La banda británica de mathcore/hardcore, Rolo Tomassi nos trae este, su tercer disco, al que han llamado Astraea. Continúan con sus intervalos de partes lentas y rápidas, tan características del género que practican, con un punto importante en los teclados que ya nos mostraron en sus discos precedentes.
Paris González
Nota:8,5/10  

Como decimos, uno de los puntos fuertes del grupo es la técnica de los instrumentistas. En esta ocasión, hay dos cambios con respecto a los dos álbumes anteriores, ya que Nathan Fairweather (bajo) y Chris Cayford (guitarra) sustituyen a los fundadores Joseph Thorpe y Joe Nicholson, respectivamente. De nuevo en la batería encontramos a Edward Dutton, en el sintetizador y voces a James Spence; mientras que como lideresa de la banda volvemos a encontrarnos con Eve Spence, la voz principal del grupo.

Cabe resaltar el uso del sintetizador que, lejos de convertirse en un mero acompañamiento, en este grupo se convierte en una de sus señas de identidad. Como en el resto de grupos del género, la calidad técnica de la banda al completo es más que notable y las partes instrumentales son poco menos que impresionantes.

Las notas características del grupo son la rapidez, la velocidad, los cambios de voz y, sobre todo, esos cambios de ritmo, tan propios del mathcore. Encontramos en el álbum influencias de Converge, The Dillinger Escape Plan, o, incluso, de grupos del llamado “nintendocore”, como Horse The Band, en el uso del sintetizador.

El disco da inicio con “Howl” que comienza con un para después meternos de lleno en un riff vertiginoso que parece introducirnos en un túnel futurista del que resulta difícil salir. Al final del tema se vuelve a los tempos lentos, dando término a uno de los temazos de este álbum. “Ex Luna Scientia” nos muestra una faceta cercana a los célebres Converge con riffs cortados que dan lugar a otro buen tema de los ingleses. El momento lento del tema, con una voz melódica por parte de ___ resulta agradable al oído después de la tralla anterior. El final de la canción en el que se mezclan ambas voces es poco menos que increíble.

Continúa el disco con “The Scales of Balance”, un tema muy en la senda del grupo por antonomasia del género, The Dillinger Escape Plan, con partes más hardcoretas y otras en las que todos los instrumentistas dan rienda suelta a sus capacidades técnicas. “Remancer” es uno de los temas que van rectos y directos a la yugular, hardcore en estado puro, en el que no se da ningún respiro al oído del que escucha.

El quinto corte, “Empiresk” parece querer darnos un descanso con arpegios lentos, acercándose al post-rock y voces limpias, pero según avanza el tema nos vamos dando cuenta de que estamos en un disco de Rolo Tomassi. Aquí solo tienen cabida los cambios de ritmo más que cortantes y eso es lo que sucede. Aunque se mantiene un tempo lento, las voces se tornan graves y los instrumentos se vuelven veloces, dando lugar a un tema curioso.

En “Prelude II (Echolalia)”, tema de pura transición y apenas un minuto de duración, el sintetizador es el único protagonista y da paso a “Echopraxia”, que nos devuelve a la realidad hardcoreta del grupo. De nuevo la rapidez y los cambios de ritmo, además de cierto aire progresivo, son las notas dominantes en este, el séptimo tema del CD. “Gloam” es otro de los cortes que comienzan con el tempo lento y que, poco a poco, van “desperezándose” hasta conseguir introducirnos en los riffs mareantes del grupo.

“Illunis” da inicio con un potente y directo riff de guitarra y con el sintetizador en las mismas notas que las seis cuerdas. De nuevo, cierto aire progresivo parece colarse en algunos momentos y darle un toque personal al tema. Otra vez, los cambios de ritmo se hacen presentes. Para el final queda “Illuminare”, el tema largo que casi todo disco de este género tiene, con siete minutos de duración. Comienza con casi minuto y medio de poco más que algunas notas desde el sintetizador, que parecen dar lugar a un tema insulso que cierre el disco, pero paulatinamente, empiezan a hacerse presentes los instrumentos y la voz de Eva Spence en sus más diversas variantes.

En resumen, un disco de notable, que gustará a los aficionados al género hardcore y mathcore. No descubre demasiadas novedades, pero tiene algunos puntos sobresalientes. Los cambios de ritmo, las dos voces de la cantante y el recurso del sintetizador, le dan un aire diferente al grupo en general y al disco en particular.

Paris González