Nile + Terrorizer + Exarsis + No More Fear – Razzmataz 2, Barcelona. 18 de febrero, 2018.

El pasado 18 de febrero tuvimos una cita en Razzamatazz 2 que nos deparaba 4 horas del Metal más extremo, con un cartel encabezado por los titanes del Technical Death Metal, Nile, y unos clásicos del Grindcore como Terrorizer, acompañados por dos teloneros de lujo, Exarsis y No More Fear, todos ellos dispuestos a demolernos las mentes.

Texto y fotos: Quim Torres

Debido a tal cantidad de bandas y al ser domingo, los conciertos empezaron bien temprano a las 18:45 y, como es habitual, los encargados de abrir este pequeño festival tuvieron que comenzar su actuación con un público reducido. Una pena para los que no vinieron, porque se perdieron a una joven banda realmente prometedora.

  

No More Fear venían desde Italia a descargar un Death Metal muy oscuro y personal que consiguió hacer mover la cabeza de los asistentes con las canciones de su último trabajo “Mad(e) in Italy”, entre las cuales destacaron títulos como “Mare Mortum”, “Lady Ndrangheta” o, la que sirvió para cerrar una corta pero intensa media hora de actuación, “Taranthell”. La potencia y carisma del cantante y la técnica implacable del batería hicieron de éste un grupo que supo estar a la altura de sus compañeros de cartel y calentar bien el público que, al terminar la actuación ya empezaba a ser considerable.

  

Pelazos, guitarras Jackson, cinturones de balas, elásticos y zapatillas blancas: inconfundiblemente era la hora de los thrashers Exarsis, que empezaron su concierto de una manera frenética y no dejaron ni un respiro hasta el mismísimo final. La fórmula de los griegos se influencia sobre todo en el Thrash británico de la vieja escuela al que añade un extra de contundencia y un sonido más moderno. Su energía encima del escenario y la compenetración entre los músicos hace que sea una banda que da gusto ver. Además, me llevé una buena sorpresa al escuchar al cantante Nick J., que en estudio no me acabó de gustar, pero aquí defendió su papel excelentemente.

Seguidamente, y un cuarto de hora antes de lo previsto, subió a su puesto en la batería el miembro fundador de los míticos Morbid Angel, Pete Sandoval, ovacionado por el público, que lo esperaba con impaciencia. El trio Terrorizer, completado por Lee Harrison a la guitarra y Sam Molina a las cuatro cuerdas y la voz, empezó su actuación directamente con un clásico de su primer disco de 1989, la cañera “Need to Live” que despertó definitivamente al público, formando buenos pogos desde el mismo inicio.

   

A esta le siguieron dos temas de su último trabajo, “State of Mind” y “Hordes of Zombies”, que, aunque se alejan un poco del grindcore de Terrorizer y tienen un deje más deathmetalero siguen siendo muy buenos y contundentes y, quizás es donde Molina puede demostrar mejor su buena técnica vocal. Hubo sitio para temas que no había escuchado nunca como “Sharp Knives” y “Conflict” y que me sorprendieron por su potencia, pero lo que realmente volvía completamente locos a los asistentes eran los clásicos, que fue todo lo que nos dieron a partir de entonces. Sin parar, sonaron las conocidas “Crematorium”, “After World Obliteration”, “Injustice”, “Whirlwind Struggle”, “Dead Shall Rise” y, para terminar, la apoteosis total de “World Downfall”.

Terrorizer nos deleitaron con todo un “remember” de 45 minutos de clásicos; muchas veces sucede que, comprensiblemente, las bandas, casi exclusivamente nos presentan sus últimos trabajos, aunque el público prefiera escuchar las canciones más míticas, pero en este caso Terrorizer hicieron caso al público, que los conocen sobre todo por su primer disco, aunque de esos inicios solo quede un Pete Sandoval que, pese a que quizás no está en su mejor forma, defendió su papel sin fisuras.

   

Una introducción grave y monótona anunciaba la oscuridad en la que nos adentrábamos, era la hora de ver a unos de los grandes, a los faraones del Death Metal técnico, Nile, que también apostaron por grandes clásicos, arrancando con nada más y nada menos que “Ramses Bringer of War”, de su segundo LP que cumple ahora 20 años, y continuaron con “Sacriface unto Sebek” de uno de sus discos más célebres, el conocido “Annihilation of the Wicked”, o la aplastante “The Black Flame”, del “Black Seeds of Vengeance”. El líder y único miembro original Karl Sanders es impecable, su guitarra es tan frenética como siempre y su gutural sigue siendo uno de los más profundos y tenebrosos que he oído nunca. Destaca su compenetración y buen rollo con el resto de la banda, el cual es transmitido al público y, aunque se hecha de menos al gran Dallas Toler-Wade, su recién incorporado sustituto Brian Kingsland defiende su puesto muy decentemente.

Nile nos transportan a las tormentas de arena, las guerras, los ritos y el inframundo de los antiguos egipcios, mostrándonos su parte más oscura de manera sobrecogedora, ya sea tanto con temas clásicos como “Smashing the Antiu” y “Defiling the Gates of Ishtar” o otros más recientes, pero igual de potentes, como la conocida “Kafir!”, “In the Name of Amun” y “The Fiends that come to steal the Magick of the Deceased”, de sus trabajos de 2009, 2015 y 2012, respectivamente. La sensación que da en directo la utilización simultanea de las tres voces es realmente estremecedora y, quizás, uno de los sellos que hace de Nile una banda única junto con su característica utilización de escalas frígias.

  

Tras “The Howling of the Jinn” tocaban unos segundos de descanso antes de entrar en la recta final, donde Nile aprovecharon para dirigirnos algunas palabras, entre las cuales nos anunciaron que se encuentran gravando un nuevo álbum, el cual esperamos con impaciencia, después de disfrutar de su último gran éxito tres años atrás.

Y así, continuaron los temazos, sonando “Kheftiu Asar Buchtiu” y “Unas, Slayer of the Gods”, que dejaron sus momentos de esplendor para el batería George Kollias, que demostró ser, quizás, el mejor músico de la noche, aunque estuviera escondido tras un imponente set que no nos dejó a penas verlo. Algo más de una hora de concierto se cerró con “Sarcophagus” y, finalmente, la demoledora “Black Seeds of Vengeance”, conformando así un setlist variado con los temas más míticos de todos y cada uno de sus LP’s, un repaso integral a su discografía que da gusto de ver y que seguro que tardará muchísimo en repetirse.

   

En definitiva, pudimos disfrutar de una buena selección de grupos, todos ellos de Metal extremo pero de estilos bien diferenciados, lo cual hizo que no se hicieran nada pesadas las 4 horas que duró este pequeño festival y esperamos ver repetida esta fórmula bien pronto.

Texto y fotos: Quim Torres