The Neal Morse Band – 22 de marzo ’17-Sala Apolo (Barcelona)

El pasado miércoles, la Ciudad Condal tuvo el privilegio de acoger la única visita en nuestro país de la presentación de la nueva obra de The Neal Morse Band denominada “The Similitude of a Dream”. Un concierto que tenía dos puntos de interés fundamentales, el poder ver el directo de su último trabajo, un álbum conceptual tremendamente interesante y por otro lado, poder ver en directo a una agrupación de músicos de alto nivel en simbiótico funcionamiento.

Texto: Toni Marchante
Fotos: David Aresté

La Sala Apolo fue el local elegido, en pleno Paralel, tradicional zona de espectáculos que enriquecen la cultura de esta gran ciudad, un sitio acogedor y cómodo para ver conciertos. Se nos presentaba una velada tremendamente interesante por lo que ya conocíamos de la reciente gira por su país de este combo norteamericano, la interpretación al completo de su último álbum y el hecho de no llevar teloneros, lo que nos hacía suponer, un concierto extenso donde además del álbum nos caería algo más. El nuevo disco de la banda es un gran disco, quizás en mi opinión algo sobrevalorado por sus creadores (recordemos las palabras de Portnoy situándolo dentro de los grandes discos conceptuales de la historia); es un disco sobresaliente que gana todavía mucho más enteros en directo. Su amplitud de estilos se amplifican en directo, sobre todo cuando entramos en los temas más directos o en los desarrollos progresivos, donde pudimos apreciar pequeños errores de sincronización o de afinación en las voces en algún momento puntual, más propias de falta de retorno del sonido conjunto, pero que para nada deslucieron el fantástico concierto del que pudimos disfrutar.

Con el comienzo programando para las ocho de la tarde y con casi un cuarto de hora de retraso, en la pantalla del fondo del escenario se proyectan imágenes relativas al concepto del trabajo de presentación, acompañadas de un popurrit orquestal que recogía melodías recurrentes del disco, todo ello entre los vítores de un público que tenía ganas de disfrutar de la oferta de estos cinco grandes músicos. Tras la introducción, irrumpió en el oscuro escenario un Neal Morse desconocido, caracterizado en el personaje principal de la obra en cuanto a vestimenta, cubierto por una capucha y con una linterna alumbrándole la cara para comenzar con las primeras frases de “Long Day” arropado por el sonido pregrabado de los cellos que acompañan su voz en el comienzo de este viaje. Incidimos en lo de un Neal Morse desconocido, porque siempre lo hemos visto interpretarse a sí mismo con sus gestos y con peculiar forma de expresar sus emociones, esta vez hizo lo mismo pero dando cabida a la interpretación de un personaje distinto. Durante todo el concierto Neal fue un Jekyll y Hyde interpretando al personaje e interpretándose a sí mismo. Durante la parte final de “Long Day” el resto de la banda fue invadiendo el escenario para arrancar al unísono con la espectacular “Overture” instrumental.

Creo que los que ya conocen a este combo no necesitan que se les cuente lo que es ver a estos músicos en acción, la calidad ejecutiva de los mismos está fuera de toda duda, aunque hay un matiz que diferencia la banda que vimos esa noche a las anteriores ocasiones: el grado de implicación de todos ellos en lo que se refiere a compartir las partes interpretativas. Hemos pasado de una banda donde Neal Morse se hacía cargo de la composición y era la estrella destacada que se acompañaba de buenos músicos a otra distinta, compuesto por un grupo de músicos que comparten protagonismo en la composición, en cada uno de sus instrumentos y en las facetas vocales. La presencia de Neal es todavía muy determinante en todos los aspectos, él sigue siendo la referencia en la banda, destacando por encima, pero de una forma más equilibrada. Esta igualdad se debe al alto grado de calidad ejecutiva en el aporte de los demás, no obstante, además de Neal, Eric Gillette y Bill Hubauer son multi instrumentistas y pueden desplegarse en múltiples facetas, lo que le da más posibilidades a la banda y eso se nota hasta en los directos. Neal cobra protagonismo en “The Dream” para detonar “City of destruction” uno de los grandes temas del disco que fue acompañado por las palmas en su desarrollo y cantada en el estribillo marcando uno de los muchos momentos cumbre de los que disfrutamos durante la velada.

La disposición en el escenario favorecía la visualización de los músicos quizás un poco en detrimento de la pantalla del fondo donde se proyectaban imágenes, pero en su parte inferior se veía invadida por la sombra de la batería de Mike y los teclados de Bill, quienes ocupaban el fondo del escenario uno al lado del otro, con un Randy George arrinconado en la parte izquierda según se mira al escenario, Eric Gillette en la derecha, también algo estático, con Neal ocupando la parte central con su teclado y un pie de guitarras al lado donde la crew le iba sustituyendo según el momento las guitarras que iba utilizando. En “Makes no sense” Neal se puso unas extrañas gafas dentro de su actitud teatral mientras rasgueaba la guitarra acústica en un tema muy repartido en las voces. En “Draw the line” Mike Portnoy toma el protagonismo en la voz y debemos decir que es impresionante verle tocar al mismo tiempo que canta, aunque el estribillo se lo cedió a Neal, lo que supone una variación del disco, ya que es Portnoy quien lo acomete. “The slough” fue otra pieza instrumental más para disfrutar. En “Back to the city” vimos a un Bill Hubauer al límite en la voz como en algunos momentos, clavaba las entonaciones pero se observaba que con mucho esfuerzo, esperemos que la voz le aguante durante el resto de la gira, porque de lo que estamos seguros como lo fue esta noche, es de que Bill lo dará todo, pero para su voz en algunas partes la exigencia es máxima.

Llegamos a otro de los grandes temas “The Ways of a Fool”, los americanos tocando un tema puramente british, con referencias musicales a The Beatles, ELO e incluso Queen como pudimos ver en el detalle de guitarra de Eric Gillette. Bill excelente a la voz, con una buenísima acogida por parte del público en una exhibición vocal por parte de todos los miembros de la banda. Un tema que terminó curiosamente con Bill usando como sonido el Ipad probablemente en una de las aplicaciones de Jordan Rudess. “So far gone” sonó grandiosa con un Eric Gillette certero y con Mike Portnoy acentuando el sonido “conga” de su batería, también destacaría en este tema los coros que sonaron muy emotivos. El primer acto terminó con “Breath of Angels” donde Neal se nos apareció encapuchado con una sudadera blanca en un tema donde la mano de Portnoy seguro que tuvo mucho que ver por su similitud a Dream Theater, con un Eric Gillette emulando a John Petrucci.

Tal y como ocurre en el álbum, termina el primer disco y aquí termino el primer acto. Tuvimos un receso de unos pocos minutos para reanudar con la segunda parte de la mano de “Slave to Your Mind” donde Bill cobra protagonismo con sus entonaciones a lo Peter Gabriel. “Shortcut to Salvation” fue muy bien recibida por el público, un corte muy comercial, para mí de lo más flojo del disco pero que me gustó sobre todo por detalles como el toque de saxo de Bill Hubauer. Curiosamente tras este tema se dirigió por primera vez Neal Morse al público con unas palabras, ya nos resultaba extraño que hasta ese momento no lo hubiera hecho. Y presentó la zeppeliana “The man in the iron cage” que sonó muy hard rockera con un Eric muy centrado en la voz quien además nos regaló un espectacular solo, mientras que Neal empuño la acústica de 12 cuerdas. “The Road Called Home” sirvió entre otras cosas para ver a Mike Portnoy haciendo malabares con las baquetas en otro de los momentos instrumentales de la noche. En “Sloth” vimos a un Neal interpretativo y divertido, con capucha y antifaz, tumbándose en el suelo, alguien le soltó alguna gracia a la que Neal dio las gracias, también Randy colgó en su bajo un peluche de un perezoso, igual que el que lució toda la noche el frontal de la batería de Portnoy; pero lo más destacado para mí en este corte fue la preciosa interpretación final en la voz de Gillette. Al concluir el tema Mike Portnoy se bajó de su batería y desde el borde del escenario dirigió unas palabras. Todos juntos, desde la parte frontal, interpretaron “The Freedom song”, Portnoy se acompañó de una pandereta y un bombo con los que iba marcando el ritmo, mientras Bill empuñó una mandolina, Randy estructuraba con su bajo y el resto acompañaban con las guitarras cantando todos al unísono junto a toda la sala en otro de los grandes momentos de la noche. En “I´m running” tenía curiosidad por ver el solo de bajo de Randy George y sí , es real, en el escenario lo volvió a clavar, lo mejor del tema.

Y llegamos a otro de los momentos grandes de la noche, Bill Hubauer se queda solo en el escenario para arrancar con el solo de piano de “The Mask” al más puro estilo Genesis, al que le incorporó alguna improvisación. Neal introdujo la voz, encapuchado y bajo una máscara, se recuperó la teatralidad en la sala, la magnificencia del tema invadió la sala, en para mí, el momento más espectacular de la noche que se continuó hasta el final; “The confrontation” tema recopilatorio de melodías recurrentes y un “The Battle” lleno de una energía que se derrochó en el escenario en dosis instrumentales mientras que en la pantalla del fondo se proyectan imágenes de una ciudad ardiendo, con continuas llamaradas, absolutamente indescriptible, solo perceptible en su máxima intensidad estando en la sala. Situados en la cota más alta de expectación, llegamos al momento más emotivo de la noche con la interpretación de “Broken Sky” la megabalada que acabó por conquistar sin condiciones a todos los asistentes. Pomposa sonó el cierre final de “Long day Reprise”, culminando así una experiencia visual y sonora absolutamente gratificante.

Tras un momento de respiro salieron para regalarnos más música, no era suficiente con los más de cien minutos de su último álbum y había ganas de más. “Agenda” fue la primera referencia de su anterior álbum, un corte comercial y alegre que fue seguido por uno de los grandes clásicos “Author of confusion” de su álbum “One” un exponente claro de calidad compositiva e interpretativa con el espectacular cierre de Mike Portnoy a la batería en la parte final. La última de la noche fue “The Call” el tema apertura de su anterior “The Grand experiment” para terminar de confraternizar con sus fans, que después de lo de esa noche, lo serían aún más.

Gran concierto de estos cinco grandes músicos, un auténtico espectáculo digno de admirar, pero que debemos de decir que mejorable en cuanto a lo que estos músicos nos pueden ofrecer y conociéndolos, seguramente que no saldrían totalmente satisfechos; su calidad en todos los aspectos está fuera de duda, sin los pequeños fallos habría sido absolutamente perfecto, aunque en mi opinión, lo que hace de un concierto que sea genuino y diferente son esos pequeños errores. Fue un auténtico privilegio el haber podido disfrutar de esta magnífica experiencia, vimos facetas distintas de lo que nos tenían acostumbrados, evolución, una expresión conceptual más evidente, una banda que esperemos siga desarrollándose por estos cauces y nos den más grandiosas noches como esta.

Texto: Toni Marchante
Fotos: David Aresté

Set list:

Acto 1 (The Similitude of a Dream, Part 1):

1.Long Day
2.Overture
3.The Dream
4.City of Destruction
5.We Have Got to Go
6.Makes No Sense
7.Draw the Line
8.The Slough
9.Back to the City
10.The Ways of a Fool
11.So Far Gone
12.Breath of Angels

Descanso

Acto 2 (The Similitude of a Dream, Part 2):

13.Slave to Your Mind
14.Shortcut to Salvation
15.The Man in the Iron Cage
16.The Road Called Home
17.Sloth
18.Freedom Song
19.I’m Running
20.The Mask
21.Confrontation
22.The Battle
23.Broken Sky / Long Day (Reprise)
—–
24.Agenda
25.Author of Confusion
26.The Call