Moonspell + Bizarra Locomotiva + Norunda – 6 de noviembre ’17 – Salamandra (L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona)

Como no podría ser más simbólico, bajo la luna llena de noviembre, y en el momento en que se cumplen 262 años del terremoto que devastó Lisboa, empieza la gira peninsular del que sin duda es el grupo de metal más grande de Portugal, Moonspell, que venían a presentar su nuevo trabajo 1755, en este caso, en la Salamandra de Barcelona.

Texto y fotos: Quim Torres

Lo único malo que tenía esta fecha es que era lunes, y ese detalle, junto a que los portugueses vuelven a nuestro país en enero acompañando a Cradle of Filth, repercutió en que el nivel de asistencia no fuera muy alto, pues a unos minutos de que los teloneros Norunda empezaran su actuación, solo se encontraban presentes poco más de una veintena de personas.

  

Aun así, el grupo galeico-portugués arrancó su actuación, que, aunque al principio encontré un poco floja, a medida que avanzaba el concierto iban cogiendo más fuerza. Su estilo, cercano al Thrash y con tintes de los últimos Megadeth, quizás no pegaba demasiado con el resto del cartel, pero consiguieron animar al público, que iba aumentando muy poco a poco. La actitud en alza del bajista, unos excelentes guitarristas y un joven batería con mucha destreza, nos hicieron pasar un buen rato con un setlist que, por lo menos, fue variado, en el cual me llamó especialmente la atención la canción "Pushing to the Limit".

El siguiente turno fue para los portugueses Bizarra Locomotiva, que con un ambiente realmente tenebroso invadieron el escenario. Oscuridad, descontrol y electrónica se mezclan en su directo que, junto a su terrorífica apariencia, envuelve al espectador en una especie de atmosfera Cyberpunk. La teatralidad provocativa de Bizarra Locomotiva le da una gran fuerza a su show, destacando su frontman y cantante, que pasó desde la segunda canción hasta la penúltima abajo del escenario, dándolo todo junto al público.

  

Su concierto era cada vez más contundente, y tuvo su momento álgido hacia la mitad, cuando nos sorprendieron con la colaboración de Fernando Ribeiro, cantante de Moonspell, en uno de sus temas más conocidos, "O Anjo Exiliado", el cual también bajó del escenario para cantar entre el público junto a su compañero. Así, el ambiente estaba más que caldeado, y sólo hacía falta mantener el éxtasi, lo que consiguieron con canciones de su último trabajo como "Ergástulo" o "Engôdo" y "O Escaravelho", con la cual el descontrol y la violencia alcanzaron su máxima expresión.

Al acabar Bizarra Locomotiva, ya se había llenado de público la mitad de la sala, y después de unos minutos se alzó el telón al son de la introducción orquestal "En Nome do Miedo", que abre el nuevo álbum de Moonspell, mostrando un escenario en el que se levantaban unas grandes cruces y un fondo de ruinas que nos trasladaba al concepto de su nuevo trabajo, el terremoto de Lisboa el 1755, año que también le da título al tema con el que arrancaron el concierto. Nada más comenzar -y hasta el final- pudimos apreciar el sonido impecable que sacaba Moonspell, y entonces apareció Fernando Ribeiro, caracterizado con una máscara de médico de la Peste Negra, representativa de la mentalidad medieval en la que se sumía Portugal antes del terremoto. El concierto giraba de momento totalmente entorno a este disco, las canciones sonaron en el mismo orden que en la grabación, lo cual remarcó su carácter conceptual, lleno de significado, acentuado por las sombrías y breves explicaciones que el vocalista iba intercalando y la imaginería simbólica que presentaban.

  

A pesar de que de momento estaban interpretando sólo canciones de este recién publicado trabajo, el público estaba respondiendo excelentemente; pues, aunque, personalmente, encontré este disco algo flojo, suena realmente contundente y fluido en directo, y la actuación del gran frontman que es Ribeiro y su buena conexión con el público acabaron de hacerlo redondo. Pero cuando el público empezó realmente a gozar fue al sonar uno de sus singles, "Evento", que los asistentes cantaron con fuerza. Sin duda, a medida que avanzaba el concierto las canciones iban mejorando cada vez más, lo cual nos hace pensar que el álbum está estructurado con esta misma intención, la de conseguir un buen efecto en directo.

Con la melodía introductoria de "Todos os Santos", apareció Ribeiro con una gran cruz con la que irradiaba de luz roja al emocionado público, a modo de lúgubre bendición, creando así el espectáculo para una de las nuevas canciones más potentes. Seguidamente llegó la sentimental y oscura versión de los portugueses Os Paralamas do Suceso, que contó con una ambientación especialmente siniestra y que dejó paso, de nuevo, a "En Nome do Miedo", la canción con la que habían empezado, pero esta vez la versión original del disco Alpha Noir, que cerró espléndidamente el círculo de 1755, para viajar directamente del último al primer disco; pues entonces empezaron a sonar los terroríficos teclados de Pedro Paixâo en "Vampireia" mientras un dantesco Ribeiro hacía su sombría aparición. De esta canción pasaron a uno de sus mejores temas, nada más y nada menos que "Alma Mater", con su inconfundible riff inicial, coreado por un público totalmente eufórico.

  

Aquí hicieron una pequeña parada de rigor, pero ante la rápida petición del público, no tardaron demasiado en oírse unos susurros que preguntaban "How did you get inside me?", preparándonos para la que sería su próxima canción, "Everything Invaded", de 2003, seguida de una de mis canciones preferidas de Moonspell, "Extinct", sacada de su anterior trabajo, con la que la gente cantó con fuerza su espléndido estribillo y disfrutamos especialmente de la guitarra de Ricardo Amorim y sus solos cargados de sentimiento.

Durante la siguiente canción un más que cercano Ribeiro invitó a subir a una de las presentes al escenario, a la que se le unieron unas cuantas chicas más, y entre risas, saludos y agradecimientos, llegamos a los dos últimos temas de la noche, que nos devuelven a su segundo disco, Irreligious, con una versión muy cañera de su "Awake!", seguida de los aullidos a la luna llena que anunciaban uno de sus temas más conocidos, "Full Moon Madness", que sonó con una fuerza increíble, y con la que llegaron al éxtasis del concierto, con un final realmente épico que cerraba una hora y tres cuartos de un directo en constante crescendo.

  

Fue una noche cargada de sorpresas, pues por las sensaciones que me daba la escucha de 1755 no creía que iba a ser un gran concierto, y resultó serlo con creces, aunque quizás a alguien no le gustara que tocasen tantos temas nuevos seguidos, creo que lo compensaron bastante bien desempolvando canciones de sus primeros discos, así que el resultado en conjunto fue muy bueno; al igual que no me llamaba mucho la atención Bizarra Locomotiva y tanto yo como el resto de los asistentes disfrutamos enormemente de su directo. Ante todo esto, sólo lamento que no se llenara la sala, no por Moonspell, sino por aquellos que se perdieron esta gran noche.

Texto y fotos: Quim Torres