Los británicos The Cult presentaban la tarde del 18 de julio su nuevo disco “Choice a Weapon” en el escenario de La Riviera. Como teloneros de auténtico lujo tuvieron a la nueva versión del grupo escocés Gun.
Alfonso Dávila

Puntuales a las 20h, salían a escena los escoceses GUN, que venían presentando su nuevo disco “Break the Silence”. Tienen tanta confianza en su nuevo trabajo que la mitad de su repertorio se basó en el, combinando los nuevos temas con los clásicos del grupo. Los escoceses comenzaron con “14 Stations” y “Lost & Found”, que no terminaron de sonar bien del todo, ya que el grupo salió un poco frío y dubitativo, con Dante Gizzi muy parado y un poco verde en directo a su nueva ocupación como vocalista.

El primero de los clásicos del grupo fue “Better Days” en la que comenzaron a soltarse y en la que Dante comenzó a bailar y a moverse de lado a lado del escenario. Siguieron con el tema que da nombre a su último disco, “Break the Silence” que hizo moverse al público, pero por desgracia la gran mayoría no lo conocían. “Butcher Man” nos hizo gozar de lo lindo con ese aire más rockero del grupo.

Para el final nos reservaron “Steal your Fire”, que hizo recordar a más de uno su juventud. Le llegó al turno a la versión de “Word Up”, cuyo estribillo fue coreado por la gente. “Shame on You” cerró el corto concierto de los escoceses. Muy buen cocnierto, aunque la desgracia fue que al venir como teloneros se quedó en apenas 30 minutos.

Después de la buena descarga de los escoceses, les llegaba la hora al cabeza de cartel The Cult, pero nos hicieron esperar más de lo que deseábamos, casi una hora que conllevó un mosqueo generalizado y una pitada cuando por fin aparecieron sobre las tablas del escenario madrileño. Comenzó a sonar una intro étnica y poco a poco iban apareciendo los miembros del grupo, y una atmósfera especial se extendió por la sala madrileña. Cuando empezaron a sonar las primeras notas de “Lil´Devil” la gente ya estaba alucinando con el grupo, especialmente con Ian Atsbury que apareció con gafas de sol, moño y un plumas en pleno verano madrileño. No me quiero ni imaginar el calor que tendría que estar pasando.

El primer tema del nuevo disco en sonar fue “Honey From Knife”, que sirvió para demostrar la complicidad entre el público y el grupo, sobre todo por parte de Atsbury que estuvo muy comunicativo y divertido durante toda la noche, incluso le llegó a dar un beso a Chris Wyse, eso si, la relación con Billy Duffy sigue muy tensa, porque ni se miraron en todo el concierto. Siguieron con “Rain” que sonó de lujo, con Atsbury pletórico de voz y Duffy con su clásica postura cuando toca la guitarra.

Tras una pequeña intervención de Atsbury hablando un poco de castellano, nos presentan “Lucifer”, y su sonido denso y pesado sirvió para dar relevancia a la gran labor que estaba haciendo John Tempesta a la batería, y es que este hombre no es manco precisamente. Llegó el turno para uno de los temas más representativos de la discografía del grupo, como es “Fire Woman”, que hizo vibrar a todo el mundo y que fue uno de los momentos más intensos de toda la velada. Siguieron con la blusera “Embers” y tras ella sonó un tema de su segundo disco, y el elegido fue “Nirvana”.

En “Rise” Duffy llegó a ocupar el centro del escenario para hacer su respectivo solo, y siguieron con la hardroquera “For the Animals” de su último disco, que sonó realmente bien, eso si, en este caso sin el piano que suena en el disco. Llegaba el momento de ir terminando su concierto, y para el final nos tenía preparada una buena, con “Wild Flower”, en la que Atsbury ya no tenía la pandereta porque la había tirado al público, y el tema por excelencia del grupo “She Sells Sanctuary”, con la que consiguieron poner a las dos mil personas que se encontraban en la sala a botar y a cantarla de principio a fin.

Tras la despedida del grupo, solamente quedaba tiempo para los bises. Con el grupo de nuevo en el escenario, aunque Atsbury no se marchó porque quería continuar directamente sin hacer ningún parón, y es que como ya he dicho antes Atsbury estuvo muy enérgico y se le vio que tenía una de esas noches mágicas que de vez en cuando ofrece. Iniciaron los bises con “Life > Death”, un tema lento y pesado, que fue interpretado por Ian de forma magistral, y que remató Billy Duffy con el fantástico solo de guitarra. A continuación llegó la melodía sicodélica de “Spiritwalker” y para finalizar interpretaron “Love Removal Machine”, que hizo bailar a toda la sala y que cerró el concierto de forma magistral.

Aunque hace tiempo que su mejor momento ya pasó, hay que reconocer la gran labor que hicieron en Madrid, en donde el grupo estuvo realmente fantástico. Las únicas pegas que se les puede poner es que nos hicieran esperar tanto hasta el comienzo de su concierto, y los escasos 90 minutos de concierto, y es que teniendo en cuenta que la entrada no era de las baratas, se podrían haber alargado un poco más, porque a las 22:30 ya estábamos en la calle.

Alfonso Dávila

Nota: Debido a las condiciones impuestas por The Cult a los fotógrafos acreditados al evento nos hizo sacar un reportaje de baja calidad y por tanto no publicable, pedimos disculpas a nuestros lectores.