Casi 13 años. Ese es el tiempo que Corrosion of Conformity nos han tenido esperando sin publicar un disco como cuarteto. Lo que un día fue un proyecto paralelo, Down, se convirtió en la principal ocupación del cantante y guitarrista Pepper Keenan, y sus compañeros de fatigas Reed Mullin, Mike Dean y Woody Weatherman siguieron como trio. Sin embargo, a pesar de notables entradas en el catálogo de la banda, lo que muchos fans esperaban era una reunión de la formación más clásica. En 2015 se obró el milagro con un par de giras que nos volaron la puta cabeza, y la banda pronto anunció que habría disco nuevo. Y bien, aquí lo tenemos. Trabajando de nuevo con el quinto miembro de facto de la banda, John Custer, a los controles, los cuatro cafres de Carolina del Norte han vuelto sin ninguna intención de tomar prisioneros, dejando solamente cadáveres por el camino.

Edko Fuzz

Y es que este "No Cross No Crown" deja claro desde el principio que ha venido a destrozar cráneos a base de riffs martilleantes y el característico sonido denso, oscuro, espeso y pantanoso que tanto caracteriza a las siglas COC. Para que los fans se hagan una idea, es como si la banda hubiera retomado el espíritu de "America’s Volume Dealer" (2000) y lo hubiera conectado al sonido de "In the Arms of God" (2005) para formar un cocktail atómico. Y creo que no me equivoco si digo que el sonido de este álbum es lo que todos los que esperábamos la reunión como agua de Mayo estábamos deseando volver a escuchar.

Para empezar, "No Cross No Crown" vuelve también al formato de "Deliverance" (1994) con varios interludios instrumentales en un claro homenaje a los discos setenteros de Black Sabbath. Pero es que no nos hemos acomodado aún con la intro de "Novus Deus" que el mastodóntico riff de "The Luddite" nos revienta los tímpanos. Ahí están las ESP de Keenan y Weatherman apretando los Mesa Boogie para conseguir ese sonido de guitarra esponjoso y lo-fi tan característico de la banda, y cuando la voz de Keenan empieza a aullar una sonrisa se dibuja en tus labios y piensas: "oh sí, están de vuelta… y van en serio". Siguen lo que han sido los dos temas de adelanto, la marchosa y resultona "Cast the First Stone" y la apoteósica "Wolf Named Crow". Es posible que COC nunca hayan sonado tan épicos como en este tema, con ramalazos a Sabbath e incluso ecos de "Wiseblood" (1996).

Y es que, como no podía ser de otro modo, las referencias a Sabbath son constantes (incluso un pelín demasiado obvias en un tema como "Nothing Left to Say" que recuerda horrores a "Solitude") y, por supuesto, también hay un aire de Southern Rock pasado por la trituradora que sobrevuela todo el disco (ahí está "Little Man" con su breakdown a lo "Albatross"). El riffaco de "Forgive Me" te enciende la sangre en cero coma (especialmente cuando viene precedido de esa pequeña joya acústica que es "Matre’s Diem"), mientras que "Old Disaster" nos remite directamente a "America’s Volume Dealer" con esas guitarras bañadas en flanger y un groove que te hace menear la cabeza al unísono.

Uno de los puntos álgidos del disco llega con "E.L.M.", un tema con riff marca de la casa (por supuesto) y con guitarras dobladas para un efecto Thin Lizzy, otro de los referentes de la banda, a discreción. Mullin y Dean siguen siendo una de las secciones rítmicas más mortíferas y versátiles que hay en la actualidad y son el esqueleto perfecto para que esas serpenteantes guitarras gemelas escupan toda su mala leche. De hecho, es una auténtica bendición que, en estos tiempos en que todas las bandas de metal contundente suenan absolutamente indistinguibles unas de otras, una banda como COC opte por seguir con su crudo sonido curtido en mil batallas. Lo que es inmovilismo se convierte, irónicamente, en un soplo de aire fresco por parte de una banda veterana.

La recta final del disco se inicia con la enigmática "No Cross No Crown", una oscuro tema con reminiscencias medievales que allana el terreno para que "A Quest to Believe (A Call to the Void)" arrase con todo. Si aún te quedan cervicales sigue una portentosa versión del "Son and Daughter" de Queen que la banda se lleva totalmente a su terreno para cerrar el que será, con toda seguridad, uno de los discos de metal del año.

No tenían nada que demostrar a nadie, pero si una cosa han dejado clara Corrosion of Conformity con su vuelta a la actividad como cuarteto, es que se lo toman muy en serio y que no están aquí para cumplir expediente y meterse el cheque en el bolsillo. Las energías renovadas con las que han vuelto Keenan, Weatherman, Dean y Mullin son dignas de elogio y debemos felicitarnos por poder disfrutar, en pleno 2018, de un disco tan puro, honesto y salvaje como este. Que así sigan por muchos años, por favor.

Edko Fuzz

Temas:
01. Novus Deus
02. The Luddite
03. Cast The First Stone
04. No Cross
05. Wolf Named Crow
06. Little Man
07. Matre’s Diem
08. Forgive Me
09. Nothing Left To Say
10. Sacred Isolation
11. Old Disaster
12. E.L.M.
13. No Cross No Crown
14. A Quest To Believe (A Call To The Void)
15. Son And Daughter