Steel Panther + Fozzy, 11 de Febrero ’18, Sala Razzmatazz 2 (Barcelona)

Texto y Fotos: Edko Fuzz

Poco importa que el show se tuviera que trasladar de la sala grande de Razzmatazz a la 2, que el idioma pueda ser una barrera para disfrutar el show al 100% o que la broma ya no sea tan novedosa como hace 10 años, pero es innegable que Steel Panther lograron atraer a un numeroso grupo de fans con ganas de fiesta. La excusa era la presentación de su cuarto trabajo de estudio, "Lower the Bar" (2017), con el que los de Hollywood siguen rindiendo homenaje al hair metal americano de los ochenta y, de paso, giran alrededor del mundo ganándose la vida.

  

Abrirían la velada los americanos Fozzy, una banda de Atlanta con una larga trayectoria pero que pisaba nuestros escenarios por primera vez en su carrera. Mucho ha llovido desde que Fozzy naciera como una especie de broma y banda de versiones de clásicos del heavy metal. Sin ir más lejos, la banda presentaba su séptimo trabajo, "Judas" (2017), un disco con un sonido muy clásico de la bandas americanas de los últimos años mezclando elementos del nu-metal y melodías pop que podrían recordar a Nickelback, bañándolo todo en una poderosa muralla de guitarras y doble bombo.

La banda, liderada por la estrella de lucha libre Chris Jericho, asaltó las tablas de Razz con "Judas", y la descarga ya no bajó de intensidad hasta el final. Hay que reconocer que todos los miembros de la banda se dejan la piel en el escenario, especialmente el veterano Rich Ward, que salta al público varias veces no dejando de tocar ni un segundo. El problema del que adolecen bandas como Fozzy es la falta de matices en directo, y cuando llevas tres temas, ya todo te suena igual a no ser que seas un fan de la banda, de los cuales había un puñado esa noche. Fozzy tanto interpretan burradas como "Drinkin’ with Jesus" o "Lights Go Out", como te cuelan una versión de ABBA ("SOS").

   

También llama la atención es la cantidad de material pregrabado que la banda usa en directo, especialmente en las voces. De unos años para acá ya no es novedad que muchas bandas usen sonidos pregrabados cuando tocan en directo (Steel Panther una de ellas, de hecho), pero en Fozzy el truco canta tanto que es casi mejor ignorarlo y tirar para adelante mientras la banda cierra su poco sutil set con dos truenos como "Bad Tattoo" y "Sandpaper", que dejan el ambiente bien caldeado para las estrellas de la noche.

El hecho de que el "Shout at the Devil" de Mötley Crüe suene enterito entre bandas, y que cuando se apagan las luces de la sala la intro sea "Everybody Wants Some!" de Van Halen, no dan pie a dudas de que Steel Panther no piensan cambiar nunca. Nacidos como un show de comedia en Hollywood, la banda real se ha comido a la banda de versiones, y lejos quedan esos días en que uno podía ver a Metal Skool (antiguo nombre de la banda) abriendo un show en el Key Club del Sunset Strip con "Down Boys" de Warrant. Steel Panther se ha convertido en un nombre muy potente que arrastra verdaderas multitudes dispuestas a pasar un buen rato con el cachondeo… y con las canciones. Que nadie olvide las canciones porque, desde luego, Michael Starr, Satchel, Lexxi Foxx y Stix Zadinia no son ninguna broma como autores e intérpretes.

  

Abre la descarga el clásico "Eyes of a Panther" de su disco de debut, "Feel the Steel" (2009), y que también sigue resultando su disco más fresco y divertido. El público, como no podía ser de otra manera, responde con auténtico fervor a títulos como "Asian Hooker", "Gloryhole", "Party Like Tomorrow is the End of the World" o incluso temas de reciente calado como "Goin’ in the Backdoor", la portentosa "Poontang Boomerang" o el precioso baladón "That’s When You Came In". Por supuesto, entre tema y tema, Starr y Satchel no paran de soltar guarradas, chistes y coñitas que, si dominas el Inglés, suponen un añadido cachondo a un gran evento de hard rock. Sí, los chistes siguen cortando el rollo del concierto y sí, los chistes siguen siendo cerdadas machistas sin filtro alguno, pero si 10 años después la gente aún no pilla la broma de esta banda, tendría que hacérselo mirar.

Si no, que se lo pregunten al numeroso grupo de chicas que subieron al escenario, encantadas de la vida, para bailar con la banda al son de un tema tan poético y sutil como "17 Girls in a Row", y es que con Steel Panther se trata de eso: de pasar un buen rato a ritmo de riffs que nos recuerdan a tiempos mejores. Y es que no deja de sorprender lo profesionales que resultan los cuatro miembros de la banda. Starr es un tipo que, simplemente, nació 20 años tarde: tiene madera de frontman y se sabe todos los trucos, poses y bailes obligatorios. Podría haber sido el cantante de cualquier banda que podáis nombrar (bueno, quizá a excepción de sus amados Van Halen) y salir airoso del intento. Satchel es un guitarrista enorme, con técnica buenísima y, por supuesto, con un arsenal de trucos sacados directamente de los bolsillos de Eddie Van Halen, Warren DeMartini y Vito Bratta. Lexxi es quizá el músico más justo de todos ellos, aunque encaja a la perfección y, desde luego, aguanta el espejo mejor que nadie en este negocio.

  

El concierto sufrió un pequeño bache con "Weenie Ride" (siempre se me hizo pesado este tema), pero remontó el vuelo con un trallazo como "Death to All but Metal", que dio paso al bis con su mejor tema para el que suscribe, "Community Property" y, por supuesto, "Party All Day", un fin de fiesta a lo Bon Jovi que manda a todo el mundo con una sonrisa para casa.

El circo Steel Panther, a pesar de que nos cayera un cacho de "You Really Got Me" de The Kinks al estilo de Van Halen, ya no se basa en versiones a lo banda tributo. Esto es una banda con todas las de la ley; banda humorística pero banda al fin y al cabo. Todo es muy profesional (impagable el iPad al lado de un escenario con una cuenta atrás de una hora y media para controlar el ritmo y duración del show) y es verdad que si has visto a la banda varias veces, algunas coñas ya se hacen algo cansinas, pero a Steel Panther hay que irlos a ver con ganas de pasarlo bien. Y a eso no les gana nadie.

  

Texto y Fotos: Edko Fuzz


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