Una visita de Michael Monroe y su banda a tu ciudad es como un regalo de los dioses del rock and roll. No hay nada como pasar 90 sudorosos minutos con esa mezcla tan especial de rock and roll, punk y hard rock que facturan Monroe, Steve Conte, Sam Yaffa, Rich Jones y Karl Rosqvist. Además, en un gesto de mano izquierda por parte de los promotores, se unieron al cartel Shock! Hazard y Cheap Thrill, banda con Jeff LaBar y Eric Brittingham de Cinderella, que habían de tocar en la puerta de al lado a la misma hora y en el mismo canal. Así, sin comerlo ni beberlo, se nos montó un mini-festival de hard rock. A pesar de lo atractivo del cartel, la sala colocó el telón de aforo reducido y, desde luego, es la vez que he visto un concierto de Mike Monroe con menos público.
Texto y Fotos: Edko Fuzz

 

Tras quince minutos de la apertura de puertas y con cuatro gatos en la sala, saltaron a escena los chavales ingleses Shock! Hazard, tres huracanes imberbes que beben de las fuentes de AC/DC y Mötley Crüe para dar forma a su propuesta. Con los instrumentos a todo volumen, fueron cayendo temas de sus dos EP’s hasta la fecha como "Keep Calm (Get Fucked)", "Dirty Fight" o "Broken Crown". Ver una banda así a estas alturas resulta entrañable: lo dan todo en escena desde el minuto uno e incluso se pasan de revoluciones y ello afecta a la ejecución de los temas, llevando la máxima de que "en el rock and roll se aceptan los errores" un poco demasiado lejos.

Quién sabe. Con un poco más de rodaje, un par de tours más, un disco en condiciones y los contactos adecuados quizá acaben siendo unos alumnos aventajados de Airbourne. Al ser la última fecha de su tour con Cheap Thrill, apareció LaBar a mitad del set con toallas para secar el sudor a los chavales que se estaban dejando la piel en el escenario. Poco a poco iba llegando gente mientras Shock! Hazard iban dando los últimos guitarrazos de su corto set dejando el ambiente caldeado para el segundo asalto.

Con ya más gente en la sala y sus camisetas de Cinderella a modo de uniforme, por supuesto, aparecieron sobre las tablas Cheap Thrill, o lo que es lo mismo, el nuevo proyecto de los cinderellos Jeff LaBar y Eric Brittingham. A ellos se han unido el cantante y guitarrista Brandon Gibbs y el batería, ex de White Lion, Troy Patrick Farrell. Basando su setlist en versiones y temas del que será su primer trabajo, abrieron fuego con un trallazo como "Seamstress Blues / Falling Apart at the Seams", el tema que también abría "Long Cold Winter" de Cinderella. Desde el primer momento salta a la vista, aunque es algo que ya sabíamos sin siquiera oir cantar a Gibbs: solo hay una voz en el mundo que puede interpretar como es debido los temas de Cinderella y ese es, claro, Tom Keifer. Gibbs hace lo que puede, pero el ambiente se transforma rápidamente en un karaoke a coro y tratamos de olvidarnos del tema.

Así, a pesar de la solvencia musical de la banda, da la sensación de que estamos delante de una especie de verbena deluxe que da cuenta de himnos tan sonados como "Gypsy Road", "Heartbreak Station" o incluso (con un par, sí señor) "Nobody’s Fool". Por aquello de añadir una pizca de White Lion a la receta, se descuelgan con una versión de "Radar Love" que, tampoco se puede negar, no está nada mal. LaBar, como siempre, da la sensación de querer estar en cualquier sitio del mundo menos el escenario de Razzmatazz 2, pero él es así y se lo perdonamos. Sin embargo, a Brittingham se le ve contento, activo y haciendo coros mejor que nunca. Desde luego, mucho mejor que en su última visita a nuestro país con Cinderella. Gibbs luce un poco más cuando la banda nos regala "Heavy Man" y "The Hero", temas originales que formarán parte de su primer trabajo y que promete lo suyo.

Como colofón final y con un ambiente ya caldeadito, la banda se despide, no sin antes recibir su ducha de cerveza por parte de los chavales de Shock! Hazard, con "Home, Sweet Home" de Mötley Crüe nada más y nada menos. Menos coreada por el público de lo que esperaba la banda, supone un punto final un tanto desaliñado a un set sin contemplaciones pero falto de chispa. Cheap Thrill nunca podrán saciar la necesidad de Cinderella de los fans, pero es agradable ver que LaBar y Brittingham no se limitan a sentarse en casa esperando la llamada de Keifer para salir a la carretera.

Una clásica intro de percusiones y melodía de spaghetti western da la bienvenida a escena a los cinco pistoleros del punk n’ roll. La banda de Michael Monroe son auténticos veteranos y van a lo que van. Aquí no hay sitio para florituras. Rock and Roll, simple y llanamente. Tres trallazaos punk como "Horns and Halos", "Trick of the Wrist" y "TNT Diet" dan el pistoletazo de salida a una noche que se promete memorable. Como siempre, los focos son para Monroe que saca abanicos, hace espagats, toca el saxo y pone a la audiencia en la palma de su mano en menos de cinco minutos. A su lado, escuderos curtidos en mil batallas: Steve Conte y sus poses chulescas y vacilonas, fraseando y soleando como solo alguien criado en el Lower East Side de Manhattan puede; Sam Yaffa y sus meneos con el bajo y coros imprescindibles; Rich Jones, el novato casi recién llegado tras estar en bandas tan dispares como The Black Halos o Amen y finalmente Karl Rosqvist tras los parches, que lleva ya varios años acompañando a Monroe por estos mundos.

Sigue el set basándose en los dos últimos trabajos en solitario de Monroe grabados con la mayor parte de la banda que tenemos en el escenario: "Ballad of the Lower East Side", "Eighteen Angels", "Stained Glass Heart" o "’78" forman un repertorio imbatible y suben el listón a donde pocas bandas en activo pueden llegar. El público acepta de buen grado que el repertorio esté, de momento, fijado en "Sensory Overdrive" y "Horns and Halos". Así, cuando suenan "Got Blood?", "Modern Day Miracle" o "Soul Surrender", todos los coros hooligans son seguidos al dedillo por la gente ante la amplia satisfacción de la banda. Como si de un regalo por llevarse bien se tratase, empiezan las concesiones al pasado con "Underwater World" de Hanoi Rocks, un tema que no suele ser recuperado muy a menudo por Monroe. Se desata la locura.

Si el listón estaba alto, vuela directamente en pedazos cuando la banda ataca "Ain’t Nothing to Do" de los Dead Boys y que, en su día, Monroe grabó con Demolition 23. Pocas veces he visto en un concierto empalmar dos temas con tanto acierto cuando después del tema de la banda de Stiv Bators empieza a sonar "Nothin’s Alright", el tema que precisamente abría el disco de Demolition 23. Es aquí cuando se llega a ese punto que solo los conciertos de Michael Monroe saben brindar: el éxtasis punk n’ roll que ya no decaerá hasta el final. No hemos recuperado el pulso que Conte empieza a atacar el riff de "Dead, Jail or Rock N’Roll" y ya te dan ganas casi de dimitir, porque cada vez que parece que estás en el punto álgido del concierto, la banda aún se las arregla para subir un peldaño más. Aquí llega un merecido descanso para los chicos. Pero el público quiere más. Mucho más.

De vuelta del camerino, Monroe nos pregunta si es que queremos oir algún tema más. El rugido que responde no da lugar a dudas y es el turno de "Hammersmith Palais", un favorito en directo en la que Monroe salta sobre el público, canta y baila sobre la barra y entrega el micrófono a la gente para que coreen aquello de que ya no hay diversión en Londres desde el Hammersmith Palais. Una auténtica locura. Una nueva concesión al último trabajo con "Saturday Night Special" es el preludio al tema que cierra la noche, "Malibu Beach Nightmare", otra versión de Hanoi Rocks que ya es un auténtico clásico en los bolos de esta banda.

Camisetas empapadas, frentes sudorosas y sonrisas poblan el desalojo de Razzmatazz 2. Otra vez, Michael Monroe y los chicos han vuelto a conquistar nuestra ciudad con guitarras, actitud, simpatía y tablas por igual. Es una banda que no falla porque es que no lo saben hacer de otra manera. Ver a esta banda en directo debería ser asignatura obligatoria en el colegio.

Texto y Fotos: Edko Fuzz
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SET LIST MICHAEL MONROE

Horns and Halos
Trick of the Wrist
TNT Diet
Eighteen Angels
Ballad of the Lower East Side
’78
Stained Glass Heart
Soul Surrender
Child of the Revolution
Half the Way
Got Blood?
Modern Day Miracle
Underwater World
Happy Never After
Ain’t Nothin’ to Do
Nothin’s Alright
Dead, Jail or Rock ‘n’ Roll

Hammersmith Palais
Saturday Night Special
Malibu Beach Nightmare