Cómo es posible que Suecia aporte tanto al panorama musical, sea cual sea el estilo? Pues bien, la respuesta es sencilla: Educación musical. Y es que desde que se terminara la Segunda Guerra Mundial la educación musical se convirtió en una cuestión de estado y, de ahí hasta hoy la lista de bandas que afloran es interminable.

Graveyard son una maravilla y Peace uno de los discos llamados a ser álbum del año, sin duda. Así de claro y así de rotundo. Si a mediados de 2016 dieron el susto al suspender la gira y entrar en período de hiatus, para volver al cabo de unos meses (con nuevo batería y renovada energía) ahora llegan con un nuevo trabajo debajo del brazo que hará las delicias de todo aquél que tenga gusto por la música. Porque esto es lo que hacen: MÚSICA, en mayúsculas.

No fue un tema menor dejar atrás a Axel Sjöberg (miembro fundador y pilar del sonido de la banda) pero el cambio se antoja decisivo para que Graveyard volviera y lo hiciera con toda la pólvora a punto de estallar. El nuevo comandante de los parches, Oskar Bergenheim tiene parte de culpa en ello.

El quinto álbum de los de Göteborg regresa a sonoridades más próximas al soberbio Hisingen Blues. Con una trayectoria inmaculada que, sin torcerse, tuvo cierto parón con el Innocence And Decadence (2015) con el que suavizaron su propuesta para hacerla más limpia restándoles algo de esencia. Eso quedó bien patente en la última visita que nos dispensaron en la (maldita) sala Bóveda barcelonesa, dónde los temas del por entonces último disco no terminaron de cuajar y, por contra, el público aulló cada una de las descargas de los anteriores plásticos. Bien, con este Peace recuperan toda la crudeza, un sonido más áspero y bruto aderezado con una potencia y energía que supura en cada uno de los surcos del álbum y sin desatender sonoridades más calmadas e incluso oníricas. Steady, ready….Go!

Actitud, rabia y garra punk, destreza y agresividad espídica. Así se destapa el tarro de las esencias de este disco: It Ain’t Over Yet es un cañonazo en la cabeza. Quizás el corte más directo, peligroso y furiosamente eléctrico. Un ABC de virtudes. Y es que en estos terrenos los chicos son imparables, poderos y contundentes como el martillo de Tor. Esto es puro rock, lo tomas o lo dejas.

Una vez digerido ese portento sónico inicial la banda baja un poco las revoluciones pero no la contundencia. Cold Love suena más oscura y pesada pero no pierde ni un ápice de intensidad ni interés. La parte vocal añeja bluesy, como el bueno bourbon, de Nilsson suena excelente (alcanzando su máxima expresión en la coda del álbum: Low( I wouldn’t Mind) ). Sentido y doloroso.

El primer remanso a toda la turbulencia inicial llega con See The Day, un corte que parece estar inyectado con el dulce veneno de los rasgados de guitarra de Peter Green (Fleetwood Mac). Intensa su desnudez y cantada a la perfección por Truls Mörck. Cada punteo duele como una estaca en el corazón, tal es su sino. No adolece de nada y aun siendo un gran tema por si solo también funciona perfectamente como introducción al que fue primer adelanto del disco: Please Don’t. Esta es una composición de marcado sonido Graveyard, con relevancia del trabajo a la batería del recién llegado Bergenheim junto con las líneas de bajo de Mörk. El hecho de haber estado girando como banda antes de entrar en el estudio de grabación ha servido para solidificar la nueva formación y que la marcha de Sjöberg sea menos traumática de lo que podría haber sido. Un tema realmente vibrante que se acelera y cuenta con un juego interesante entre guitarra y teclado que rellena los espacios que el galope de las guitarras nos regala. Cuenta también con grandes coros que terminan de adornar la composición.

Antes de llegar al que sin duda es mi corte favorito del álbum (Walk On), la banda despacha otro latigazo sónico: The Fox. Preñado de rock setentero y garage, noisy y guitarrero, ¿para qué más?

Se trata de un tema algo sosegado dentro de la electricidad que llega a desprender y que se antoja una antesala perfecta para la composición más compleja del disco: La formación de la tormenta empieza a gestarse en los compases iniciales de Walk On. La banda parece contenerse durante los primeros minutos mientras se forma el ojo del huracán que nos va engullir por completo. La base rítmica suena amenazadora, las guitarras se afilan y retuercen y Nilsson canta con desgarro: Walk on as you always do. Un increscendo imparable de rayos, relámpagos y truenos y una densa cortina de sonido que va empaparte y calarte hasta el tuétano. Es un tema para disfrutar una y otra vez, hipnótico, sobresaliente. Un estallido que como llega se va, en un fade out trágico y sobrecogedor. Magnífico.

Del Manic, es un corte midtempo de tintes psicodélicos como unas arenas movedizas, quietas pero ansiosas por tragarte y no dejarte escapar. De un tono bajo y unos reverbs muy conseguidos, el tema nos transporta, nos sumerge entre fraseos de bajo atronadores e incandescentes riffs como mantras. Simplemente apaga las luces y déjate llevar.

Bird of Paradise nos devuelve a Mörck en los trabajos vocales con un tono que nos puede recordar a Phil Lynott. Otro tema de gran intensidad y guitarras limpias, que nos invita a la introspección.

Sign Of Peace cuenta con un buen riff, estribillo pegadizo y un interesante cambio de velocidad. Sin llegar a acelerarse demasiado el tema pone el freno de mano justo al final del corte en un interesante ejercicio compositivo.

No se podría cerrar el álbum de mejor manera: Low (I wouldn minf it). Un buen ejercicio de psicodelia con un grandioso riff en loop y un gran trabajo de la sección rítmica que llevan en volandas al resto de la banda. Acelerándose cuando se requiere, con buenos coros: compositivamente complejo como su hermano Walk On. Destellos bluseros, cánticos chamánicos y lamentos de ultratumba para finalizar un álbum que desde inicio a fin ralla a gran nivel, sin ningún tema sobrante ni de relleno. Es muy probable que si es tu primera aproximación a la banda se convierta en la piedra angular de su discografía pues es realmente un álbum soberbio. Si es así no dejes de explorar la discografía de esta banda. Graveyard han vuelto, larga vida a Graveyard.

Marcel Palagós

Track list

1. It Ain’t Over Yet
2. Cold Love
3. See The Day
4. Please Don’t
5. The Fox
6. Walk On
7. Del Manic
8. Bird Of Paradise
9. A Sign Of Peace
10. Low (I Wouldn’t Mind)



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