Relativamente poco, dada la gran complejidad de la obra que nos ocupa, hemos tenido que esperar para escuchar el trágico final del legado de Edgar Allan Poe instrumentalizado gracias al tesón y al buen hacer de Joaquín Padilla. Tal y como es habitual, el capitán Padilla ha organizado un ejército de excelsos músicos españoles que ponen al servicio del inmortal autor sus mejores armas para dar forma al tercer y último acto del “Legado de una Tragedia” de Edgar Allan Poe. Déjate arrastrar y disfruta.

Luis de Juan

Una sensación agridulce sentimos al reseñar la última entrega del Legado de una Tragedia de Allan Poe y es que, precisamente, el hecho de ser la última nos hace sentir cierta tristeza; pero ¿qué hay si no tristeza y melancolía en una obra de Poe?

Es conocida la admiración que en Metal Symphony sentimos por Joaquín Padilla y, por supuesto, por su obra, por tanto, voy a omitir la multitud de adjetivos calificativos que podría poner a continuación, no porque no los merezca, no es el caso, sería una lista larga, pues lo que está haciendo es, sencillamente, increíble. Lo era hace años cuando empezó con esta locura y lo es ahora que ha terminado (de momento) con ella. Creo que, disco a disco, Joaquín Padilla se ha ganado el respeto de la, en ocasiones difícil, comunidad metalera. Enhorabuena.

Como viene siendo habitual, el aspecto visual del trabajo es excelente, ofreciendo una magnifica presentación cuidando hasta el mínimo detalle, como merece la obra, hasta el punto de que acompañando al disco encontramos un DVD con el making off del trabajo. De la oscura portada se ha encargado Felipe Machado Franco y le ha quedado de escándalo.

Joaquín, que ha compuesto la obra en su integridad, se ha encargado, a la par, de la producción y de los arreglos orquestales, súper ampliaos en esta tercera entrega, que cuentan con su propia orquesta dirigida por Txema Cariñena el cual, intuimos, habrá tenido una importancia capital. Como su anterior entrega, ha sido grabada al alimón entre el propio Padilla y Pablo Villuendas en los estudios E.C.M y Espartanos de Madrid.

Si la segunda parte de la obra supuso un paso adelante respecto a la primera en lo referente a la labor de producción, arreglos orquestales y nivel compositivo, debemos reiterarnos en esta ocasión pues, por difícil que parezca, se aprecian mejoras en el cd, señalando especialmente las letras de los temas, minuciosamente cuidadas. El hecho de contar con gran cantidad de músicos de tan variados estilos nos da una amplitud de registros que crean un ambiente muy heterogéneo variando según las peripecias por las que esté atravesando Alan Poe.

El disco arranca con “El mundo de los sueños” al que Morfeo (Joaquín Padilla) conduce a Allan Poe (Leo Jiménez) tras salvarle del infierno. En este mundo de los sueños del que surgen las ideas del autor, este se encuentra con personajes de sus libros como Lucién (Miguel Ángel Franco, Saurom), Morella (Chus Herranz, We Will rock you) o Destino (Israel Ramos, Alquimia, Avalanch). Es el tema más largo del disco y sirve de excelente carta de presentación de la obra, pues desde el segundo uno podemos apreciar las mejoras introducidas en la última entrega de la tragedia. Leo está sembrado en su papel de Poe haciendo virguerías con la voz acompañado de manera magistral por los anteriormente reseñados.

En la biblioteca de los libros jamás escritos nos encontramos con “La bestia de los ojos desdentados” o Corintio (José Broseta, Opera Magna), una bestia ideada por Morfeo con dientes en los ojos y que acojonaba bastante al bueno de Poe. Es un tema muy ágil, rápido y directo a la yugular, puro heavy metal. Siguiendo por el mundo de los sueños llegamos a las aguas del abismo donde encontramos “La maldición del manuscrito” tema recurrente en la obra de Alan Poe. Se trata de un tema elegante, muy grandilocuente, que cuenta con la aparición del viejo marinero sueco (Jorge Berceo, Zenobia) y el anciano del Maelmstrom (Fran Vázquez, Cherokee) que da un contrapunto muy chulo. Temazo.

Corazones marcados por la traición” supone la aparición, por primera vez en esta entrega, de nuestro admirado Ronnie Romero (Lords of black) en el papel de la conciencia de Poe y de la amada de este, Virginia (Chus Herranz). Narra el dolor del escritor por el hecho de anteponer su amor por la escritura a cualquier otro amor, incluida Virginia. Es una bonita balada que trasmite a la perfección el mensaje que lanza y que tiene, hacia la mitad del tema, un solo de guitarra (Adrian Phoenix, Sacramenteo) y otro de piano (Manuel Ibañez, Medina Azahara) de escándalo. Entra en escena Destrucción (José Cano, Centinela) en “El resurgir de los dioses caidos”, así como el personaje en el que se veía reflejado Poe, William Wilson (Roberto Castiglioni, Unreal, Beto Vázquez Infinity) y Frederik Metzengerstein (Ignacio Prieto, Atlas, Eden Lost). Se trata de un tema muy orquestal y operístico aprovechándose de la voz de tenor de Roberto que echa en cara a Poe que le haya matado en su obra literaria, una maravilla.

En “El pecado de la eternidad” Poe reniega del amor, lo odia y lo rechaza y en estas lides se encuentra con Pluto (Tete Novoa, Saratoga) que le regaña por ello, no es para menos. Tete está de escándalo en un tema a medio tiempo, contundente y actual. Ponemos fin al primer acto con “Las aventuras de Arthur Gordon Pym”. Tema instrumental donde Poe recorre los parajes de su única novela, “Las narración de Arthur Gordon Pym”.

Con “El demonio de la perversidad” abrimos el segundo bloque del cd (La consumación). Entra en escena Gabrielle de Val (The Val) en el papel de Desespero, quien abre los ojos a Poe y le muestra su propia culpabilidad en el desarrollo de su decadente vida e, imponiendo castigo y miseria a los personajes de sus libros, causa más dolor al escritor que si su propio castigo fuera; tales personajes son el Demonio del Campanario (Ruben Kelsen, Debler), Roderick Usher (Carlos Sanz, Dünedain), el Anciano entre la multitud (Charlie López, Bon Vivant) y la Máscara de la muerte roja (Zyrus, Kaothic). Se trata de uno de los mejores temas del disco gracias a la cantidad de voces y a que los arreglos sinfónicos han quedado bien conjuntados con los elementos netamente metálicos facturados a medio tiempo, salvo a final del tema que se acelera de manera bestial. Temazo.

En “Epitafio del destino” Poe quiere morir y descansar en paz pero, ironía del destino, la muerte no desea llevárselo al más allá pues se siente ofendida por los escritos del autor. Otro de nuestros favoritos, Manuel Escudero (Sacramento) en el papel del Señor Valdemar entra en escena manteniendo una conversación con Tánatos (Alfred Romero, Dark Moor), Corintio y, finalmente Azrael (Javier Lúcia). El aire que le da Manuel a este tema más actual es de escándalo, al que los arreglos orquestales dan un toque épico que mola mucho. Uno de los temas más heavys y más molones del disco. También hay lugar para los celos y los reproches amorosos en la tragedia de Poe y es que en “El peso del perdón”, tras divisar a Ligeia, personaje femenino creado por Poe, Virginia, su novia muerta, le echa en cara que siga escribiendo de mujeres incluso tras la muerte de esta última. Lo habitual vamos, unos celos postmorten de toda la vida. Es una baladita interpretada por Leo Jiménez que lo borda, no digo ninguna novedad, lo sé; y que está acompañado de una fallecida Virginia (Chus Herranz), que le da un toque duro y agresivo como requiere el tema, no hay que olvidar que le está leyendo la cartilla a Allan Poe.

Finalmente aparece “Descansa en Paz” donde Virginia, a pesar de todo, perdona a Poe, descubre su verdadero amor y, por fin, podrá descansar en paz por toda la eternidad. El amor triunfa. Es un tema muy melódico y con un toque folclórico de un rollo celta bien guapo que se acelera de manera definitiva hasta su conclusión. Ponemos punto y final a la tragedia con la preciosa “El lamento del hombre de arena” interpretada por Morfeo (Joaquín Padilla), quién mejor, donde lamenta el sufrimiento de Poe por amor, nada más… y nada menos.

Una lástima cerrar definitivamente esta obra que nos ha tenido enganchados durante casi diez años. Nos queda el consuelo de que, tal y como Joaquín ha afirmado en algunas entrevistas, habrá más legados (no de Poe) y que intentará llevarla a las tablas. Mientras tanto, disfrutaremos de esta maravillosa obra que ha abierto un camino para otros muchos músicos españoles con las mismas inquietudes que el bueno de Joaquín, un pionero, un genio.

Luis de Juan// @SentenciadeJuan

Temas:

ACTO I: EN EL UMBRAL DE LAS PESADILLAS

El mundo de los sueños.
La bestia de ojos dentados.
La maldición del manuscrito.
Corazones marcados por la traición.
El resurgir de los dioses caidos.
El pecado de la eternidad.
Las aventuras de Arthur Gordon Pym.

ACTO DOS: EL ABRAZO DE LAS SOMBRAS

El demonio de la perversidad.
Epitafio del destino
El peso del perdón.
Descansa en Paz.
El lamento del hombre de arena

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