El año pasado salió la novela musical “Una chica sin suerte”, escrita por Noemí Sabugal y que explica las aventuras de Willie Mae “Big Mama” Thornton de gira por Europa.

¿Que quién es Big Mama? Quizá si has entrado a leer el artículo es muy probable que ya lo sepas, así que a grandes rasgos diremos que fue una de las primeras Blues woman americanas y la primera en interpretar “Hound Dog” (le escribieron el tema para ella), para que luego un chavalín llamado Elvis Presley la re-adaptara al sonido que Sam Phillips quería para Sun Records y tuviera mucho más éxito que ella, como es obvio ahora no es momento de hablar de eso…

Noemí nos plantea el escenario de una gira que cruzó toda europa de Big Mama junto a otros músicos de Blues como Buddy Guy, John Lee Hooker, o Walter Horton entre otros llamada “American Folk Blues Festival”, organizada por dos promotores alemanes que les encantaba ese estilo de música. Estamos hablando del año 1965 donde la situación mundial tenía muchos frentes abiertos donde también se hacen referencia en el libro y donde están relacionados o le afectan a la propia protagonista.

Desconocíamos hasta el momento que se hubiese editado un libro de este estilo como si fuera un diario de gira explicado por los propios músicos, además de incluir hipotéticas/posibles anotaciones de lo que podría estar pensando la propia Big Mama. Es un formato diferente y original, predispuesto a una lectura rápida ya que cambian constantemente de ciudad y surgen multitud de situaciones diferentes. Bien es cierto que en algunas de ellas no hablan prácticamente de como está yendo esa gira, porque se centran en las vivencias de BM pero no podemos olvidar que es la protagonista de la novela, a la que le cuesta muchas veces desprenderse de sus miedos, sobretodo a medida que avanza la gira y necesita apoyarse en el alcohol para continuar.

Hay miles de descripciones: de ciudades, bares, tiendas, escenarios, personas… que nos ayudan a recrear mejor esa época antigua donde transcurre la historia… convirtiendo al libro muy orgánico, muy crudo, tal y como es el blues que tocaban todos ellos. Situaciones que enganchan al lector, de unos personajes entrañables y que viven una gran experiencia fuera de su país, un gran trabajo de recreación de arqueología del rock para dejar constancia que antes de Elvis si que había alguien, rebatiendo a lo que siempre dijo el bueno de John Lennon.

David Aresté