“Bosa” es el quinto disco de Vita Imana, un disco que viene precedido por profundos cambios en el seno de la banda. Siempre es difícil sobreponerse a estos, pero creo que los madrileños han salido seriamente reforzados y se han marcado uno de los mejores discos de su carrera.

Alberto López

Antes de entrar en materia, recordemos que tras finalizar la gira de “El M4L”, a finales de 2017, la banda emitía un comunicado en el que anunciaba que Puppy dejaba su labor a las guitarras por motivos personales, Javier Cardoso tampoco continuaría con ellos a la voz por desavenencias personales que estaban afectando al ambiente dentro de la banda y, además, dejaban de estar representados por David Sobrino y su agencia de management, Sobry Music.

Todo esto, de primeras, parecía un mundo, pero el tiempo les ha dado la razón viendo el resultado de este nuevo lanzamiento. Mero Mero, el nuevo cantante, conocido ya de sobra por sus trabajos con Cuernos de Chivo o sus colaboraciones con Leo Jiménez, está apabullante durante todo el disco. No me he acordado de Javier Cardoso en ningún momento, y bien es cierto que suplir un cantante, y frontman, con el carisma de Javier es complicado, pero a los que no nos terminaba de convencer hemos visto la luz con la incorporación de Mero Mero.

Y en el otro apartado musical, la verdad es que a Puppy tampoco se le echa mucho de menos, principalmente porque Diego López, su sustituto, y Román García forman una dupla que se combina a la perfección. Además, Diego había sustituido a Román en buena parte de la gira de “El M4L” con lo que ya sabía bien del funcionamiento de la banda y ha encajado verdaderamente bien. En cuanto al disco en sí, Vita Imana no ha variado sustancialmente, siguiendo fieles a su estilo, aunque con los cambios lógicos que supone la evolución y las nuevas mentes, y nuevas manos, en la formación. Una vez más, la producción ha corrido a cargo de Alex Cappa en The Metal Factory Studios, consiguiendo un sonido brutal.

“Calima” hace las veces de intro, oscura y ligeramente inquietante, que da paso a “No en mi nombre” donde nos encontramos con todos los elementos que forman, y han formado parte, de Vita Imana. Contundente y genial base rítmica, una constante en todo el disco, sobre la que las guitarras nos golpean y Mero Mero nos desgarra. Gran comienzo que deja claro que aquí están de nuevo y que los cambios, por lo menos para mal, no han sido. “Desfiguradas” fue el primer adelanto, en forma de videoclip, que pudimos catar de este “Bosa”. En el mencionado vídeo, jugando con el concepto de la canción y con un poco de misterio, presentaban a su nuevo cantante. En cuanto al tema en sí, es puro Groove. Contundente y adictivo a partes iguales.

El bajo de Pepe, crudo y con gran pegada, da comienzo a “¡Contraataque!”, donde las voces rasgadas y las guturales combinan a la perfección, en un corte enérgico y machacón que va mejorando según pasan los segundos. Algo que se echó de menos en sus dos anteriores lanzamientos fue la continuación de “Taikos”. En este caso si han decidido retomar esa suerte de canción instrumental que relaja el ambiente y te lleva, momentáneamente, a otros lares. “Taikos III” me atrevería a decir que aquí resulta hasta necesaria para afrontar lo que viene después.

Tras la calma… “Desdoblamiento”, para mi gusto uno de los mejores cortes del disco, que nos trae a la memoria a los Vita Imana de los comienzos, a “Paranoia” o “Romper con todo”, y que es un auténtico cañonazo. “Los ojos de la serpiente” es un tema mucho más complejo, de lo que hay que dar más de una oportunidad, con un ambiente pesado y oscuro, con cambios que nos dejan maravillas como el interludio tribal que posee, y con un sentimiento de desgarro del que buena parte de culpa tiene Mero Mero.

Vuelta a la cera, con dos de los cortes más veloces y cañeros que hayan compuesto nunca: “El mundo a mis pies” y “Bosa”, donde dejando ver su lado más Hardcore viran casi hacia el Death en una suerte de Deathcore tribal que engancha brutalmente. Y, casi sin darnos cuenta, llegamos al final del disco, que no es otro que “El duelo”, segundo adelanto del disco. Otro tema complejo, más si cabe que “Los ojos de la serpiente”, en el que la pesadez va ganando intensidad según transcurren los minutos, llevándonos por diferentes partes que hacen de esta una de sus mejores composiciones.

Poco más que añadir, discazo soberbio el que se han marcado Vita Imana, sin ningún género de duda.

Alberto López

Temas:

1 – Calima
2 – No en mi nombre
3 – Desfiguradas
4 – ¡Contraataque!
5 – Taikos III
6 – Desdoblamiento
7 – Los ojos de la serpiente
8 – El mundo a mis pies
9 – Bosa
10 – El duelo