La nueva gran banda del Southern Rock, Blackberry Smoke, arrastra pasiones y no deja indiferente a nadie. Sean viejos puristas del género que les tachan de simple imitación de los grandes tótems de hace décadas o fans de nuevo cuño que vibran con sus canciones simples y perfectas, las pasiones que levanta la banda de Atlanta son algo de lo que no todos los artistas pueden presumir.

Edko Fuzz

Desde que debutaron en 2004 con ‘Bad Luck Ain’t No Crime’, Charlie Starr y los suyos no han parado de grabar y girar hasta lograr un estatus privilegiado en el mundo del rock actual. En América cuentan sus conciertos por sold outs y, poco a poco, se van abriendo camino hacia el mainstream de la radio rock americana. Su último disco ‘Like an Arrow’ (2016) volvía a ser un manifiesto de buen gusto componiendo, sonido puro de oliva y, en definitiva, una gran colección de nuevas canciones que añadir a su ya notable catálogo.

Con motivo de su inminente nueva gira por nuestro país, en Metal Symphony celebramos la nueva visita de Blackberry Smoke con otro de nuestros Top 10. El neófito podrá encontrar aquí un poco de todo: baladas de carretera, riffs hard rockeros, puro country rock y todos los otros palos que la banda toca con maestría. No es un Top 10 definitivo, pero es el nuestro. Que lo disfrutes y nos vemos en los bolos!

Menciones especiales:

Six Ways to Sunday (‘The Whippoorwill’, 2012)

Un tema con el que los de Atlanta suelen abrir sus shows. Un boogie vacilón que abría su tercer disco y que aquí os presentamos en maravilloso formato acústico.

Ain’t Gonna Wait (‘Like an Arrow’, 2016)

La perfecta muestra que desmonta la teoría de los que dicen que Blackberry Smoke ya no hacen canciones tan buenas como en sus tres primeros discos. Ni caso.

Prayer for the Little Man (‘Little Piece of Dixie’, 2009)

Una fantástica carta de amor a un hijo que casi no conocerá a su padre, pues estará ocupado en la carretera rockeando como si no hubiera un mañana. Una pequeña joya del segundo disco.

10 – Woman in the Moon (‘Holding All the Roses’, 2015)

La perfecta banda sonora para conducir por el desierto en plena noche. Una maravilla que es pura atmósfera hecha canción.

9 – Good One Comin’ On (‘Little Piece of Dixie’, 2009)

El Charlie Starr más canalla se destapa con este tema que abría el segundo disco. Fiestas que se alargan hasta la salida del sol, drogas, alcohol y chicas. La vida del rockero es muy dura, amigos.

8 – Fire in the Hole (‘Holding All the Roses’, 2015)

Uno de los mejores momentos del cuarto disco de los de Atlanta. Aquí podemos incluso encontrar claros ecos de sus primos mayores, The Black Crowes. Fantástico cierre para el disco.

7 – The Whippoorwill (‘The Whippoorwill’, 2012)

El tema que titulaba el tercer disco, y para muchos mejor, disco de la banda era una joya que brillaba con luz propia. Aquí la tenéis en directo, el terreno donde la banda realmente muestra su auténtica personalidad.

6 – Sunrise in Texas (‘Like an Arrow’, 2016)

Uno de los mejores momentos del último disco. Puro desierto tejano concentrado en cuatro minutos y medio.

5 – Payback’s a Bitch (‘Holding All the Roses’, 2015)

Una muestra de lo que Starr es capaz de hacer cuando le da por arrebatos guitarreros. Un sólido medio tiempo donde la melodía vocal brilla por encima del resto.

4 – One Horse Town (‘The Whippoorwill’, 2012)

Quizá el tema más emblemático del tercer disco y, con toda probabilidad, uno de los favoritos del público. El tema plasma el conformismo generacional con una tristeza inusitada. Maravillosa.

3 – Freedom Song (‘Little Piece of Dixie’, 2009)

El tema que cerraba el segundo disco era todo lo opuesto que ‘One Horse Town’: un auténtico canto a la libertad y a las ganas de correr por el mundo a tus anchas.

2 – Waiting for the Thunder (‘Like an Arrow’, 2016)

Una auténtica bomba de rock ‘n’ roll que sabe a clásico desde la primera escucha. Otro revés para los que dicen que Blackberry Smoke ya no son lo que eran. Temas así demuestran lo contrario.

1 – Ain’t Much Left of Me (‘The Whippoorwill’, 2012)

Otra historia de fracaso personal, que parece ser una de las especialidades de Starr. Aquí la banda vuelve por sus fueros con guitarrazos dignos de, de nuevo, los Crowes más clásicos y con un estribillo que podría haber sido facturado en plena década de los setenta. Apoteósico.