No era fácil que los (mayoritariamente) suecos Blues Pills sacaran un disco a la altura de su espectacular début. Y quizás "Lady in Gold" no lo sea inmediatamente, pero es un álbum excelente, que crece con las escuchas y en el que no han tenido miedo de evolucionar y luchar por ampliar sus horizontes, tanto musicales como de audiencia. Una infecciosa y pegadiza mezcla de blues, rock, soul, psicodelia y garaje que no dejará un hombro quieto y en el que se consolidan como una de las grandes bandas revivalistas de hoy en día.

Albert Vila

Blues Pills han sido una de las sensaciones más sorprendentes de los últimos años. Formados en 2011 a raíz de que dos miembros de Radio Moscow se encontraran fortuitamente con una cantante sueca, ha habido una cierta aura de fascinación entorno a este multinacional cuarteto desde sus inicios, antes incluso de publicar su homónimo primer disco, de forma parecida a lo que ocurría con esas grandes bandas de los setenta a las que pretenden emular. Ese álbum de début, profundamente anclado en el blues rock setentero más infeccioso y publicado en 2014, recibió alabanzas unánimes, y a mí me pareció una maravilla.

Algunos se preguntan por qué Blues Pills alcanzaron tan rápidamente este nivel de aceptación entre el público cuando tantas otras bandas revivalistas con tanta calidad como ellos, como DeWolff o The Vintage Caravan, van a estar toda la vida sin ser capaces de salir del Rocksound (dicho esto, por supuesto, con total admiración hacia el Rocksound, solo faltaría, pero ya me entendéis). No solo hay que tener gracia, sino que también hay que caer gracioso, y si bien es cierto que no son los únicos que han hecho de los pantalones de campana y la devoción a la música de Led Zeppelin su bandera, son de los pocos que a un cancionero redondo, creíble y resultón le pueden añadir un cierto algo, que se podría llamar carisma, personificado en la sensibilidad a la guitarra de Dorian Sorriaux y, sobretodo, en el vozarrón y la magnética figura de su cantante, la sueca Elin Larsson.

El segundo disco siempre es un desafío especialmente complicado para cualquier banda, y más aún para Blues Pills, hypeados al máximo después del gran éxito de su debut, y con legión de trves esperando un batacazo para sacar los garrotes. Se los tendrán que guardar de nuevo, ya que creo que no hay ninguna duda que han superado el reto airosamente. Lady in Gold, con sus cortos y concisos 40 minutos, es un trabajo tremendamente agradable de escuchar, que no supone quizás el impacto que supuso su primer álbum, pero que a nivel compositivo está sobradamente a la altura. Había el peligro de que se estancaran en la fórmula que les resultó tan bien en el primer disco, pero no lo han hecho en ningun momento. Aquí hay mucha más variedad que en su disco de début, con especial énfasis en el soul (coristas incluidas), y una vocación decididamente más abierta y, por decirlo de alguna manera, comercial, aunque no lo suficiente para echarme para atrás.

Se trata de un trabajo muy ambicioso, con aspiraciones a gustar a gente que no aprecie necesariamente el rock, sonando a veces un poco a divas del pop contemporáneo como Adele o Duffy, en lo que parece un movimiento calculado para dar un saltito hacia las masas aprovechando la voz y el carisma irresistible de Elin. No han cambiado radicalmente, pero podríamos decir que si antes su mayor inspiración eran Led Zeppelin, ahora este pilar se ha difuminado bastante y se han movido un paso hacia sonoridades más negras sin dejar de recordar a clásicos del rock como Fleetwood Mac o Grand Funk Railroad, con lo que su mezcla de blues, soul y rock psicodélico suena más personal y diversa que nunca. La producción, por otra parte, también es fantástica. Menos cruda y más pulida que en su disco de début, con más capas y arreglos, pero igual de poderosa, está totalmente en línea con la evolución musical de la banda.

No niego que existe la posibilidad de que decepcione un poco a los más puristas, pero creo que habría algo de injusticia en ello, ya que la esencia de la banda se mantiene intacta, y su expansión sonora tiene lugar de forma muy coherente. Evidentemente, tocan muchos palos más allá del blues rock psicodélico que dominaba su primer álbum, pero son palos que me parecen fácilmente asumibles y apreciables por fans del estilo. Habrá quejas fundamentadas ante el incremento de protagonismo que se le ha dado a Elin, en detrimento a partes más instrumentales o algunos de los solos que copaban su trabajo anterior, pero en última instancia, todo se reduce a una cosa: las canciones siguen siendo excelentes, y la variedad y profundidad compositiva van decididamente un paso más allá.

Hay algo simbólico en que su primer disco empiece como el "Highway Star" de Deep Purple, y este homónimo "Lady in Gold" que abre el álbum que nos ocupa lo haga con las mismas dos notas al piano que el "Love Today" de MIKA. No es que el resto de la canción se parezca en nada, ni mucho menos, pero simboliza un poco la intención distintivamente pop con la que se desarrolla, con una línea vocal muy melódica y pegadiza, recordando un poco a Adele e incluso a la Lady Gaga más rockera (y en última instancia a Aretha Franklin o Etta James, claro, que tampoco es que Adele inventara esto). Sea como fuere, estamos ante un temazo, donde la voz, como era de esperar, tiene un protagonismo descarado, y los coros gospeleros no hacen más que pavimentar el camino para mayor brillo de Elin, desembocando en un último minuto apoteósico. Este tema ha sido el primer adelanto del disco, y también en el vídeo que lo acompaña vemos a la cantante más sugerente que nunca, aprovechando el tirón que pueda generar su indudable atractivo físico. Todo parece estudiado para intentar llegar a una mayor cantidad de público, y la verdad es que espero que lo consigan.

Temas como "Little Boy Preacher", más bluesera y llena de mellotrones, o "Bad Talkers", más soul, tienen mojo a raudales, me hacen mover los hombros, chascar los dedos y poner morritos, así que se prestan a poco análisis. Si la música tiene que motivar, transmitir y emocionar, estos temas lo hacen sobradamente. Los coros gospeleros estan muy trabajados, son pegadizos y añaden una negritud que, en mi opinión, queda magníficamente. "Burned Out", por su parte, es uno de mis cortes favoritos y posiblemente, uno de los temas más en línea con lo que hacían en su primer disco, con un ritmo bluesero, sinuoso y pesado que desemboca en un fantástico estribillo abierto y luminoso.

"I Felt a Change" se construye únicamente a base de teclados y voz, para lucimiento total de Elin. Una canción muy sentida y emotiva, en la que la vocalista sueca da rienda suelta a su vertiente más íntima, a modo de diva del soul de la Motown. A mí personalmente no me parece demasiado inspirada compositivamente, sino más bien simplona y algo "cheesy", pero no hay duda que la interpretación vocal es excelente. Es fácil imaginar este tema en directo con un único foco apuntando a Elin y ganándose una atronadora ovación después de un par de segundos de silencio, con toda la sala aguantando la respiración. Me ha sorprendido que escogieran esta canción como segundo single del disco. Es cierto que es accesible, pero creo que no tiene el gancho de muchas otras. En todo caso, es un nuevo registro que desconocíamos en ellos y que puede ser interesante de explorar.

Al escuchar "Gone So Long", lo primero que me ha venido a la cabeza antes de que entren las guitarras es el jazz / soul de los primeros Marlango. La canción tiene una interesante evolución, empezando muy suave para, poco a poco, incorporar capas y capas de distorsión y psicodelia, con Erin desgañitándose progresivamente y acabando a lo "No One Knows" de Queens of the Stone Age. Un temazo. "You Gotta Try" es rítmica y bailable, alternando pasajes más soul con un estribillo más directamente rockero y bastante pegadizo, al igual que "Rejection", con muchos teclados y unos coros excelentes. "Won’t Go Back" es algo diferente al resto del disco, psicodélica y muy garajera, directa y bailable, con un aire disco a lo Donna Summer por momentos, y recordanado un poco a unos The (International) Noise Conspiracy soulificados.

Acabamos con "Elements and Things", que ya sonó en su gira anterior. Se trata de una versión del cantautor norteamericano Tony Joe White y, quizás porque ya llevan más tiempo tocándola, es uno de los temas que suenan más en la onda de su disco de debut. Algo opresiva, muy pegadiza y con una letra más que interesante, es un colofón de lujo para un álbum grandioso, que confirma que Blues Pills tienen lo que hay que tener para petarlo en esto. Quizás Lady in Gold no es un pepinazo tan obvio e inmediato como lo era ese primer Blues Pills, pero hay temazos a punta pala y es inevitable que la rodilla o el hombro se te escapen con faciladad. A medida que pasan las escuchas acabas totalmente atrapado, descubriendo poco a poco todos los detalles y saboreando el magnífico trabajo con los arreglos, que embellecen cuidadosamente todas y cada una de las canciones. Para mí, un disco fantástico, cálido, inspirado, variado y tremendamente disfrutable.

Hace solo unos meses tuvimos a Blues Pills en directo por nuestros escenarios. Yo tuve la ocasión de verles en Barcelona, donde colgaron el cartel de sold out en la sala Apolo 2. Me encantó poder comprobar como fueron capaces de atraer a públicos de edades y pelajes muy distintos, desde heavies a cantantes de coral, desde adolescentes ilusionados a abuelos nostálgicos. Quizás porque tenía grandes expectativas puestas en ellos, ese concierto me pareció algo frío y hasta cierto punto decepcionante. Sin ir más lejos, sus propios teloneros, los noruegos Pristine, les dieron un pequeño repaso (porque menudo bolazo el de Pristine!). Si no me equivoco, en esa ocasión no llevaron teclista, y sigue sin haber uno oficialmente en sus filas (en los créditos de este disco aparecen distintos colaboradores para cada uno de los múltiples tipos de teclados que se usan). Teniendo en cuenta que en Lady in Gold las teclas tienen una presencia mucho más destacada que en sus trabajos anteriores, será interesante ver como lo solucionan en directo. Espero que realmente lleven a alguien especialmente dedicado a ello y que no pongan una cinta. Y no hablemos ya de los coros… tendremos coristas con vestido de lentejuelas y chascando dedos? Ojalá!

Tendremos respuesta a estas preguntas en pocas semanas, ya que este octubre los tendremos por aquí de nuevo, esta vez en salas de más capacidad, acompañados por los alemanes Kadavar, otra de las bandas que parece sacar la cabeza entre el mar de rockeros revivalistas, completando lo que será un excelente cartel de rock setentero acampanado. Un concierto que servirá para confirmar que Blues Pills han dado un paso más allá para convertirse en un grupo a seguir fuera del nicho del rock. Tienen talento y clase de sobras, y espero que también puedan gozar de la suerte necesaria para conseguirlo.

Albert Vila

Temas:

1. Lady in Gold
(4:32)
2. Little Boy Preacher (3:36)
3. Burned Out (4:33)
4. I Felt a Change (3:58)
5. Gone So Long (4:17)
6. Bad Talkers (3:11)
7. You Gotta Try (3:39)
8. Won’t Go Back (3:56)
9. Rejection (3:34)
10. Elements And Things (4:52)

Videos: