Crim + Batec + Bay City Killers. 29/12/2018. Razzmatazz 2, Barcelona.

Con un Sold Out anunciado con varios días de antelación, el 29 de diciembre asistimos a la presentación en directo del último disco de Crim, acompañados de Batec y Bay City Killers en Razzmatazz 2, el que fue, sin duda, el último gran concierto del año en Barcelona

Quim Torres

Con aun poco público en la sala a las ocho en punto, subió al escenario la primera banda, Batec, un cuarteto de Punk Rock de influencia claramente británica, llena de cánticos hooliganeros. Cánticos que, a medio concierto, con la sala ya bastante llena, eran coreados por buena parte del público, ante mi sorpresa provocada por la ignorancia de no haber oído antes hablar de esta formación, y pensar que sería una banda emergente, pese a tener ya dos discos publicados. Sacaron un sonido inmejorable, que les daba el extra de contundencia que les falta en estudio para ser una banda acojonante. Con media horita bien intensa, consiguieron llegar al público y abandonaron el escenario con los temas “Abril” y “Història de Mentides i Sang”, dejándonos con ganas de verlos bien pronto con un set completo.

  

Desde Mallorca, era la hora de Bay City Killers, un Punk mucho más Hard Rockero, que puso algo de relativa tranquilidad después de la caña de Batec y antes del plato fuerte. Como en el anterior grupo, el técnico de sonido también supo hacerlos lucir de la mejor manera, dándoles más energía que en el disco, a lo que ayudaba también una dinámica puesta en escena. De entre los componentes cabe destacar el vocalista José Serrano, que demostró una muy buena técnica, el mismo que, curiosamente, en el pasado fue compañero de banda de dos de los componentes de Crim.

  

La respuesta del público para los teloneros fue muy positiva, pero no nos podíamos imaginar lo que se avecinaba. Tan solo al poner la intro, que era, ni más ni menos que “Genesis” de Ghost, el público empezó a cantar y a golpear el ritmo del tema, y los gritos aumentaron cuando subieron los integrantes de Crim al escenario. Tras el caraterístico acople de guitarras, arranca contundente “Pot ser no hi ha final”, la canción que abre también el disco que venían a presentar, Pare Nostre que Esteu al Infern, continuadas, sin parar, por “Himnes contra el temps” y “Ullals de Llet”. El estilo directo de Crim retruena en la sala mejor que nunca y hace que el público no pare ni un momento de moverse y cantar desde el principio.

Ante las 1.200 personas (aprox.) que vinieron a verlos, el vocalista y guitarra, Adri, no podía esconder la emoción que esto le provocaba y se mostró realmente agradecido, a lo que contestó con nada más y nada menos que dos de mis canciones preferidas de los tarraconenses: “Benvingut Enemic” y “Una Cançó i una Promesa”, del anterior Blau Sang, Vermell Cel, el disco que, sin duda, les permitió llegar dónde están hoy, así que, si el público ya estaba motivado, aquí acabó de estallar, y no tardaron en verse los primeros crowdsurfings y cervezas voladoras.

  

De vuelta a su nuevo disco, continuaron con las dos canciones de este más directamente relacionadas con la situación política y social catalana: “Quan Tornin les Sirenes” y “La Puta Copa del Rei”, lo cual, lógicamente, provocó canticos en contra de España por parte del público. A estas le siguió “Sense Excuses”, una tercera canción inspirada en el mismo tema, pero de su EP homónimo, dejando así claro lo que piensan de toda esta situación, para pasar a otro de sus grandes temas: “Maneres de Viure”.

El sonido era simplemente espectacular, de lo mejor que he escuchado en los conciertos de Crim e incluso en Razzmatazz en general. Crim son unos fanáticos de los equipos y saben perfectamente cómo quieren sonar, y si a eso le juntas su impecable y fiel técnico, Aleix Archs, puedes conseguir la gloria. Así, con la reconocible melodía de la guitarra de Quim coreada por casi todo el público, empezaba “Caiguda Lliure”, seguida de otro de los temazos del último disco y, sin duda, el más políticamente crítico, “Hivern Etern”, y “De Debó”.

   

Cuándo pensábamos que se habían olvidado de su primer LP, golpearon con la frenética “Cavalls Morts”, un clásico que hizo cantar a sus seguidores más veteranos, igual que harían con todos los demás en la siguiente “Vaixells de Paper”. Durante todo el concierto hasta entonces, la gran mayoría del público coreaba incesantemente las canciones, pero fue a partir de aquí, con “Pare Nostre que Esteu al Infern”, que la práctica totalidad de la sala no pararía de cantar todos los estribillos, los versos de Adri, las melodías de Quim y no cantaron los ritmos de Marc y Javi porque hacer beat-box en un concierto de punk es difícil, además de raro. Crim sonaban fuertísimos, y aun así el público los enmudecía. La gente saltaba del escenario y si te encontrabas por el final de la sala, solo podías ver una mar de manos y puños levantados.

Entrábamos en la recta final con “Blau Sang, Vermell Cel” y los dos temas que cierran su último disco, “L’Instint dels Animals” y “Quan tot sigui Fosc”. Tras unas últimas palabras de conmocionado agradecimiento, llegaba el éxtasis con la mítica “Castells de Sorra”, y bordaron un final por todo lo alto con “I ara et sents trist?”.

  

Pese que no tocaron la gran “Desperta”, personalmente, fue uno de los conciertos más emocionantes del año, pues no todos los días ves llenar una sala así, y de esta manera, a una banda que has visto crecer desde el más puro underground y con la que mantienes una estrecha relación. En medio de la sala recordé la primera vez que los vi, de improvisto en pequeño local de Reus con poco más de 50 personas y, ahora, pese a tener a más de mil sólo para ellos, seguían con la misma actitud humilde y cercana que siempre los ha caracterizado. Seguramente ahora empieza el punto álgido de la carrera de esta banda, y lo han demostrado dando el mejor concierto de Crim que he visto nunca, así que esperamos que consigan mantenerse en este punto durante años.

Texto y fotos: Quim Torres