Antecedentes: Butcher babies toma el nombre de unos de los primeros hits de la banda punk neoyorquina Plasmatics. Éstos fueron unos pioneros e iconoclastas, protometal, anti-arte, una auténtica revolución y, además, inventaron los solos de motosierra (cosa que años después definiría al grupo Jackyl) así como la destrucción de automóviles en sus rabiosos directos; su carismática líder Wendy O. Williams (WOW para los amigos) solía actuar con los pechos descubiertos (tits out) cubriendo sus pezones con tira adhesiva. Así, las dos frontwomen de Butcher Babies: Carla Harvey y Heidi Shepherd emularon durante un tiempo queriendo reivindicar a Wendy. Este es el punto de partida de la formación angelina que nos ocupa. Grindcore, Metalcore, Nu Metal, Groove Metal, Thrash Metal, las etiquetas que lucen Butcher Babies. En sus inicios acuñaron el término Slut Metal para definir su estilo cosa que venía a significar “hacemos lo que queremos, como queremos y como no tenemos pene que sacar a pasear pues lanzamos las tetas al aire”. Desconozco si siguen amparándose en ese nuevo pseudo-estilo o ya lo abandonaron como si han dejado de lucir torso desnudo. Lo que no han abandonado es la brutalidad en su propuesta musical, la dualidad melódica-gutural en las voces y, parece ser, un derroche de energía envidiable en directo.

Pronto estarán de gira por España así que nos parece un buen momento para dar cuenta del nuevo trabajo de la controvertida banda de L.A. pues mucho se ha hablado y discutido de si eran un producto armado cosechando rechazos de ciertos sectores del Metal. Cierto es que, por desgracia, ser mujer en un estilo tan marcadamente testosterónico resulta complicado y, más incluso, cuando se apuesta de manera tan clara por la imagen de las dos superestrellas de la banda, principio y fin de Butcher Babies: Heidi Shepherd y Carla Harvey.

Lilith es su nuevo álbum y debe el nombre a la primera esposa de Adán, a quién abandonó (a él y al Paraíso Terrenal), debido a ciertas disputas acerca de quién debía estar en qué posición de sometimiento cuando se abandonaban a los placeres carnales es decir, rechanzando el dominio masculino y reafirmándose en su propia figura (estono lo encontraréis en la Biblia). En resumidas cuentas podemos considerar a Lilith como la primera feminista e icono de rebeldía y liberación sexual: esto es ahondar más en la ideología de la banda, en su propuesta pues ya han declarado que éste es el disco más sexual de su carrera. La producción del álbum corrió a cargo de Steve Evetts, conocido por haber trabajado con grandes bandas como Sepultura y Dillinger Scape Plan después de haber trabajado con Logan Mader en sus anteriores trabajos.

Lilith es el tercer álbum de la banda (apareció en octubre de 2017), después del disco debut Goliath de 2013 y la segunda entrega Take It like a Man de 2015. El álbum se gestó ras la marcha del batería original Chris Warner que fue reemplazado por un antiguo amigo de las líderes de la banda, Chase Brickenden, y que ya había girado con Butcher Babies en la gira en la que telonearon a Megadeth.Los once temas que forman el disco mezclan una amalgama de estilos, referencias musicales y, esta vez, añaden un tema que puede ser perfectamente radiable: Look What We Have Done (al menos en el mercado yankee).

Butcher Babies abren hostilidades con un tema muy potente: Burn the Straw Man, Una canción basada en las teorías de la conspiración con las que el padre de Harvey estaba muy interesado. El corte es un fulgurante ejercicio de Metalcore: abrasivo como el Napalm, bien furioso y rápido. Las voces de Shepherd (que suele encargarse de las secciones melódicas) y Harvey (que desarrolla las partes más growl) se complementan perfectamente y crean un estribillo sencillo y directo que funciona muy bien. Una buena carta de presentación.

Lilith, el corte que da título al álbum, se inicia con una ambientación lúgubre, oscura, bien del estilo cinematográfico de Rob Zombie (de las que las chicas se han declarado fans) para después arrancar dura y potente. El resultado final es un tema lúbrico, lujurioso como el personaje. El estribillo está bien trabajado con voces melódicas, que dibujan la silueta de la demonio nocturna, mientras por debajo subyacen y se retuercen los demonios con deliciosos guturales. Se empieza a entrever la sensualidad y sexualidad en los juegos melódicos de las voces que se mantendrán en el siguiente tema: Headspin. Éste inicia con un buen arpegio que prende la mecha mientras las voces (siempre las voces, protagonistas en todo momento en el álbum) aparecen limpias y suaves con algunos latigazos guturales capaces de arrancar la piel de las cuerdas vocales. Mucha intensidad para una canción que se va calentando y acelerando conforme pasa el minutaje como un torbellino de bajas y libidinosas pasiones.

Cuando arranca el cuarto corte del plástico, Korova, un órgano amenazador, preñado de efectos sampleados va creciendo en intensidad hasta que explota en un estallido Groove metal con sabor a los añorados Pantera. Se trata de un tema inspirado por Henry Flury y en la fascinación que siente por Korova, palabra rusa que significa “vaca” (parece ser se utilizaban estos animales como compañero cuando alguien quería escapar de la gélida Siberia) y su metafórico sentido de mutua dependencia vital. Las líneas de bajo de Jason Klein resultan intensas y ásperas y están bien secundadas por el trabajo a los parches de Chase Brickenden que, dicho sea de paso, no falla en ningún momento a lo largo del LP. El puente de la canción toma un cariz melódico en claro contraste con la brutalidad del tema dándole un contrapunto interesante.

#iwokelikethis es una vuelta al sonido más rudo de la banda con un riff que puede recordar al apocalíptico sonido de los thrashers germánicos Kreator y unas líneas vocales lo más cercanas al Death que encontramos en todo el disco. Es uno de mis temas favoritos de todo el álbum. Crudo, sucio, speedico: brutal.The Huntsman viene a ser una reinterpretación del cuento clásico Caperucita Roja (al mejor estilo del film En compañía de lobos de Neil Jordan), despojándolo de toda inocencia y añadiendo un tono más lúbrico. Butcher Babies recurren de nuevo a los arpegios para comenzar el tema, unos arpegios que recuerdan a la intro de The Day That Never Comes de Metallica. Bajo y batería conforman un dúo rugoso, bien trabajado.

La banda ya advertía que en este álbum quería adentrarse en la sexualidad de forma muy consciente (lo hemos comprobado en los temas anteriores) y Controller sigue refrendando esa idea. Nos encontramos con un tema que mezcla un sonido muy cercano a Korn (de nuevo cables a tierra con el Nu Metal) y algún riff bastardo de Slayer pariendo un sonido sensual y descarnado, en la misma línea que el corte anterior.Oceana presenta un trasfondo Thrash Metal y juegos sonoros con arranques y paradas muy del estilo Rage Against The Machine, buenos tempos en la batería. La banda suena furiosa, acuosa incluso en el puente del tema con armonías vocales preciosistas y el dueto ShepherdHarvey jugando con la melodía (que podría recordar al hit del grupo ruso t.A.T.u: All the things she said.) para arrancar a continuación con rabia y agresividad.

Y entonces aparece Look What We Have Done, que no es un mal tema, pero sí que difiere enormemente del resto del disco por ser mucho más melódico, apartarse de los registros vocales más guturales y se antoja como una sonda para ver si “por ahí podemos meter la cabeza en la radio”. Estribillo pegadizo, voces limpias y un regusto a Evanescence. Y este es un punto negativo en lo que se refiere al disco. Mucho de lo escuchado parece sacado de la colección de discos de la banda, “a querer sonar a”. Todos tenemos referencias y todos los grupos las tienen pero, en mi opinión, las bandas son mucho más interesantes cuando recogen esas influencias, las interiorizan y generan un sonido propio. Lo mismo ocurre con POMONA (Shit happens). Podría ser un descarte del Iowa de Slipknot. El estribillo es una sucesión de “Fucks” y “Shits” que la banda justifica como un tema hecho por pura y simple diversión y que aun siendo una banda que se toman muy en serio les gusta darse el lujo de crear un tema “just for fun”.Es el tema perfecto para provocar destrozar tu centro de trabajo cuando un mal día…

Para cerrar el álbum nos encontramos una canción que cambia la sonoridad. Underground and Overrated coquetea con sonoridades más rockanroleras y destaca un buenos riffs del guitarrista Flury. Se trata de un tema cachondo y desacomplejado de inicio festivo y que conforme se desarrolla muta en una lluvia de dagas muy Groove, con riffs que parecen salidos de esa obra capital del género: Far Beyond Driven (Pantera).

Lilith es un disco que funciona; suena duro, potente, muy agresivo, bien producido y juega con las voces melódico-guturales de forma bien equilibrada. Conforme uno va adentrándose en el álbum este va mejorando. Definitivamente no reinventan la rueda (ni el Metal ni ningún subgénero por más que se empeñaran) pero sí que demuestran un buen nivel pero también tiene alguna sombra. Quizás la más destacable sea que su sonido recuerda demasiado a demasiadas bandas, y, aunque encontrar el propio sonido no es tarea fácil, sería un punto muy a su favor. También rechina un poco el hecho que la banda parece querer apuntar hacia otras direcciones pero de manera muy velada (Look What We Have Done), entendámonos, estoy totalmente a favor que cada banda tire y haga lo que le venga en gana (siempre que sea un movimiento honesto) pero en este caso parece que tanteen a ver si por otros derroteros ganan más exposición y reconocimiento.

Los próximos 6 y 7 de Octubre la banda estará descargando en Barcelona (Sala Salamandra) y Madrid (Sala Caracol) junto con Kobra and the Lotus: buena oportunidad para ver cómo se las gastan en directo.

Marcel Palagós

Temas:

1 Burn The Straw Man 
2 Lilith 
3 Headspin 
4 Korova 
5 #iwokeuplikethis 
6 The Huntsman 
7 Controller 
8 Oceana 
9 Look What We’ve Done 
10 POMONA (Shit Happens) 
11 Underground and Overrated




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