Desde que The Jayhawks vinieron a España por primera vez, en el año 2001, la chispa del amor estalló. La banda se quedó sorprendida de la aceptación que tuvo en esa gira después de varios años pasando sin pena ni gloria por la escena alt.country americana, y aquí estábamos hambrientos de ver una de las bandas más infravaloradas de los 90. En los siguientes años, la carrera de The Jayhawks ha ido dando bandazos.

Separaciones, reuniones con miembros originales, nuevas pseudo-separaciones, etc. Pero la banda nunca ha dejado de visitarnos mientras su legión de fans aquí ha ido aumentando poco a poco. Esta gira, la octava o novena que pasa por nuestro país (ya he perdido la cuenta), no fue una excepción y trajo a los de Minneapolis a Barcelona con motivo del festival Guitar BCN 2015.

The Jayhawks ya no son unos jovenzuelos, y se lo toman todo con calma. Se saben poseedores de una de las colecciones de canciones más poderosas del planeta y, en definitiva, sus conciertos se han convertido en eso: una audición de temas preciosos en directo con un grupo de músicos que los interpreta de forma intachable y cristalina. También es cierto que The Jayhawks, con la figura de Gary Louris indiscutiblemente al mando, no son la alegría de la huerta en las tablas, ni tampoco esperan una fiesta en el otro lado del escenario. La fibra que tocan The Jayhawks cuando suenan canciones como ‘Tampa to Tulsa’, ‘Blue’ o ‘Settled Down Like Rain’ no es la que se suele activar cuando vas a conciertos, y eso es lo que volvió a suceder esta vez y eso es por lo que que los fans de la banda acudimos a verles una y otra vez siempre que podemos. Como si de una droga se tratase.

Marc Perlman se sigue escudando tras su enorme bajo Fender y su eterna cara de pocos amigos, Kraig Johnson tiene un papel más testimonial que nunca y Karen Grotberg sigue aportando un rol esencial a los teclados y los coros. Pero de nuevo, el mejor escudero de Louris es Tim O’Reagan, una voz perfecta que da a los temas otra dimensión desde detrás de los parches de su batería. Cuando todas las voces se unen en temas como ‘Save it for a Rainy Day’, ‘Angelyne’, ‘The Man Who Loved Life’ (sobrecogedora) o ‘Nothing Left to Borrow’, la sala se ilumina instantáneamente con una belleza sin igual.

El concierto nos presentó un par de sorpresas como ‘Ain’t No End’, incluído en su disco recopilatorio; o el que quizá fuera el único bajón del concierto, ‘Sixteen Down’, un tema de su imprescindible album ‘Sound of Lies’ que era la primera vez que les oí interpretar en directo. Por supuesto, la obligada concesión a Golden Smog (la superbanda alt.country de los 90 con miembros de The Jayhawks, Wilco y Soul Asylum entre otros) con la festiva ‘Until You Came Along’ dio paso a los momentos más brillantes de la noche con ‘I’d Run Away’, la ya citada ‘Blue’ o un final de fiesta con el ‘Bad Time’ de Gran Funk Railroad y ‘Tailspin’ que estamparon sonrisas de pura felicidad a todos los asistentes. Y por si fuera poco, encima Louris anunció que la banda ya está trabajando en un nuevo disco de estudio.

Una (otra) noche para recordar.

Texto y Fotos: Edko Fuzz