Muy, muy rico suena el primer larga duración de los madrileños Darkblazers. “Metal Anthems” lleva por título y una especie de power heavy metal industrial es lo que ofrecen bajo el autodenominado estilo del metal mutante. Difícil definir a estos chicos dentro de un estilo musical; más fácil resulta describir su “Metal Anthems”, ¡una jodida pasada! Lo que leas a partir de ahora no hace justicia; apaga el ordenador, ponte a escucharlo y disfruta.

Luis de Juan// @SentenciadeJuan

En el 2.002, en el extinto Rock Machina de la localidad de Moncofa (madre mía que infierno), tuve la suerte de conocer y disfrutar en directo (cosa que no es fácil, como sabrán los admiradores de la banda) de uno de los grupos que más me han marcado a lo largo de los años, los suecos Falconer. Su elegante power metal brutalmente interpretado por el genial cantante Mathias Blad me cautivó. Pues mira tú, después de tanto tiempo de añoranza aparecen Darkblazers y se me viene a la cabeza Falconer; ¿será casualidad? No lo creo.

“Muthan Anthems” es el primer larga duración de los madrileños que, tras varios años de su E.P. debut, “Revolution has begun” de 2012, deciden liarse la manta a la cabeza y crear uno de los discos más chulos y originales que el que suscribe recuerda, y es que no creo que haya un solo heavy en nuestras fronteras que haya crecido en los ochenta o los noventa y no le mole Darkblazers porque la propuesta que facturan, amén de brutal y de calidad, es original y divertida. Un disco que no te cansas de escuchar. Una gozada, vamos.

Los himnos mutantes son magistralmente interpretados por cinco musicazos dirigidos por la elegante y atrayente voz de Cesar Yepes Gómez, que canta lo que quiere y lo hace de escándalo, a mí me ha ganado desde la primera nota. Acompañan a Cesar, el hacha Ángel Fernández a la guitarra, Jonathan Hall a los teclados (otro fiera, ¡cómo molan!), Juan Jesús Rama al bajo y el batería de Firewind y Marty Friedman (sí, has leído bien) Johan Núñez, si bien las baterías parece que fueron grabadas por David Ayala. A estos les acompañan a lo largo del disco una serie de mutantes invitados que no desmerecen ni un ápice.

El disco ha sido producido, grabado y mezclado, mayormente, en el New Life Studios por José Garrido y Daniel Sabugal. También han participado en la grabación Oblivion Studios y Novo Studios. Asimismo ha sido masterizado por el afamado Miko Jussila en Fonvox Studios, lo que atestigua que no se ha reparado en gastos para que lo que llegue a nuestros oídos sea exactamente lo que ofrece la banda. De la futurista portada se ha encargado Jean Michel Designations Artwork.

Definir la propuesta de la banda es complejo pues abarca elementos que van más allá del metal en sí. Existe claras influencias del mundo del cine y de los videojuegos de los noventa que orbitan alrededor de un elegante power metal, trallero y melódico a partes iguales, con ciertos pasajes progresivos y pequeñas pinceladas hard roqueras. A mí, personalmente, me ha parecido como unos Falconer ambientados en el año 2.158, toma ya.

El disco arranca con la introductoria “Overture to revenge” que da paso a la acelerada “Garou (The Hungry Wolf)”. Una especie de híbrido entre Kamelot y Darkseed, casi nada; clásico y moderno, melódico y trallero, el ying y el yang, Caín y Abel… ¡Pura brutalidad para abrir boca! A continuación nos pasa por encima la apisonadora “Revolution has begun” donde el power metal clásico coge el control. Un tema melódico que engaña, pues mientras disfrutas de su atractivo te está pasando por encima; la base rítmica es un cañón, el original teclado una gozada y la voz de Cesar un lujo. Un inicio de diez.

La canción que da título al disco “Metal Anthem” es la definición musical de Darkblazers; contundente power metal futurista, industrial, con pasajes que parecen sacados de algún videojuego tipo Megaman, de riffs pegadizos, líricamente muy elegante y súper original. Estoy flipando. “Appearance is Deceiving” arranca como un ciclón arrasando con todo a su paso, ¡vaya contundencia que se gastan! Primero te machacan, a continuación se clavan un estribillo melódico para que te relajes y, finalmente, la apisonadora vuelva a ponerse en marcha. Todo ello aderezado con esos ritmos de teclado tan originales, marca de la casa y santo y seña de la banda.

Falling Star” no baja el ritmo, más bien al contrario. Un tema más sinfónico que sus predecesores de riffs contantes, contundentes y actuales (Una pregunta: ¿suena en este tema, al piano, una pequeña estrofa de la canción de Oliver y Benji, ya sabéis: “allá van con el balón es los pies…”? Creo que oigo fricadas por todas partes; me gusta). “Angelcider” es uno de los temas más pegadizos y que, personalmente, más me han gustado dentro de la excelencia general. Sigue las reglas del juego que marca Darkblazers y es que estos temas tan elegantes me están volviendo loco. En este tema echa una mano Nacho Ruiz a las voces. Tenemos tiempo para relajarnos con la baladita “Staring at the sun” y es que para todo hay tiempo en la vida. Ni que decir tiene que César hace lo que quiere en este tema.

Retomamos la cera con “The Arcadeborn”, otro temazo y cuyo título expresa claramente de qué trata. Cualquiera que pase la treintena recordará esas tardes en los recres, con esos pequeños tesoros en forma de monedas de cinco duros, dándole que te pego al Double Dragon, Snow Bros., Cadillac Dinosaur o Golden Axe, entre otros cientos, y aborreciendo el impasible “Insert Coin”. Tras las aventuras del abuelo cebolleta, nos centramos. El tema es rapidísimo como la patada múltiple de Chun-Li, directo a la yugular como un bocado de Blanka y muy contundente como un shöryüken de Ryu o Ken. No sé qué haces que no dejas de leer y te vas a escucharlo, la verdad.

Por desgracia esto se va acabando. “Stargazer” sigue el esquema marca de la casa. Teclados futuristas al son de una contundente base rítmica guiados por la elegante voz de Cesar. El discazo finaliza con “Unequal Ways (Symmetric Souls)” que cuenta con la colaboración e Arturo “Megamuerte” Romero. Es otro de esos temas ágiles y alegres que se curran los buenos de Darkblazers y es que da gusto escucharlos. Tiene uno de esos estribillos que enganchan de lo pegadizo que es. Un tema de diez para poner punto y final a una obra de escándalo.

Ojo con Darkblazers, que a poco que su excelente propuesta se maneje correctamente puede ser un petardazo de los gordos. A mí, personalmente, me han dejado boquiabierto, me ha encantado su calidad, originalidad y lo arriesgado de su difícil propuesta que no hace más que definir a una banda que sabe lo que quiere y tiene capacidad y actitud para conseguirlo. Muchas gracias por este pepinazo, he disfrutado con “Mutant anthems” más que un niño con el bolsillo lleno de monedas de cinco duros y el Metal Slug delante.

Luis de Juan// @SentenciadeJuan