Dark Element es el dúo de excepción formado por la ex Nightwish Anette Olzon y el ex Sonata Arctica Jani Liimatainen, a quien actualmente podemos encontrar junto a Insomnium. Llegan después de probar suerte con su primer disco lanzado el año pasado y su paso por algunos festivales el 2018, que les dieron el impulso necesario para traernos su segundo álbum titulado “Songs The Night Sings”, bajo el sello de Frontiers Music.
Un disco ambicioso, que busca dejar un sello personal dentro de las bandas vigentes en el metal sinfónico, pero aun así arriesgándose en busca de nuevos sonidos y elementos que distingan su proyecto de los otros.

Karina Báez

La primera canción del disco es “Not Your Monster”, donde han apostado a lo grande desde el primer segundo, junto a una orquestación de excepción y una producción más poderosa que su primer álbum. Los riffs aportados por el virtuoso Jani Liimataine hacen que la canción fluya perfectamente hasta encontrarnos con un coro potente, recargado de elementos propios del sinfónico que quedan espectaculares. Es una de las canciones largas del disco, que tiene una buena parte solo de orquestación sin el acompañamiento de la voz, que no es para nada cansado de escuchar, ya que la rapidez del tema lo hace muy ligero. A continuación viene “Songs the Night Sings”, tema que le da el nombre al disco. Es una canción bastante interesante y moderna, comparándola con otras canciones del estilo que suelen ser bastante predecibles. Muchas veces lo metal queda en segundo plano, siendo realmente el sonido el que lleva el control de la canción y claramente la orquestación que interviene. Vale mucho la pena también resaltar el solo de bajo que aparece en el punto exacto de la canción para darle paso al solo de guitarra e impulsar la canción los coros finales. Es un tema agradable y fácil de oír para cualquier persona que no sea amante del género en sí.

Ya entrando en un material más metalero llega “When It All Comes Down”, con un sonido mucho más pesado que lo que hemos escuchando anteriormente, combinado con factores sinfónicos pero pasando a un segundo plano la mayor parte del tiempo, solo cobrando un poco más de protagonismo un minuto antes de finalizar. El riff es bueno, pero llega a ser un poco cansado de escuchar sobretodo la primera parte de la canción antes de llegar al coro, sin embargo todo lo demás está bien ejecutado. El siguiente track, “Silence Between the Words”, cambia radicalmente de sendero y se va por la vía del pop rock. En lo personal me gusta la voz de Annete Olzon y es agradable poder tenerla vigente en un proyecto donde se aprecie de verdad su calidad vocal al 100%, que se puede adaptar a tantas situaciones como esta misma, algo fuera de su zona de confort y que tan bien le queda.
Siguiendo el recorrido llega “Pills on My Pillow”, un power metal melódico en conjunto con elementos electrónicos muy pegadizos. La canción tiene el enganche adictivo que genera la rapidez del ritmo e incorporando una voz masculina entonando algunas frases del estribillo y algunos coros. Es una propuesta muy arriesgada, teniendo a un referente tan potente como es Amaranthe, pero lo han sabido llevar a la perfección. Tiene mucho mérito mezclar tantos estilos diferentes y que quede todo en una sola pieza.
Llegamos al punto nostálgico del disco con “To Whatever End”. Un piano junto a unos violines que nos acompañan gran parte de esta balada, que poco a poco va integrando la batería y las guitarras. A medida que avanza la canción se van generando momentos épicos junto a la orquestación y la voz de Anette, además otros calmados con una guitarra electroacústica. Aunque suene como una canción con sobrecarga de componentes, el factor emotivo juega un rol importante. Dejando atrás este momento sensible llega “The Pallbearer Walks Alone”, para mí una de las mejores canciones del disco. Es aquí donde podemos apreciar la experiencia de estos dos grandes músicos de sus anteriores bandas, fusionadas en este proyecto. Un tema con rápidos riffs acompañados con una orquestación de lujo, como debería sonar siempre el power metal sinfónico. Del puente al coro es una subida de sonido impresionante, hasta llegar al solo muy rescatable y rápido, que poco a poco se mezcla con la orquestación donde los contrabajos y los metales aportan el dramático. Una interesante propuesta que vale la pena escuchar. Siguiendo el recorrido llega “Get Out of My Head”, otra canción que se afirma entre los cimientos de los sonidos electrónicos combinados con potentes riffs. Quizás no es tan espectacular, pero tiene un coro muy pegadizo.

Ya entrando en las canciones finales vale la pena rescatar “If I Had a Heart” y “You Will Learn”, dos canciones donde resalta la voz de la cantante y los épicos solos de guitarra. Una formula ya aprendida de las pasadas canciones. Apoyadas a las meticulosas melodías, que buscan emocionar a cualquier persona que las escuche.
Ya para cerrar junto a “I Have to Go”, que da inicio con una cálida melodía junto al piano y la voz de Anette, una propuesta elegante y limpia que se mantiene en toda la canción. En momentos entra la guitarra eléctrica a hacer lo suyo, pero manteniendo el toque distinguido.
Una pieza bastante corta en relación a las otras canciones del disco, buscando hacer el contraste entre todos los ingredientes que nos entrega este dúo.

Un disco recomendado para los fans del metal alternativo y los amantes del metal sinfónico, sin duda The Dark Element es una de las apuestas recientes más novedosas que nos ofrece, con artistas de amplio curriculum que aseguran pasión y profesionalismo garantizado.

Karina Báez

Temas:

01. Not Your Monster
02. Songs The Night Sings
03. When It All Comes Down
04. Silence Between The Words
05. Pills On My Pillow
06. To Whatever End
07. The Pallbearer Walks Alone
08. Get Out Of My Head
09. If I Had A Heart
10. You Will Learn
11. I Have To Go