Hay figuras en el mundo del rock and roll que no necesitan de ningún tipo de presentación y no se puede discutir que Saul Hudson aka Slash es una de ellas. Su carisma, su talento, su imagen, su pasado y, por supuesto, su presente son ingredientes que, mezclados en una coctelera, dan como resultado un explosivo combinado con sabor a icono eterno. En su primera visita a Barcelona como artista en solitario, Slash apareció con su banda The Conspirators y el carismático vocalista Myles Kennedy como parte de la fiesta de presentación del Rock Fest y con ganas de demostrar por qué sigue siendo considerado uno de los guitarristas definitivos de los últimos 30 años.

Texto y Fotos: Edko Fuzz

Abrieron la velada los potentes Mean Machine, un trio de Barcelona que predica el sonido Motörhead a los cuatro vientos, si bien también atesoran pinceladas de la nueva oleada de Rock Escandinavo más primigenio con referencias a bandas como The Hellacopters o Gluecifer. A pesar de no casar demasiado con el estilo de la estrella principal de la noche, Raül, Juan Pedro y Marc salieron a darlo todo para demostrar por qué cada vez están en boca de más gente.

   

Durante sus escasos 30 minutos de actuación, la banda dio un buen repaso al que fue su disco de debut en 2014, "Livin’ Outlaw" con temas como la explosiva "We Want Violence", "Ridin’ the Iron" o "Rolling to the Sin". No atrajeron demasiadas miradas esta noche, pero dejaron claro al que prestó atención que son un valor a tener en cuenta en la escena más underground de high-energy rock, si bien es cierto que aún les queda camino por recorrer y madurar.

Los siguientes en tomar el escenario fueron Ciclonautas, que vinieron presentando su disco de debut "¿Qué tal?". La banda, ganadora del premio a Banda Revelación en 2014, practica un rock de corte muy clásico que imagino que será del agrado de los fans de Andrés Calamaro, pero que tampoco acaba de encajar en un cartel en que Slash y su banda son las estrellas, a pesar de sonar más contundentes que en el disco.

   

Mai Medina, Alen Ayerdi y Javiertxo Pintor se esforzaron durante la hora de la que dispusieron, pero el público que poco a poco iba llenando el recinto no se mostró demasiado receptivo. Probablemente no estaban ante la mejor audiencia que podrían desear, pero seguro que en otras plazas de este país se lo pueden llevar de calle.

Y bien, llegada la hora se apagaron las luces y dieron inicio las más de dos horas a las que Slash, Kennedy y el resto nos invitarían. La energía de "You’re A Lie" se encarga de dar el puñetazo en la mesa que se confirma con el segundo tema que interpreta la banda, "Nightrain". No nos engañemos, casi todos los aquí presentes seguimos a Slash desde que militaba en Guns N’Roses, y cada tema que interpreta de esa etapa de su carrera es recibido como un regalo caído del cielo.

   

Kennedy canta sin ningún tipo de problemas y va sobradísimo de voz, aunque quizá después de tantos años, ya iría siendo hora de que pareciera de que se lo pasa bien sobre un escenario. Esa pose de que la cosa no va con él a ratos quizá resulte efectiva en Alter Bridge, pero en un show de rock and roll como el que nos ocupa, está un poco fuera de lugar. El efecto es aún mayor si lo comparamos con el propio Slash, que no para de correr, saltar y hacer el típico pasito de baile en el que da vueltas mientras desgrana los riffs y solos de "Avalon", Back from Cali" o "Wicked Stone". Cierto es que Kennedy se muestra mayormente risueño y comunicativo con el público, pero lo ideal sería que mantuviera ese carácter durante la totalidad del concierto.

The Conspirators son una banda solvente que apoya perfectamente todas las canciones, y entre sus miembros destaca, por derecho propio, el bajista canadiense Todd Kerns, un tipo con mucho carisma, energía y, por supuesto, una voz muy versátil que es el perfecto complemento para la de Kennedy en los pasajes más complicados. Por si eso fuera poco, Kennedy abandona el escenario unos minutos para que Kerns tome las riendas del show cantando "Doctor Alibi" e incluso se atreve con todo un "Welcome to the Jungle" que defiende con mucho poderío y que arranca al público como pocos temas esta noche. Este ir y venir en la voz principal no es más que otro síntoma de la buena sintonía que hay en esta banda. Una banda en que sus miembros te miran a los ojos y jalean al público como pocos, lo cual siempre es un buen detalle a tener en cuenta.

   

Sin embargo, los grandes protagonistas de esta noche son dos: el propio Slash, por supuesto, y la colección de guitarras que van pasando por sus manos. Cada una de ellas con sus características pero todas ellas escupiendo un sonido marca registrada que aún posee la magia de antaño que catapultó a Slash al mega estrellato mundial con Guns N’Roses. Todos los matices blues, los sustains en las notas, los riffs cortantes… Todo el sonido Slash perdura sin perder un ápice de vigencia. Es más, si me dicen que Slash no se ha apalancado todos estos años y ha estado practicando más el instrumento me lo creo. El de Stoke-On-Trent muestra unas vertientes desconocidas en sus primeros años de carrera que le hacen escalar uno o dos peldaños más en la escala de versatilidad, como se puede apreciar en temas como "Anastasia" o "Starlight".

Hay temas de esta última etapa como "World on Fire" de su homónimo último disco, que no tratan de mostrar esa versatilidad de la que hablábamos y que van directos al grano con riffs marca de la casa, pero nunca llegan a ser sustitutivos de los grandes clásicos que vuelven locos a la gente como "Mr. Brownstone", "Rocket Queen" (con larguísimo solo incluído) o "You Could Be Mine". No es de extrañar, pues estamos hablando de auténticas joyas del catálogo de la que probablemente fuera la última de las grandes bandas de rock clásico.

     

Sin embargo, nada de todo eso es comparable al estruendo que provoca en los compases finales del show el riff de inicio de "Sweet Child O’Mine", ese tema de "Appetite for Destruction" que, casi treinta años después, se ha convertido en un clásico eterno del rock and roll. Ver a Slash interpretar este tema ya vale solito el dinero de la entrada. El feeling que atesoran sus manos da casi miedo y es inevitable para cualquier persona que haya disfrutado mínimamente con Guns N’ Roses en su vida, pensar que así es como tiene que sonar este tema, lleno de emoción, y no de otra manera.

Para el remate final, Slash nos tiene preparada la única visita de la noche a Velvet Revolver (que se antoja escasísima para el que suscribe) con la interpretación del que fuera el primer single de la banda, "Slither". Kennedy ya ha demostrado con creces que puede hacer de Axl Rose y la circunstancia no cambia con Scott Weiland. Al ser una banda que aquí no tuvo la repercusión de la que sí gozó en Estados Unidos, el tema no desata demasiadas pasiones pero pone punto final al setlist.

   

Pero aún hay tiempo para una más cuando la banda vuelve al escenario para cerrar, ahora así, el show con el clásico que siempre tiene que acabar los conciertos con sabor Gunner que se precien, "Paradise City". Desde el arpegio inicial, al riff principal al desfase final con solo interminable y lluvia de confetti, el tema es una fiesta continua a todo volumen que demuestra que Slash y su banda son cosa seria.

El guitarrista es plenamente consciente de que está donde está por su pasado, y como tal regala a los fans un buen puñado de temas de esa época, pero también quiere demostrar que aún tiene cosas que decir y es por ello que sigue grabando discos y basando su (sabiamente escogido) setlist en ellos. Si a todo eso le sumamos una banda muy solvente, un cantante con aptitudes fuera de toda duda, un montaje sobrio pero efectivo y una chistera y una Les Paul, obtenemos la única solución posible: un gran show de rock and roll. Que así sea por muchos años.

   

Texto y Fotos: Edko Fuzz

Setlist Slash – 8/07/15 @St.Jordi Club – Barcelona
You’re a Lie
Nightrain
Avalon
Standing in the Sun
Back from Cali
Wicked Stone
Mr. Brownstone
You Could Be Mine
Doctor Alibi
Welcome to the Jungle
Starlight
Beneath the Savage Sun
The Dissident
Rocket Queen
Bent to Fly
World on Fire
Anastasia
Sweet Child O’ Mine
Slither (Velvet Revolver cover)
Encore:
Paradise City