En algún lugar del sur de Alemania, en Saarbrücken, nos dispusimos a asistir a uno de los eventos más interesantes relacionados con el viking/folk metal que hay en Europa. Esto es, el Paganfest. Al igual que el Heidenfest, es un festival itinerante que visita varias ciudades del centro de Europa en unas pocas semanas. Cada año reúne entre cinco y siete bandas punteras del género, a un muy buen precio, lo cual permite a los fans disfrutar durante muchísimas horas de grandes grupos por el precio de un concierto normal y corriente, pongamos, en Barcelona.

En la edición de este año, el Paganfest traía como cabeza de cartel a los muy celebrados Wintersun, que con solo dos discos en el mercado, concentran una cantidad ingente de fans. Junto a Wintersun, venían sus compatriotas Turisas, los holandes y muy festivos Heidevolk, el oscuro sonido de los germanos Obscurity y los jóvenes y melódicos Frosttide. El espectáculo estaba servido.

Puntuales y con la sala aun a medio llenar por lo pronto que empezaba el show (a las cinco de la tarde, ups!), salieron los finlandeses Frosttide a levantar al público. Venían presentando su nuevo trabajo, Blood Oath, y con el tema que da nombre a su segundo y más reciente álbum empezaron.
Son jóvenes y llevan apenas cinco años en el mundo del metal, desde que Joni Snoro fundó el grupo allá por el 2010. Aun así se mostraron confiados en su sonido, y muy cómodos ante un público que, lastimosamente, no acabaron de responder como Frosttide merecía.

"Quest for Glory" fue pura melodía y sinfonía que junto a las continuas interacciones del muy dinámico teclista, Felipe, lograron animar a la audiencia alemana.
Se nota su temprana evolución cuando abordan los temas de Blood Oath, como demostraron con "Fate Redefined" o "Traitor Within", que cerró el concierto y que seguro será una de esas canciones fijas durante los próximos años. Joni Snoro parecía tener algunos problemas con la voz, pero aun así Frosttide cumplió de sobras y seguro se ganó seguidores nuevos esa tarde.

Y del death metal melódico de Finlandia, pasamos al oscuro sonido de los alemanes Obscurity. Personalmente no los había escuchado demasiado antes de verlos en directo, y debo reconocer que me llevé una grata sorpresa.
Con un estilo que inevitablemente recuerda a Amon Amarth (incluso el cantante Agalaz tiene un aire a Johan Hegg, fisica y vocalmente). Venían presentando su reciente Vintar, y gran parte del setlist se basó en nuevos temas. Muy coreados por la audiencia alemana, con sus toques de black metales y una rotunda presencia en el escenario, tenían asegurado un buen concierto.

Abrieron con "Schicksal Der Götter" y "Naglfar", contundentes y brutales, para continuar con "Obscurity", que fue coreado con muchas ganas por la audiencia. Magnífico trabajo a las guitarras.
La voz de Agalaz, que al principio no se acaba de escuchar como debería, ganó presencia, y como con el mejor tema del setlist, "Vintar". Gran tema, que seguro se convertirá en un imprescindible de sus próxima giras porque es de esos que se quedan grabados en la cabeza.
Obscurity son un grupo con una larga trayectoria (más de 15 años) y eso se nota a la hora de afrontar un directo en los que no son cabeza de cartel. Saben lo que funciona con la audiencia, ya que también jugaban en casa, y se lanzaron en la recta final del concierto con "Legiones Montium" y cerraron un show sencillo pero completo con "Bergischer Hammer". Una muy grata sorpresa para mi. Esa noche se ganaron una fan incondicional.

Tras esa ola de paganismo y toques blackmetaleros, los muy folk y alegres Heidevolk, con sus mil componentes (¿Caben todos en un solo tourbus? Ahí dejamos la reflexión) salieron dispuestos a convertir la sala Garage en una fiesta. En esta ocasión y debido a obligaciones laborales, dos de los integrantes originales, Reamon y Mark, guitarra y voz respectivamente, fueron sustituidos por Jacco (Coronach)y Kevin Storm.La voz de Jacco conjuntaba estupendamente con las graves notas de Lars Nachtbraecker, así que a pesar de la inicial desilusión por la ausencia de Mark sobre el escenario, enseguida nos acostumbramos a Jacco y a su encantadora y siempre sonriente presencia.

Los holandeses Heidevolk presentaban su nuevo trabajo Velua, y con un nuevo tema empezaron empezaron la descarga de folk. "Winter Woede" es el primero y de momento único single de su reciente trabajo y promete convertirse en un clásico como lo es "Ostara", que la siguió. Es una de las mejores canciones del grupo, y de las más conocidas. Así que el respetable reaccionó y demostró que tenía sangre en las venas coreando el estribillo con ganas.

Aquello pareció animar también a Heidevolk, que sin perder ni un instante las sonrisas y las ganas de fiesta, continuaron con "Dondergod" y "Sakseland". Este último tema sonó especialmente bien y incluso logro que el público hiciera algo de mosh. Magnífico trabajo de voces entre Lars y Jacco, que mostraban una complicidad sobre el escenario envidiable, y un muy correcto Rowan al bajo.
Como era de esperar, menos coreadas fueron las nuevas "Huth" o "Drankgelak". La primera es un tema casi íntimo y pausado, quizá no para un setlist relativamente corto como tenían Heidevolk en este Paganfest.

Encarando la recta final de su actuación, arrancaron con la archiconocida "Nehalennia" y sacaron el arsenal más pesado para reventar la Garage con la increíble "Vulgaris Magistralis". Es uno de esos temas que animan hasta al más escéptico con el folk metal y que se te mete dentro, quieras o no quieras fiesta. "Vulgaris Magistralis" gana fuerza y majestuosidad en directo y fue el cierre perfecto a un concierto divertido, animado y lleno de energía.

Y mientras esperábamos el cambio de grupo, pudimos observar tranquilamente la nueva parafernalia de Turisas: un mural gigante de toques bizantinos con todos los componentes de la banda representados, en mayor o menor tamaño, como figuras religiosas, además de candelabros dorados y otras sorpresas que nos iban a esperar conforme avanzara el concierto.

Turisas salió al escenario con su fuerza habitual, a golpe del épico sonido de "The March of The Varangian Guard". Ya habían anunciado que venían con un setlist nada típico, y así fue. Se dedicaron a rescatar temas que muchos fans no habíamos escuchado jamás en directo (Youtube no cuenta), ya que hacía años que no las tocaban, tales como "Portage to the Unknown" o "As Torches Rises".

Mathias Nygård es la auténtica alma de Turisas, sin duda. Le da igual lo quieta o poco entregada que esté la audiencia ante la que toca. Él sale a levantar hasta al más parado, y es tal torbellino de fuerza que consigue que cualquier concierto de Turisas sea, como mínimo, memorable. De su anterior y último álbum Turisas2013 solo rescataron "Piece by Piece", que sorprendió a la audiencia. Todos esperamos el single del disco, "Ten More Miles". Pero a estas alturas nadie cuestiona el criterio de Turisas a la hora de presentar un setlist.

Turisas fueron sin duda la banda más dinámica y espectacular del Paganfest, en parte gracias a Nygård y en parte al juego que da toda su escenografía: humo, luces, intros entre canción y canción y hasta espuma. Todo cuidado al milímetro.

El violinista Olli Vänskä es la otra cara festiva de Turisas. Y es que cuando se luce es una delicia escucharle y verle interactuar con el público, como en "Hunting Pirates" o la muy épica "Midnight Sunrise". Por supuesto, los hits de Turisas fueron los que movieron más al público. "To Holmgard and Beyond" jamás falla, así como el himno "Battle Metal", ultracoreado.Hubo un pequeño lapsus para presentar una canción aun sin nombre, presumiblemente del nuevo trabajo que están preparando. Mucho teclado, de ritmo pausado y voz susurrante. La cosa promete, por distinta a todo lo que han ofrecido hasta ahora.

Acostumbrados todos a las sorpresas en forma de cover tras alcanzar el éxito con "Rasputin", hace ya años, Turisas volvieron a dar el cante con una versión de "Its a Sin", de Pet Shop Boys. Nadie se lo esperaba, y las reacciones fueron diversas. A mi alrededor había gente muy reacia que se miraban entre si, y otra que coreaba encantada. Servidora fue de las segundas.El show terminó con "Stand Up and Fight" como broche final y Jaakko, el batería, lanzando baquetas por los aires como si estuviera en el circo. Fiesta absoluta.

Con ya pocas fuerzas tras cuatro grandes grupos, aun nos quedaban Wintersun. Como muchos sabéis, Jari Mäenpää fue la anterior voz de Ensiferum hasta 2004, y tras abandonar la banda fundó Wintersun.
Los trabajos de Wintersun no son fáciles de trasladar a un concierto en directo. Sus canciones son muy largas, algunas de quince minutos incluso, y juegan mucho con las harmonías musicales. Lo cual es perfecto para escucharlo en tu casa, pero no todo el mundo puede empezar un concierto con "Sons of Winter and Stars", con una duración de un cuarto de hora, y salir airoso. Jari puede, y cómo.

Los cuatro miembros de Wintersun son músicos técnicamente impecables y eso se nota en el sonido, que fue perfecto de principio a fin. Sin fisuras y directo. Muchos critican a Wintersun el llevar muchas partes grabadas, pero es que es muy complicado llevar todos los matices musicales de su disco Time I a un directo si no es a base de pregrabaciones. Imagino que debido a la estructura de sus canciones, lo mejor era tocar Time I del tirón y en el mismo orden como está presentado el disco. Y así lo hicieron, con una preciosa interpretación de "Land of Snow and Sorrow", "Darkness and Frost" o la homónima "Time".

Jari, no nos cansaremos de repetirlo, es una de las mejores y más completas voces del metal melódico. Es capaz de toda transición vocal sin parpadear ni perder el aliento en ningún momento. Escucharle en directo es una auténtica gozada.
No podían faltar temas como el muy cañero "Beyond the Dark Sun", de su primer álbum o "Starchild". Tuvimos el privilegio de escuchar por primera vez, y tal como habían anunciado via Facebook, un tema nuevo del que será Time II. "Forest" es el nombre elegido para la nueva canción: preciosa, épica, casi íntima. El nuevo disco promete mucho.
Los de Finlandia cerraron la noche con "Winter Madness", poniendo el broche final a ese Paganfest y dejando el listón muy alto. Inolvidable.

Texto y Fotos: Alba Colobran