Monolord es uno de los grupos más prometedores de la nueva oleada de Stoner Doom europeo, y lo demuestran con “Rust”, un tercer álbum que ha acabado de consolidar su dirección y personalidad.

Quim Torres

Desde sus inicios en 2014, con su primer disco “Empress Rising”, los suecos ya consiguieron una de sus marcas de identidad: su sonido. Un sonido realmente demoledor, grave, con un Fuzz muy característico y una voz que parece llegar desde otra dimensión. Sin embargo, en esos primeros pasos, no arriesgaron demasiado en cuanto a la originalidad de las composiciones, pero un año después, con “Vænir”, lograron optimizar aún más su sonido y darle un poco más de personalidad a sus canciones. Con este nuevo álbum han acabado de perfilar su carácter, con unas composiciones muy particulares que los hacen destacar dentro de la escena.

Y siguiendo esta línea empieza el disco con “Where Death Meets Sea”, dónde percibimos la voz de Thomas Jäger con más matices melódicos y expresivos que en los anteriores trabajos, un detalle muy palpable también en “Dear Lucifer”, una canción para los amantes del Doom más pesado, lenta y sencilla, pero aplastante y con un estribillo lleno de melancolía.

Instrumentos nuevos para Monolord aparecen sutilmente en os siguientes temas, introducción con teclado para “Rust” y violines para “Wormland”, siendo esta una canción instrumental en la que podemos disfrutar de juegos armónicos y un carácter más cercano a la balada, dónde, con el mismo sonido e intensidad, nos transmiten de manera sobrecogedora sentimientos más cercanos al dolor y la tristeza, que nos recuerdan más al trabajo de grupos como Yob o Pallbearer.

Después de este paréntesis, llegamos a las dos últimas canciones, es decir, a los últimos 28 minutos del disco. “Forgotten Lands” y “At Niceae” más que dos canciones corrientes son dos odiseas a través de tierras pantanosas y desoladas. La primera de éstas nos induce en una especie de mantra, de riffs que se repiten y pasajes psicodélicos, mientras que la canción que cierra el disco nos envuelve en un ambiente de misterio y tensión, que hará vibrar nuestros altavoces de manera sublime.

Con este trabajo se nota que han querido desengancharse un poco de los tics más típicos de este estilo y han conseguido darle un toque muy personal, que finalmente es lo que los hace destacar por encima de la gran cantidad de grupos que encontramos en estos días. Monolord es, ahora sin duda, un grupo consolidado y único, que confiamos que en directo lo demuestre con la misma o incluso más fuerza en la inminente gira con los británicos Conan, que pasará por Barcelona y San Sebastián los días 11 y 12 de octubre, respectivamente.

Quim Torres

Temas:

Where Death Meets the Sea
Dear Lucifer
Rust
Wormland
Forgotten Lands
At Niceae