Es imposible no quitarse el sombrero ante bandas auténticas y honestas que creen en lo que hacen. De vez en cuando te las encuentras y ésta fue una de esas veces. Los angelinos Little Caesar volvían a Barcelona para poner el colofón a una explosiva gira española que ha arrasado por allí donde ha pasado. La banda entró en escena probablemente un par de años tarde, y a pesar de contar con un maravilloso disco de debut de 1990, siempre estuvieron un poco fuera de juego y optaron por separarse un par de años más tarde tras su casi nula repercusión.

Texto y Fotos: Edko Fuzz

Afortunadamente, en 2001 Ron Young, Tom Morris, Loren Molinare y Fidel Paniagua decidieron revivir la banda y desde entonces, Little Caesar han permanecido en activo, editando discos y girando de vez en cuando. Es cierto que no llevan una actividad frenética, pero como se suele decir, el rock se lleva en la sangre y ellos probablemente incluso lo tengan tatuado en sus cadenas de ADN. Paniagua ha quedado atrás por temas personales, y Young, Morris y Molinare han reclutado a un par de colegas, Cary Beare a la guitarra (ex The Riverdogs) y Pharoah Barrett al bajo (¡técnico de efectos especiales de Hollywood entre otras cosas!) y se han tirado a la carretera para volver a celebrar el auténtico rock and roll por todo lo alto.

    

Y es que un show de Little Caesar es eso: guitarras, decibelios, riffs, tatuajes, sudor y gafas de sol sin ningún tipo de conservante ni colorante. El inicio del set con «Dirty Water» lo deja claro: aquí no hay espacio para las florituras, solo el hard rock basado en raíces blues del que se disfruta montando una Harley Davidson. El setlist se basa en su fantástico primer disco, y nos sueltan dos torpedos seguidos de ese trabajo como «Rock And Roll State of Mind» y «Hard Times» para poner rápidamente las cosas en su sitio.

Ron tiene una presencia totalmente atemporal en el escenario, mandando sin ningún tipo de vacilaciones y mostrando una excelente comunicación con el público que, lamentablemente, no llegaba a llenar la mitad del aforo de Razz 3. Por otra parte, es una gozada contemplar a todo un viejo guerrero de la escena punk de Detroit como Molinare darlo todo con sus saltos y pasos de baile tras sus gafas de sol y escupiendo riffs rocosos con su SG blanca. Temas como «Drive it Home», «Hard Rock Hell» o su clásica versión de «Chain of Fools» no hacen más que subir la ya calurosa temperatura de la noche barcelonesa.

   

La comunión entre el público y la banda es total, y Young lo atestigua con la máxima humildad que un artista puede ofrecerle a sus seguidores, que es la de reconocer que sin la gente, ellos no pueden hacer música, y se muestra extremadamente agradecido de nuestra presencia allí esa noche. Y para corroborarlo, la banda pone la directa en la parte final del show con el fantástico medley de «Every Picture Tells a Story» y «Happy» para hacer saltar la sala por los aires. Ya no hay quien los pare, y el show acaba con «In Your Arms» y «Down to the Wire», el potente tema que grabaron para la BSO de aquella maravilla titulada «Point Break» (más conocida por aquí como «Le Llaman Bodhi»), entre los vítores del respetable y los últimos acoples de la noche. Una noche para recordar, la que Little Caesar vinieron, vieron y vencieron una vez más.

Texto y Fotos: Edko Fuzz