Aún cuesta un poco acostumbrarse a este nuevo ritmo de publicación de Ryan Adams, pero han tenido que volver a pasar tres años desde el maravilloso ‘Ryan Adams’ (2014) para poder volver a disfrutar de material original nuevo. Y menos mal, porque si Adams nos tuviera que someter a estas torturas personales cada año acabaríamos por pegarnos un tiro. Ojo, no me refiero a la calidad del material incluido en este nuevo ‘Prisoner’, si no que el mono-tema que trata el pequeñajo de Jacksonville es tan oscuro que a veces necesitas parar el disco para respirar un poco y auto-convencerte de que la vida es, a veces, buena.

Edko Fuzz

Un proceso de divorcio puede acabar con cualquiera y, desde luego, no parece que a Adams le fuera mucho mejor que al resto de los mortales. Sin embargo, él usó la experiencia para escribir 80 canciones, doce de las cuales forman este nuevo trabajo; un trabajo en líneas generales continuista con su anterior disco tanto en sonoridades como en composición de los temas. La producción ochentera básica está de vuelta, con las clásicas guitarras eléctricas enterradas en reverb, baterías extremas y la voz de Adams y su acústica dominando el cotarro.

Las canciones en sí, pues nada que sorprenda demasiado, pues cumplen con creces con el nivel que se espera de un disco de este hombre. Ahí tenemos la tripleta inicial con el histrionismo de "Do You Still Love Me?", la delicada desesperación de "Prisoner" y la brillantez hecha canción de "Doomsday" para acabar con cualquier atisbo de duda de que este disco no pudiera estar a la altura. La sensación general es que es un disco directo, sencillo y desnudo. No hay demasiados detalles de producción que entorpezcan la experiencia e incluso se nota una cierta urgencia en la grabación, como si Adams quisiera espantar sus demonios lo antes posible. Ello se aprecia en algunas líneas vocales que parecen grabadas con prisas a la primera toma, por ejemplo.

"My love, you said you’d love me now ‘til doomsday comes / Did doomsday come?", "I don’t wanna live in this haunted house / Anymore", "I’ve missed you so much I shiver and I shake", "Stinging from the storm inside my ribs where it thunders" y otras lindezas nos va soltando el hombre durante las doce canciones que componen este ‘Prisoner’ o sea que, por si todavía no te habías dado cuenta, este es un disco triste, negro y opresivo, como su título indica. La depresión va pasando ante tus ojos con sonidos de John Mellencamp en "Outbound Train" o pureza extrema con saxo en "Tightrope" y la verdad es que cuando acaba el disco es difícil volvérselo a poner, pero por lo que cuentan estas historias, no por la exquisita calidad de las canciones. Además, el bueno de Adams se toma la molestia de soltarlo todo sin florituras, para que no quede duda alguna de lo que nos quiere contar.

Si acaso, el mayor punto negativo de este ‘Prisoner’ es que, por primera vez, un disco de Ryan Adams recuerda horrores al anterior. Sin ir más lejos, "Doomsday" parece la hermana pequeña de "Kim" o "Tightrope" tiene ecos de "Shadows", pero tampoco voy a ser yo el que se queje. ‘Prisoner’ representa un punto y aparte en la vida de Adams como persona y como artista, un paréntesis que quiere cerrar un duro capítulo de su vida. A pesar de que él no ha sido nunca la alegría de la huerta, esperaremos un material algo más luminoso la próxima vez, pero de momento lo más sensato es centrarse en disfrutar esta amarga experiencia lo mejor que podamos.