La promotora barcelonesa especializada en Stoner y Psych, Red Sun, montó un buen sarao en la sala Bóveda, siguiendo sus filosofía de traer potentes bandas del género a precios populares. Tres bandas representativas de lo mejor que se cuece actualmente en distintos estilos, se dieron cita en la ciudad condal presentando shows completos en un mini festival de un día. Los alemanes My Sleeping Karma, abanderados del psych progresivo instrumental; los stoneros ucranianos Stoned Jesus, en su primera visita al país; y los ingleses Admiral Sir Coudesley Shovell, repesentantes de la vena más hard pero con toques oscurísimos, serían los encargados de hacernos pasar una noche sin tregua. Texto y Fotos: Edko Fuzz.

 

Se levantó el telón a la hora señalada con Admiral Sir Coudesley Shovell, abriendo fuego con "Do it Now". Con un sonido crudo y la actitud escénica correcta, Johnny, Bill y Louis no se andan con chiquitas. Van por faena desde el minuto uno, y cuando "Elementary Man" sigue con la fiesta, el trio ya está en su salsa. A partir de este momento, Johnny se hace con el control del show castigando sin piedad a su SG mientras van cayendo temas de sus discos "Check ‘Em Before You Wreck ‘Em" y "Don’t Hear It… Fear It!".

Las sonoridades grasientas deudoras del hard rock setentero más potente envuelven la sala y el público se acaba contagiando con "2 Tonne Fuckboot" o "Red Admiral Black Sunrise" para acabar completando una hora de show totalmente adrenalínica, ideal para empezar la noche.

Sin apenas cambio de backline o prueba de sonido siquiera, Stoned Jesus se disponían a debutar en nuestro país. Era una primera aparición muy esperada y el respetable se lo hace saber rugiendo de aprobación al empezar a sonar los acordes de "Wound", con su sonido stoner puro y su riff cargado de groove.

Igor es el centro de atención inmediato, sacando viciosos riffs de su Les Paul azul, hasta el punto de romper dos cuerdas en un mismo tema. A pesar de estar presentando "The Harvest", su último disco editado hace pocas semanas, el repertorio no indaga demasiado en este último trabajo, ya que la otra única representación es "YFS", que suena contundente y sin fisuras.

Tal y como había sucedido con Admiral Sir Coudesley Shovell, la banda se viene arriba cuando la respuesta del público va en aumento con temas como "I’m the Mountain" o "Indian" de "Seven Thunders Roar". Viktor manda desde detrás de la batería y Sergei es todo un espectáculo con sus eléctricos movimientos con el bajo.

El tema encargado de cerrar el setlist es "Electric Mistress", que deja a la gente con ganas de más con sus desarrollos y crescendos atmosféricos.No se puede negar que, en su primera visita, Stoned Jesus han dejado muy buen sabor de boca. Esperamos que no tarden mucho en volver.

Y siguiendo la norma del festival, y con un cambio de backline rapidísimo, los teutones My Sleeping Karma toman el escenario de Bóveda para regalarnos sus maravillosas atmósferas progresivas. Su propuesta instrumental de arpegios de guitarra limpia, teclados envolventes y base rítmica contundente es ciertamente embriagadora.

Temas como "ahimsa", "23 enigma", "glow 11" o la maravillosa "Ephedra" nos transportan a otros mundos. Seppi y sus inconfundibles movimientos mientras le da a las seis cuerdas son todo un espectáculo, por no hablar de las extrañas poses de Matte con su bajo o Norman con los teclados. Pero rápidamente llama la atención Steffan detrás de los parches, donde se muestra como un batería inconmensurable con su eterna expresión a medio camino de una sonrisa y éxtasis puro.

La banda incluso nos regala algún tema nuevo que formará parte de su próximo trabajo, "Moksha", pero la verdad es que en un concierto de My Sleeping Karma, los temas que toquen es un poco lo de menos, puesto que la gracia aquí está en experimentar el viaje al que te invitan estos cuatro chalados en asientos de primera clase. O en propias palabras de la banda, su "camino individual y atmosférico hacia la iluminación intelectual".

El nivel que demuestran My Sleeping Karma sobre el escenario es ciertamente abrumador, y no es de extrañar que fueran los cabezas de cartel. Y es que cuando acaba el viaje, la verdad es que no te importaría dar otra vuelta más. Increíblemente maravillosos.

Texto y Fotos: Edko Fuzz