Siempre es un buen momento para rendir homenaje a un lugar tan emblemático y con tanta historia cómo la Sala Apolo de Barcelona. Hablamos con Eva Espinet, autora de «Apolo,75 años sin parar de bailar» que se editó hace un par de años por el 75 aniversario de la mítica sala de conciertos. Hablamos sobre los detalles del libro, como vivió el proceso de creación/documentación y  muchas otras cosas… Esto es lo que nos cuenta…

David Aresté


M.S: Hola Eva, es un placer que estés en nuestra página, esperamos que estés bien…

Es un placer conversar con vosotros y más si es para hablar de la Sala Apolo, a la que tengo mucho aprecio.

M.S: Te conocimos hace un par de años por el libro que publicaste a raíz del 75 aniversario de la mítica Sala Apolo de Barcelona… Si lo hubieras editado este año poca presentación podrías haber hecho, pero ya hace dos años de la primera edición como decimos… ¿Qué visión global haces del lanzamiento? Se ha publicado alguna edición más?

En esta ocasión, el libro surgió de una conversación con el director de la Sala Apolo, Alberto Guijarro. Yo le lancé la idea y él recogió el testigo de buen grado. Apolo se encargó de la producción ejecutiva y la edición corrió a cargo de Comanegra. Como me comentó la editorial, no es un libro de grandes ventas pero sí es un libro de “culto”, tal como definió su director, que hoy está presente en las grandes librerías, y del que todos los que participamos nos sentimos orgullosos. Apolo, 75 años sin parar de bailar forma parte de la Colección Barcelona dedicada a lugares emblemáticos de la ciudad y ésta era la primera publicación de un icono cultural de aquí, que está más vivo que nunca. Se editó primero en castellano porque así lo pidió la Sala Apolo, pensando en sus clientes internacionales, pero como a Comanegra le gustó, decidió hacer también la edición en catalán.

Atracciones Apolo en los años 40. Archivo Familia Zegrí.

M.S: Como dijimos en su día en la reseña, la primera parte del libro nos pareció que podría pertenecer a una novela explicando la historia de la sala, ¿Nunca pensaste en que el libro podría haber sido una novela?… Nos encanta como relatas cada época histórica…

Lo cierto es que el proceso de escritura resultó bastante complejo porque al principio no tenía nada de documentación. Hay, por tanto, un trabajo de investigación muy importante que me llevó dos años. ¡Imagínate! Y, además, realicé cerca de cien entrevistas —cada una era el fruto de largas conversaciones— a personajes de la Sala y personalidades del mundo de la cultura y, en particular, de la música, fotógrafos, periodistas, productores, discográficas, promotores, etc. Armar todo el contenido fue una locura y, de hecho, tuve una crisis personal ¿Cómo iba a narrarlo? Un día hallé la solución: Iba a escribir el libro que me gustaría leer a mí. Cada capítulo me provocaba escribir las cosas como si yo viajase a esos tiempos, poniéndome en la piel de los personajes e imaginando sus vidas; esa es la parte de ficción, de novela, que yo me permito como licencia creativa para ambientar una época que no hemos vivido, pero que yo me la imagino así tras estudiar toda la documentación. Y, finalmente, los personajes entrevistados son el hilo conductor para que el libro dialogue.

M.S: Respecto a los testimonios suponemos que no fue tarea fácil organizarlos por eventos o por épocas, ¿Te organizaste de alguna manera, Se quedó material que no entró en el libro?

Me marqué una cronología, busqué los personajes con la ayuda de la Sala y en el libro van saliendo a medida que voy relatando la historia. Encontré personajes con tanto que contar que me permití sacarlos en diversos capítulos, por ejemplo, David Carabén, que sale en el primer capítulo hablando de su linaje familiar relacionado con el Café Español del Paralelo; luego, como cliente del Nitsa de los 90, de los 2000 y, por supuesto, como líder de Mishima. El libro, en sí mismo, es como un rompecabezas que fui armando a medida que iban apareciendo las piezas. Me quedó mucho material de las entrevistas que no ha salido en el libro. La Sala Apolo diseñó una web histórica y se publicaron algunas de ellas enteras, pero la mayoría se han quedado en el cajón, si bien lo importante está en el libro.

La Autogruta de Atracciones Apolo (1963) Foto: Xavier Miserachs.
MACBA

M.S: El proceso de documentación debió ser más que laborioso ¿Cómo fue la recolección de todas las fotos, datos, carteles, eventos? Cuéntanos como condensas una vida tan intensa de 75 años en un poco menos de 300 páginas….

Pues como te he comentado fue un proceso largo, complejo, pero yo disfruté mucho sacando mi parte de historiadora y antropóloga que soy. En la Sala Apolo había un álbum de fotos de los años 50 maravilloso y dos certificados de la censura franquista y de la VI Flota Americana. ¡Un tesoro! Paralelamente a las entrevistas, con los fotógrafos hicimos una ardua selección de fotos de todos los eventos artísticos, conciertos, clubs, artistas, que han pasado por la Sala durante más de siete décadas —¡daba para otro libro, te lo aseguro!—. Por otro lado, investigué en bibliotecas, archivos históricos y hasta museos, toda la documentación histórica, desde libros, documentos, fotos, etc. Incluso La Vanguardia me permitió ir libremente a su redacción para investigar en su archivo. En fin, fue una labor apasionante.

M.S: Por todo lo que explicas en el libro, por todo lo que ha vivido y todo lo que significa la Sala Apolo para Barcelona ¿no crees que se debería crear un museo (que nosotros sepamos no existe tal “institución”) o similar que explicara la historia de la sala? Se podrían enseñar carteles, fotos, historias, incluso las famosas atracciones que aún se conservan alguna…

Uf, no me hables. Durante los cuatro años de trabajo para preparar el libro, colaborar en el documental, la web y en las dos mini exposiciones que se hicieron en el hall de la Sala, hice lo que no está escrito para hacer una gran exposición sobre Apolo; hablé con mucha gente y entidades, pero el tema del “Procés” les tenía a todos más preocupados. También había la idea del museo, pero entraba tanta gente en juego que se ha quedado todo en agua de borrajas. En este sentido, esta parte me entristece porque hice hasta el guión expositivo y había gente muy ilusionada en participar. Cuando se quiso probar ya era demasiado tarde y la Sala Apolo llevaba mucho dinero invertido en el proyecto. ¡Ojalá para los 100 años de la Sala me llamen para hacerla!

Vedette en el camerino del Teatro Apolo (1975) Foto: Pepe Encinas

M.S: Para aquellos que quieran seguirte la pista,cuéntanos dónde escribes o dónde podrán encontrar tus próximas obras, libros, lo que sea…

Precisamente, ahora estoy escribiendo una novela histórica y estoy disfrutando mucho porque es un proyecto muy anhelado, pero como siempre pasa nunca hay tiempo. Así que he aprovechado este período de confinamiento para hacerlo. También he presentado un proyecto de libro gastronómico muy especial que ha tenido muy buena respuesta para llevarse a cabo. Además, tengo dos blogs, Una ventana al Mundo, donde escribo sobre los viajes que realizo por el mundo y publico mis fotografías, y un segundo blog, Evohé!Barcelona, sobre experiencias gastronómicas que realizo en casa. ¡Ja, ja, soy una caja de sorpresas! Por último, para ganarme el pan trabajo como especialista en comunicación corporativa y cultural. Como ves, no sé lo que es aburrirme. ¡Me falta tiempo!

M.S: No sabemos si estabas acostumbrada en editar libros de este estilo y qué te ha parecido, si repetirías o no. Si fuera así, pensamos que casi todas las salas de Barcelona tienen un encanto especial o una gran historia detrás: la Razzmatazz, Rocksound, Luz de Gas, el Palau de la música, El Liceu, La Jamboree, el Studio 54, ¿Qué sala crees que se merecería un libro, o de cual la harías tú?

¡Me encantaría cualquiera de ellas! Pero no has nombrado a una que tengo en mente desde hace mucho tiempo y que estaría a la altura histórica de la Sala Apolo y es La Paloma. También sé que este año Studio 54 cumple 40 años. Ja, ja, ahí lo dejo por si lo leen…

Una de las barras del Apolo a finales de los 90.

M.S: Acabamos con dos preguntas típicas pero quizá obligatorias para todos aquellos que vemos a la Apolo más que una sala de conciertos/baile… Qué es para tí la Sala Apolo? aunque visto lo visto te ha hecho falta un libro para decirlo, jeje…

Uf, ahora mismo, lo es todo. La Sala Apolo merecía tener su libro y para mí ha sido muy importante recrear su historia. También he vivido grandes momentos en Apolo, desde conciertos, el Nitsa de los 90, algunas fiestas, y con el libro he tenido la oportunidad de ver cosas desde bambalinas y en eso soy muy fan.

M.S: Y ya la última…¿Qué ha sido lo más raro y lo más “intenso” que has vivido en la Apolo?

Me encantó bajar al sótano antes de que se hiciera la nueva rehabilitación y ver cuatro vagonetas empolvadas que fueron el hilo del que tiré para desenredar la madeja… Y en lo emocional, gracias a Apolo conocí a mi mujer Olga, una Nitsera muy al día en música y que me ayudó mucho en toda esta historia.

Barcelona Jazz Orquestra y los bailarines lindy-hoppers en la Sala
Apolo. Foto: Lili Bonmatí. BJO

M.S: Gracias por tu tiempo… nuestras preguntas han llegado hasta aquí, si quieres decir algo más éste es el momento, suerte en tus próximos proyectos…

Que ojalá la gente se de cuenta a través de libros como Apolo, 75 años sin parar de bailar, de lo importante que es la música en nuestras vidas y, además, como parte de la cultura. Por eso, yo siempre digo: ¡Larga vida a la Sala Apolo!

David Aresté
Foto principal: Portada «Apolo,75 años sin parar de bailar» / BJO y bailarines de Lili Bonmatí