Tal como prometieron, seis meses después de la publicación de “The House Of Gold & Bones Pt. 1” nos llega su continuación, cerrando asi la historia conceptual que gira en torno a estos dos discos, y de la que se publicará un cómic. “The House Of Gold & Bones Pt. 2” es el título, no podía ser otro.
Alberto López
Nota:8/10  

 

Con la primera entrega Stone Sour nos deleitó con el mejor disco de su carrera y unos de los mejores discos del año sin lugar a dudas. En esta segunda entrega, quizá un escalón por debajo de la anterior, vuelven a demostrar que son uno de los grupos más en forma de la actualidad.

Pese a haberse publicado por separado no dejan de formar una obra conjunta, tal como hicieran infinidad de grupos en el pasado, y como tal esta segunda parte pone el broche de oro. La jugada comercial ha favorecido la apreciación de ésta como es debido por parte del publico, ya que de haberlo publicado como un disco doble quizá se habría quedado algo en el tintero en esta época, digitalizada al máximo, en la que raro es quien se traga dos horas del tirón para disfrutar de un álbum.

Frente al primero, más directo y cañero, en este segundo encontramos mas oscuridad e introspección por parte de Corey y compañía. Lo avisaban en las recientes entrevistas y así ha sido. Es un disco más tranquilo, pero con una intensidad brutal en su interpretación.

“Red City” para comenzar la verdad es que descoloca. Con un principio lento a piano y voz va introduciéndonos en el álbum poco a poco y ganando en intensidad hasta llegar a un final muy agresivo, vocalmente hablando, pesado y un tanto caótico. Desde luego no deja de resultar extraño para abrir un disco, pero, si tenemos en cuenta que es la continuación de una obra conceptual, encaja algo más. Aún así no es el mejor de los comienzos posibles. A Pink Floyd, por ejemplo, les quedó muy bien el “Hey You” para la segunda parte de “The Wall”. A Stone Sour no tanto.

“Black John” también nos desconcierta por unos momentos con un principio con sonidos propios de un antiguo gramófono rallado, pero en seguida entramos de lleno en el tema con un riff cortado y contundente, muy rítmico, con una batería dandole un contrapunto muy interesante con el charles. Un tema muy típico de Stone Sour, de esos que no decepcionan.

“Sadist” abre la lista de los numerosos medios tiempos que encontraremos en el álbum. La presencia del bajo es lo primero que percibimos para dar paso a la voz lenta y pausada de Corey sobre unos arreglos preciosistas de guitarra. Va ganando intensidad de cara a un gran, y pegadizo, estribillo. Coincidiendo con el solo aumenta la caña de cara a la parte final.

“Peckinpah” continúa la linea de comienzos lentos. Esta vez la voz de Corey, quien está enorme a lo largo de los doce temas demostrando lo muchísimo que ha mejorado con respecto a su primera etapa con Slipknot, camina sobre un colchón pesado de timbales y arreglos de piano hasta llegar a la parte cañera, el ante estribillo, que posee un riff casi thrasher. El estribillo, plagado de melodía sobre arpegios y acordes abiertos vuelve a deleitarnos.

“Stalemate” es un tema más directo que comienza con lo que posteriormente será el pegadizo estribillo pero en formato acústico. Buena melodía ésta. Gana en velocidad, sobre todo al final, con respecto a sus predecesores ofreciéndonos unos de esos cortes de rock/metal que tan bien se les dan.

“Gravesend” es la segunda ida de olla tras el dubitativo comienzo de “Red City”. Pesadez y oscuridad, con constantes arreglos armónicos, son sus señas de identidad hasta desembocar en una voz absolutamente desgarradora y distorsionada al máximo. Un tanto complicado disfrutar de ella.

“’82” posee un riff muy trabajado y cambiante, muy rockero, durante la estrofa y el estribillo que vuelve a resultar muy pegadizo. Un intermedio muy pesado hará de contrapunto y dará paso a “The Uncanny Valley” otro medio tiempo, esta vez con guitarras acústicas muy presentes y constantes cambios de ritmo.

“Blue Smoke” actúa como una especie de interludio psicodélico con voces cargadas de efectos y piano y sirve como intro para el que fue el single de adelanto “Do Me A Favor”, otro de esos temas metaleros de corte muy rockero que ya empiezan a ser marca registrada por Stone Sour. Agresivo, con un gran riff y un mejor estribillo es de los mejor de esta obra conceptual. Brutal.

Como brutal es “The Conflagration”. Una joya. Medio tiempo que comienza a piano y voz y en el que van introduciendose poco a poco arreglos de cuerda hasta llegar al punto culmen del estribillo en un tema de una intensidad abrumadora. Tiene un gusto exquisito y me recuerda, salvando las distancias, a lo que ya hicieron con “Zzyzx Rd.” en su álbum del 2006 “Come What(ever) May”.

“The House Of Gold & Bones” cierra otro gran disco de Stone Sour con caña y mucha fuerza. Un corte muy contundente, con momentos de mucha agresividad por parte de Corey y con un buen estribillo y grandes solos. Muy completo y de lo mejorcito de este álbum.

En definitiva, otro paso más de Corey y compañía en demostrar definitivamente que no son una banda con la que maten el tiempo entre disco y disco de Slipknot. Gran disco, algo inferior, como dije antes, que su predecesor por un par de temas que no terminan de cuadrar pero que no empañan el resultado final, ni mucho menos.

Alberto López

Temas:

  1. Red City

  2. Black John

  3. Sadist

  4. Peckinpah

  5. Stalemate

  6. Gravesend

  7. ‘82

  8. The Uncanny Valley

  9. Blue Smoke

  10. Do Me A Favor

  11. The Conflagration

  12. The House Of Gold & Bones