Mucho se discute sobre el actual estado de salud del rock. En general, la opinión suele ser que no hay relevo generacional para las grandes bandas y que el género está en franca decadencia. A todas las personas que opinen así les presento a Greenleaf. Procedentes de Suecia (cómo no) y ya con algunos álbumes a sus espaldas, Greenleaf empezaron en 1999 como un proyecto paralelo de la gente de Dozer, y se han acabado convirtiendo en una maravillosa realidad. Prueba de ello es otra gira por nuestro país que ha contado los conciertos por llenos, y Barcelona no fue la excepción.

Texto: Edko Fuzz
Fotos: Edko Fuzz (cortesía de Red Sun)

Abrieron la velada los Franco-Catalanes Brain Pyramid. Lejos de ser novatos en esto, la banda lleva ya unos cuantos años y referencias en el mercado y su buen hacer les convertían en perfectos candidatos para dar el pistoletazo de salida. Practicantes de un psych-blues totalmente reminiscente de los 70, Brain Pyramid no dan tregua desde el primer tema al último.

   

Si Blue Cheer hicieran versiones de Jimi Hendrix, probablemente sonarían a algo parecido a lo que Brain Pyramid nos ofrecen. Rocosos riffs blues, sudorosos desarrollos con toneladas de wah-wah, vibratos salvajes y, en definitiva, intensidad arrolladora son las señas de identidad de esta banda de Rennes recientemente reubicada en Barcelona. La banda estuvo presentando su último trabajo "Magnetosphere" y aderezando su actuación con potentes versiones como el "Summertime Blues" de Eddie Cochran pasado por su trituradora psych (otra conexión con Blue Cheer). El público respondió a la banda telonera, cuya actuación se pasó en un suspiro. Banda a seguir.

La primera sorpresa con Greenleaf nos asaltó cuando el bajista original, Bengt Backe, subía al escenario de Rocksound. Backe, miembro fundador, abandonó la banda el año pasado por culpa de una ceguera progresiva que ha acabado por no permitirle girar más. Sin embargo, el nuevo fichaje a las cuatro cuerdas, Hans Frohlich, al parecer había comprado unos billetes para ir de vacaciones a Tailandia ese día, con lo que la banda no tuvo más remedio que acudir a Backe, quien les salvó la papeleta. Y así, en Barcelona presenciamos un show con la formación clásica de Greenleaf que abrió el set con un arrollador "Trails and Passes", el temazo que daba título a su, por el momento, último disco.

   

Sin pausa ni para respirar, el riff stoner de "The Drum" volaba la cabeza a una repleta Rocksound que respondía con un rugido de aprobación. El cantante Arvid Jonsson se vacía sobre las tablas con su peculiar personalidad y conecta sin problemas con el público al que mira con sus intensos ojos azules, mientras que Tommi Holappa se despacha a gusto con su Firebird blanca desde el lado izquierdo del escenario. Sin dar tiempo a reaccionar, los temas van cayendo uno tras otro en una espiral de riffs aplastantes: "Highway Officer", "Stray Bullit Woman", "Alishan Mountain", "Electric Ryder"…

La solidez proporcionada por Sebastian Olsson a la batería y el propio Backe (que parecería que no se hubiera saltado un solo ensayo del a banda en el último año) al bajo hacen que la máquina de Greenleaf funcione a pleno rendimiento desde el minuto uno con una sensación de comodidad insultante. Un tema tras otro la banda confirma la urgencia con la que está llamando a convertirse en algo importante y temas como "With Eyes Wide Open" simplemente confirman que el underground ya les queda dos o tres tallas pequeño. Hubo tiempo incluso para catar algunos sonidos del nuevo disco, "Rise Above The Meadow", cuya publicación está muy cercana con "A Million Fireflies", otro gran tema que no hace más que confirmar que Greenleaf están en estado de gracia.

   

Con este concierto en Barcelona, Greenleaf ponían punto y final a una exitosa gira española que no ha quedado exenta de algunos percances que se han solucionado con buen hacer. Sin embargo, la buena respuesta del público augura un futuro prometedor para la banda, especialmente en nuestro país. Su agenda está llena para los próximos meses con giras interminables y no es para menos, pues la banda está en trayectoria claramente ascendente. A pesar de poder catalogarse como stoner rock, Greenleaf huyen de largos desarrollos y sonidos pastosos, optando por la vertiente más blues y rítmica, y además con talento para ello. Si estás necesitado de otros sonidos en tu discoteca no lo dudes, Greenleaf son tu banda. Luego no digas que no te avisé.

Texto: Edko Fuzz
Fotos: Edko Fuzz (cortesía de Red Sun)