Dry River – 3 de Marzo’18 – Sala Zero (Tarragona)

Son tan buenas las sensaciones de su último 2038, que Dry River van a por todas y como dirían Los Zigarros, “A todo que sí”,y después de 3 discos se aventuraron a pasar la puerta y actuar en Tarragona.

Texto y fotos: David Aresté

Con casi dos sold out previos los levantinos se plantaron en la Sala Zero de Tarragona para presentar ese último disco que como decimos tantas cosas buenas les está trayendo, como un puesto 46 en la lista de más vendidos de España además de grandes opiniones por parte de público y prensa, sumado a un tercer sold out que han hecho el fin de semana pasado en Madrid, en la Sala Sound Stage. Un inicio de gira prometedor, y merecedor para un grupo como ellos.

  

Así que apostando por todos los sonidos y estilos, después de Los Mambo Jambo, The Limboos y Momo con su show de Queen la Sala Zero tenía encima de su escenario a su hora de los conciertos un show venido desde 2038, el de Dry River. Abiertas las puertas espacio temporales Fanfi salió como maestro de ceremonias para presentar al grupo, que comenzó con “Fundido a negro” uno de los temas de adelanto de ese nuevo disco, mostrándonos que íbamos a tener un gran sonido gracias a la labor de Juan Carlos Morcillo, el técnico de sonido del grupo.

Tuvimos suerte y lejos de ser un show de testeo y por cumplir tocando “lo más nuevo”, los valencianos vinieron con todo el arsenal y “fundido” (nunca mejor dicho) con el anterior tema nos dejaron un “Pequeño animal” de su primer disco que nos dejó a todos con la boca abierta, sobretodo con la parte instrumental de la mitad del tema. Mostrándonos más estilos de “2038” fue el turno de “Rómpelo” y su mensaje vitalista, algo que veríamos a lo largo de la noche y que imprimió un buen rollo entre los presentes coreando cada uno de los temas. Todo ying tiene un yang, y “Frascos Vacíos” nos enseñaba algo más serio como es la enfermedad del Alzheimer con Fanfi de nuevo en el escenario, aunque para volver a la fiesta que pretendía ser el concierto volvieron a dar un volantazo y nos ofrecieron el tema dance “Me pone a cien” de su último disco, con los primeros alardes vocales de Ángel que siempre estuvo rayando la excelencia.

  

Montaña rusa de emociones con el turno de “Camino” y su faceta más metalera sin olvidarnos de la técnica y ese mensaje optimista por parte del grupo. Bajamos para bailar un “agarrao” con “Al otro lado”, ese tema bluesy con aromas de soul que hace unos días nos mostró el propio grupo que está dedicado a la mascota de Ángel, . Alguien que hace tantos estilos y está tan chalado tiene como base el metal progresivo, veáse Cheeto’s Magazine, Perfect Smile… y DR no podrían ser menos, así que para demostrar su faceta netamente progresiva nos ofrecieron un medley de sus temas más complejos como “Pean”, “Rosas y Gaviotas” y “¿Cuánto vales tú?”…. Otro momento con suerte ya que pensábamos que al ser el tema más largo de su anterior disco no íbamos a oir “Rosas y Gaviotas” ya que tenía prioridad “Pean”, pero tirando por el camino del medio nos ofrecieron los dos temas.

Vuelta al baile con “Irresistible” con Fanfi de nuevo en escena vestido como el video clip y Ángel con un keytar, se ve que no tienen suficientes con los teclados de Martí y Carlos que necesitaban otro más. Tiempo para hacer otro recuerdo a su primer disco con “La mujer del espejo” unido a “Bajo control”, temas rápidos y técnicos. Vuelta a la fiesta y a dejarse la voz coreando en “Con la música a otra parte” tema que cierra “2038” y es ideal para el final de los conciertos con todo el mundo completamente entregado al grupo.

  

Tras el teatrillo de los bises, el grupo volvía para disparar sus últimos cartuchos; el primero fue “Me va a faltar el aire” que ya nos adelantaron hace tiempo sobre su nuevo disco… tema elegante, sentido, emotivo, no es la faceta más característica del grupo pero sin duda les queda igual de bien, con otro gran trabajo de Angel a las voces y Carlos y Matías a las guitarras. El buen rollismo tenía que acabar el concierto y con Carlos con la acústica y Fanfi en el escenario atacaron con “Cautivos” y ese estribillo de nuevo para cantar, sonreir y olvidarte de tus problemas… El final llegó ahora si con otro tema positivo, pseudo amoroso y pegadizo como es “Traspasa mi piel” con todo el mundo otra vez cantando el estribillo.

Todo esto contado y ejecutado por un sexteto preciso en verdadero estado de gracia: Ángel como ya hemos dicho tuvo varios momentos durante la noche de dejarnos con la boca abierta llegando a lo más alto, además de ser un auténtico frontman y no parar de interactuar con el público y sus compañeros; Martín más en segundo plano que Carlos pero no dejó de ser importante,elegante y limpio en su ejecución además de compenetrarse de lujo con Carlos, guitarrista, teclista y corista que se llevó más protagonismo durante la noche junto a Ángel. Detrás y básicamente porque no había más espacio en el escenario estaban David Mascaró al bajo, desplegando técnica, haciendo coros y juntándose muchas veces con Carlos; Martí Bellmunt a los teclados estaba aún más atrás, sin poder verle mucho pero sin duda se le oía que era lo importante, así que damos las gracias de nuevo a Juan Carlos por su trabajo… aunque si acabamos viéndolo en el centro del escenario por un par de aportaciones con el saxo ; y como siempre y esta vez sustituyendo a Pedro Corral, teníamos a Francisco Mazuecos de Alien Rockin Explosion a la batería (no es la primera vez que iba con DR) , haciendo un trabajo magnífico, a la altura de toda la banda.

  

Pocas veces hemos visto un concierto tan trabajado y con tantos detalles como el que habíamos visto (por eso hemos explicado tema a tema, ya que era una situación completamente diferente en cada uno)… teclados, bailes, coros, solos, tonos altos y canciones de todos los estilos, de cantar a pleno pulmón y olvidarte de todo. Eso solo lo puede hacer Dry River, y por fin están recogiendo todo lo que están plantando y trabajando… Deseando repetir y ver uno de los directos más completos de la escena nacional, a ver si pasan pronto esas 3 fechas que les quedan y confirman más, hay que ir, sí o sí.

Texto y fotos: David Aresté