El pasado mes de abril cumplió 30 años un grandísimo disco, un disco emblemático entre los mejores de la discografía de la Doncella de Hierro y que estuvo de actualidad hace pocos años recientemente en las giras Maiden England que precedieron al lanzamiento de su último álbum de estudio “Book of souls” . El tiempo es inexorable pero este disco sigue sonando fresco y muchos seguimos disfrutando intensamente de él, por lo que es buen momento para remontarnos tres décadas atrás , recordar y revisar este magnífico trabajo.

Toni Marchante

Nos situamos en 1988, tras el giro radical tomado por el grupo en su álbum “Somewhere in time” con la introducción de los teclados y la intensa aportación de Adrian Smith en la composición , la banda opta por seguir esa línea, experimentando con los sonidos grandiosos, pero esta vez basado en un álbum conceptual, que va narrando una misma historia tema a tema, todas las canciones son independientes pero siguen un argumento común basado en el mundo de las predicciones y las premoniciones. Nos encontramos con un disco de un alto nivel progresivo. Si bien “Somewhere in time” indicó el nuevo camino a seguir sin redondear los grandes temas que lo componen, “Seventh son…” sigue ese camino pero perfecciona las composiciones situándose a un nivel superior que su anterior. Para grabar este disco eligieron la ciudad de Munich bajo la batuta de nuevo de Martin Birch.

  

Cuando uno coloca la aguja de su tocadiscos en el surco inicial y escucha los primeros compases “Seven deadly sins, seven ways to win…” entra en un mundo del que es difícil no dejarse seducir. Los arpegios iniciales de “Moonchild” son la antesala de un frenético ataque de la artillería Maiden. “Moonchild” es rápido, dinámico, ideal para abrir los conciertos, con un Nicko McBrian mandando durante la canción, adornado continuamente con el bajo de Steve Harris y las guitarras que acompañan con discretos riffs acaparando el protagonismo en los fabulosos solos. “Moonchild” está basado en el ritual Liber Samekh de Aleister Crowley y viene a ser la anunciación que Lucifer hace a los padres del Séptimo hijo del séptimo hijo, manifestándoles que el destino está escrito y que no tienen nada que hacer.

“Infinite dreams” es un tema muy especial. Toda una novedad respecto a lo que Maiden había hecho hasta ese momento, comenzando suave y creciendo en contundencia hasta alcanzar unos grados de progresión verdaderamente espectaculares. Una verdadera joya donde los cambios de ritmo se producen de forma natural con frescura y brillantez y que nos narra el tormento del padre de la criatura provocado por sus sueños y sus pesadillas que no alcanzan su entendimiento.

  

“Can I play with madness” fue el primer contacto con la audiencia de este disco, el primer single que llegó al puesto 3º de las listas británicas. Una canción muy comercial capitaneada por un estribillo muy pegadizo y que fue promocionado por un videoclip escrito y dirigido por Julian Doyle y que protagonizó el actor Graham Chapman de los Monty Python quien murió un año después de cáncer. Se trata de un tema corto, directo, sin secretos, donde se desvela su mensaje desde el principio. Nos cuenta como el padre de la criatura acude a un vidente para tratar de comprender sus sueños pues piensa que se está volviendo loco.

“The evil that men do” es quizás de los mejores temas que hayan hecho en toda su historia, fluido, dinámico, un ejemplo de cómo se puede hacer una canción épico-conceptual sin tener que ser larga. Llegó al puesto nº 5 en las listas inglesas y su estribillo está concebido para cantar junto con el público. En la gira en directo comienza con el llanto de un niño que no se incluye en la grabación de estudio que nos anuncia el nacimiento de la criatura, por lo que el mal ya está hecho.

  

“Seventh son of a seventh son” está basada en la novela de Orson Scott Card “Seventh Son” que nos narra el nacimiento de un niño que es el séptimo hijo de un séptimo hijo y por ello adquiere poderes paranormales, principalmente el de la clarividencia. En este tema nos cuenta como las fuerzas del bien y del mal tratan de apoderarse de su ser. Sobre esta temática se desarrolla este corte de carácter épico, típico en los discos de Maiden en aquella época (recordamos por ejemplo “Rime of the ancient mariner” o “Alexander the Great”) sin llegar en ningún caso a la altura de estos dos. Como en “The Rime…” tiene una parte central ambiental algo monótona que incluye unos párrafos narrados por el propio Bruce. Esta parte divide al corte en dos, la primera la más convencional con toda la parte cantada y con Bruce tomando el estribillo como estandarte y la segunda que es un trepidante desarrollo progresivo que nos lleva hasta el final.

“The prophecy” es más potente en su letra que en su música, relatando la insistencia del séptimo hijo del séptimo hijo, quien va cobrando consciencia de sus incontrolables poderes, para que los que le rodean se hagan eco de sus advertencias ante la eventualidad de un desastre , mientras estos hacen caso omiso. De corte fundamentalmente progresivo, le falta la contundencia de un buen estribillo, aunque tengo que destacar el precioso último minuto acústico.

   

La idea de escribir “The Clairvoyant” surgió tras la muerte de la vidente Doris Stokes quien predijo su propio fallecimiento. Nos cuenta las reflexiones del séptimo hijo del séptimo hijo quien llega a controlar sus poderes, lo que le conducirá a su muerte . Aquí el trabajo de Steve Harris es espectacular desde la primera nota, Un corte trepidante de una rítmica aplastante, mantiene en las estrofas la misma intensidad que en el estribillo, que está concebido para que todo el mundo bote a su compás. Esta canción también se editó en formato single.

“Only the god die Young” es uno de los tapados del disco. En todos los discos de Iron Maiden hay un gran tema que no se sabe por qué no adquiere relevancia y en este disco es este. Un corte clásico de los Maiden que se ve asaltado por los sintetizadores en su estribillo haciéndolo más grandioso, una simbiosis de Harris y Dickinson que a más de uno nos gustaría ver en directo; de estribillo fácil pero embaucador. Y esa letra: “Solo los buenos mueren jóvenes, todo el mal parece vivir para siempre…” todo un colofón para cerrar con la parte acústica del principio “Seven deadly sins, seven ways to win…” cerrando así el círculo y completando un álbum redondo como una bola de cristal.

  

Seventh son of a seventh son” es una obra maestra del mundo del metal, un álbum atemporal que escuchándolo 30 años después sigue siendo atractivo y sigue sonando fresco. Un disco que llegó a nº 1 en el Reino Unido y que entró mejor en Europa que en Estados Unidos donde llegó a alcanzar el puesto 12º en el Billboard. Si no lo has escuchado nunca, no tienes perdón.

Toni Marchante

Temas:

Moonchild
Infinite dreams
Can I play with madness
The evil that men do
Seventh son of a seventh son
The Prophecy
The Clairvoyant
Only the good die young

Página web: https://www.ironmaiden.com

Videos:

https://www.youtube.com/watch?v=ocFxQjPeyiY

https://www.youtube.com/watch?v=cU5rvBtjsLY