Corazones Eléctricos han vuelto a la carga con un nuevo disco, el segundo de su carrera. Después del magnífico disco homónimo (Corazones Eléctricos, 2017), Arte y Oficio es toda una declaración de principios. De la escisión de Uzzhuaïa han aparecido algunas bandas, entre ellas: Capitán Booster (puedes leer las reseñas de sus dos discazos aquí y aquí), 13 millas y Corazones Eléctricos que nos ocupan y embriagan en esta ocasión. Del Action Rock, garajero, directo, superlativo de los primeros, pasando por las marismas más stoner de los segundos hasta el rock limpio, elegante, enérgico, con múltiples caras, de la banda de Pau Monteagudo.

Arte y Oficio es un grandísimo disco de Rock: enorme, que crece y crece con cada escucha. Letras metafóricas e inteligentes, finamente envueltas en un traje de lujo: rock de alto copete. Una de las grandes cosas que se puede decir de éste disco es que atesora gran variedad de estilos, letras punzantes, ritmos desbocados y pegadizos; pero sobretodo una melancolía acuosa que te arrastra al fondo de tu ser como el abrazo de un cocodrilo hambriento. Empezando por el cover art de la portada, un excelso collage para perderse en él durante un buen rato, paseando por los infinitos detalles que lo componen. La artista: Irene Bernad (a quién ya entrevistamos hace un tiempo en MS), un trabajo espectacular!

En cuanto a la producción del disco: Elefante Estudio. Un seguro de vida y más aún si se tiene a los mandos a Manuel Tomás. El disco suena muy bien, limpio, sereno incluso. Todos los instrumentos se pueden percibir y paladear en sus matices. El estallido inicial está compuesto por tres temas descomunales: Por ti, A contraluz y Contra las cuerdas son apasionantes. La energía que desprenden estos, el aura melancólica, la elegancia en sus fraseos y letra se transmiten a la perfección. Y, no es acaso esto la música, el arte, la cultura? Todo acompañado por una sección rítmica simplemente mayúscula que dibuja rotundas filigranas alrededor de cada una de estas canciones. Sobresaliente.

Rock elegante y enérgico, si, con cierto sabor añejo: Por ti es un canto de amor desesperado al oficio de ser música, al arte de componer para uno o para millones, para ti! A contraluz sigue maravillando aunque la oscuridad se cierne un poco más sobre tu ser y, a mí, me pone los pelos de punta…uno de mis temas preferidos del álbum. Hay referencias musicales por doquier, pero lo más importante es su manejo: puedes escuchar ecos de Petty en Despierta, un buenísimo tema dónde solamente me falla un poco el inicio pero que poco a poco va creciendo y tomando envergadura. Quizás intuyas algo de QOTSA en la arenosa El Monstruo, otro trallazo plagado de blues, stoner, psicodelia en alguna parte, haciendo un todo espectacular.

Y seguimos: Action rock escandinavo, vislumbrando a The Hellacopters en Valentina, escuchadla, escuchadla muchas veces porque es una puta pasada! Es agresiva, luctuosa, pegadiza y muy, muy directa. Sabor a diablo y rock’n roll. Si te apetece algo más tranquilo: En las estrellas, recordando a Jayhawks, una letra muy sentida y musicalmente punzante, punzante ahí dónde duele… Ramalazos a lo Chuck Berry en la socarrona Doble o Nada.

Pero queda un tema que se te clava en el alma como una astilla y no se suelta más: Sempiterno. La desnudez del piano y la voz, la introducción del resto de instrumentos… un canto de nuevo desesperado, sensibilidad a flor de piel y un final encantado… al terminar el tema y tras unos segundos de silencio una voz raspada, grave, nos canta al oído Por una cabeza del maestro del tango Carlos Gardel. No sé quién canta ahí pero voz más guitarra forman una sociedad de la desolación que pone los pelos de punta.

Aquí tenemos un disco hecho desde la honradez, la inteligencia, el amor a la música y al arte, una necesidad vital gravada a punzón en cada surco del disco. Alguien da más?

Marcel Palagós

Temas:

Por Ti
A Contraluz
Contra Las Cuerdas
Despierta
El Monstruo
Sangre y Revolución
Valentina
En Las Estrellas
Doble o Nada
Sempiterno