitarrista de José Andrea y Uroboros. Sin duda, con esta canción se vivió uno de los momentos más calientes de la noche, con toda la sala dando botes y bailando.

Para que no decayera el ritmo del concierto, se decidieron a tocar la versión acelerada del tema de Asfalto “Rocinante”, la cual grabaron para el disco homenaje a los madrileños, llamado “Seres Urbanos”. “Fantoche” estuvo dedicada a un chaval de 17 años, que pretendía venir desde Extremadura al concierto, y por la ley que prohíbe la entrada de los menores de edad a los conciertos, no pudo hacerlo. Una lástima y una injusticia, que yo también viví alguna vez.

Ya llegaba, por desgracia, el momento de ir terminando el concierto. En un momento sólo tenían tiempo para tocar una canción, pero al final tras las peticiones de todo el público y del propio grupo, les concedieron tocar otro tema extra. El primero de los dos últimos temas fue “No necesitas leader” de su disco “Fuera de aquí”, para finalmente terminar con “Rock rap rock”.

Grandísimo concierto el que ofrecieron los extremeños, con un Carlinos muy activo y un grupo muy compactado y a los que se les nota que se lo pasan bien encima de un escenario. Lo peor de todo fue que no se acercó mucho público local. Ellos se lo perdieron. Además es digno de mención el público extremeño que se desplazó en el autobús del grupo, que se pegaron seis horas de viaje de ida y otras seis de vuelta, y que durante todo el concierto no paró ni un minuto de moverse y de pasárselo bien.

Texto y Fotos: Alfonso Dávila