Barón Rojo + Obús – 11 de Enero’19 – Sala La Riviera (Madrid)

El pasado 11 de enero tuvo lugar en Madrid un concierto que hace algunos años nadie pensó que tuviera nunca lugar. Obús y Barón Rojo, dos bandas ‘rivales’ desde siempre, por primera vez juntas en un gran escenario como el de La Riviera décadas después. La ocasión la pintan calva y nosotros y todo un aforo casi lleno nos fuimos para allá para dar cuenta de tan histórica noche para el rock nacional.

Texto: David Aresté
Fotos: Susana Manzanares

A medida que íbamos entrando al recinto ya nos dimos cuenta de que la noche prometía ser un éxito de convocatoria, no es para menos, los fans de toda la vida de una, otra, o de las dos bandas protagonistas, no querían perderse de ninguna manera tal acontecimiento. Unos Obús más en forma que nunca y unos Barón Rojo resistiendo en su paso por su no mejor momento, se verían las caras con una audiencia fiel, ávida de ver a sus bandas, de volver a sus orígenes y abandonarse a la nostalgia.

Muchas opiniones, dimes y diretes se venían comentando desde que se anunció el evento hace pocos meses, todos los puntos de vista posibles salían a la palestra, el último la incertidumbre de si finalmente Fortu podría acudir debido a su participación en un conocido reality de TV. Finalmente, todos los astros se alinearon para que esa noche todo saliera perfecto y todos pudimos disfrutar de la gran noche del heavy rock español.

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Obús fueron los primeros en salir y se llevaron también la primera ovación de la noche, contenida desde semanas antes. Un Fortu pletórico, muy contento y con un estado vocal espléndido salió a un escenario como él, vestido para la ocasión, con pantallas de vídeo proyectando el logo de la banda, fuegos, fotos de la banda e imágenes de todo tipo que los acompañaron durante toda su actuación.

Había ganas de Obús y nada más salir al escenario con Juego Sucio, la entrega de Fortu -que no paró de animar, bromear e interactuar con la gente- y de la banda fue absoluta, no se les puede pedir nada más porque lo dieron todo. El propio Fortu, su inseparable compañero y casi hermano Paco Laguna, junto con un pletórico Carlos Mirat tras los bombos y un nuevo en esta plaza Luisma Hernández -no sabemos si para quedarse- cumplieron las expectativas con creces.

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Del primero al último tema escogido, un paseo por toda su trayectoria con “Te visitará la muerte”, “Autopista” o “La raya” mantuvieron toda su actuación en lo más alto, con el espíritu rockero, rebelde y potente de antaño aderezado con la experiencia que te da la vida y el buen hacer adquirido a lo largo de los años. El éxtasis llegó con su santísima trinidad “Dinero, dinero”, “Esta ronda la paga Obús” y “Vamos muy bien”.

Así es como tiene que ser, no importan los años que hayan pasado, lo difícil es mantenerse así, mantener las ganas de tu público y que no te olviden. Por suerte para ambas partes, la ecuación fue resuelta y esa noche tanto una como otra se fue feliz a casa con el resultado.

Cambios en el escenario para preparar el vuelo del Barón Rojo que últimamente solo se dejan ver en directo sin pasar por los estudios de grabación para traernos nuevo material, quizá por eso Armando de Castro lo está solucionando fuera de Barón, pero no tratamos eso ahora. Veíamos unas tarimas de metracrilato delante de la batería de Rafa para que no se mezclara el sonido y a José Luis Morán como nuevo bajista, tras su paso por Esfinge… listos para el despegue. Había que ver como afrontaban esa rivalidad los Barones para ganarla (o no), y así llevarse al público a casa. Decidieron por un grandes éxitos, al igual que Obús, pero quizá un nivel más allá incluyendo en el setlist temas no tan reconocidos como la gente podría esperar y eso hizo que esperasen el gran clímax durante parte de la noche. Fue un repaso a los ochenta a sus cuatro primeros discos, la época dorada de la banda y quizá por hilar tan fino la gente tardó en corresponderles.

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No es que fuera un problema en si ya que la interpretación por parte de la banda fue más que notable pero “Los desertores del rock”, “Noches de rock’n’roll” o “Seguimos vivos” no hacía hacer vibrar a la gente lo suficiente. “Incomunicación” o “Eflubios” seguían igual hasta que llegó “Caso perdido” y “Cuerdas de acero” donde allí si despertó toda la sala y se dio al gran tema que cantó toda la sala. Por si fuera poco le siguió un estremecedor “Hijos de Caín” con toda la sala emocionada cantando el estribillo, “Con botas sucias” y “Los rockeros van al infierno” pusieron el punto y seguido antes de los bises lejos de los tres temas de rigor.

Nada más y nada menos fueron cinco comenzando por otro de los himnos (como los otros) como fue el propio “Barón Rojo”, “Son como hormigas” o “Conciertos para ellos” con imágenes de rockeros que ya no están con nosotros como Malcom Young, Jimi Hendrix o Janis Joplin entre otros, arrancando las ovaciones del respetable. De los pocos momentos que acertaron las proyecciones de la sala ya que a diferencia de Obús que solo se limitó a poner el logo del grupo durante el concierto, unas imágenes en diferentes momentos un cierto inconexas se veían por las pantallas para acompañar las canciones de los Barones. “Resistiré” y “Siempre estás allí” pusieron el broche de oro con sus versiones extendidas con el agrado para unos y no tantos para otros a una gran noche de rock.

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Buena interpretación de los hermanos de Castro y los suyos de su catálogo más exquisito de temas para agradar a sus seguidores. Gran noche de rock como decíamos, haciéndonos revivir la época de los 80 y confirmando el buen estado de forma de Obús y la emoción que desprenden las canciones de Barón Rojo en la gente a día de hoy, es una lástima que no tengamos muchas más oportunidades de presenciarlas ya que hace un par de días los Barones anunciaban su gira de despedida en 2020 tras 40 años de carrera, habrá que estar presentes en la despedida de uno de los grandes de la escena.

Texto: David Aresté
Fotos: Susana Manzanares