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In-Edit Festival 2022 también tuvo su ración de Rock

In-Edit Festival 2022 también tuvo su ración de Rock

Una vez más asistimos a In-Edit Festival,  festival de cine de documentales musicales donde tuvimos grandes títulos relacionados sobre el rock/metal que pudimos ver y os detallamos a continuación:


Travelin’ Band: Creedence Clearwater Revival at the Royal Albert Hall
Bob Smeaton | 2022 | USA | 86 min.

Como decía Henry Hill al principio de «Goodfellas», «Desde que tengo uso de razón, siempre quise ser un gánster». Eso es probablemente lo que pensaba John Fogerty cuando empezó a descubrir la música en general y el rock and roll en particular junto a su hermano Tom.

Esa pasión le llevó a juntarse con varios amigos de El Cerrito, California (Stu Cook, Doug Clifford y su propio hermano Tom) para formar la Creedence Clearwater Revival, una de las bandas definitivas de la historia del rock. En «Travelin’ Band: Creedence Clearwater Revival at the Royal Albert Hall», Bom Smeaton nos ofrece una cuidada y concisa biografía de la banda en el segmento inicial, narrada por el actor Jeff Bridges (no en vano, su icónico personaje de The Dude en la película «The Big Lebowski» era un grandísimo fan de la banda).

La CCR fue una banda que estalló en Estados Unidos casi desde el principio de su andadura, con un rock and roll muy cercano a la música de raíces americana y con singles irresistibles. Era cuestión de tiempo de que la fama del grupo traspasara fronteras, y así es como en el documental se nos muestran imágenes de la primera gira europea de la banda, que acabaría con un eléctrico show en el majestuoso Royal Albert Hall de Londres en abril de 1970.

En esas imágenes vemos a unos chavales recién salidos de América explicando sus impresiones de un mundo que descubren por primera vez. Son los primeros sorprendidos en tener éxito tan lejos de casa, pero a la vez se les ve entusiasmados con lo que están haciendo. Tras esos compases iniciales, pasamos a lo que es la chicha del documental, que no es otra que el propio concierto con imagen restaurada y un sonido fantástico.

Qué podría decir. Seguramente sea lo más parecido que estaré en mi vida de ver un concierto de CCR. La banda suena como un tiro, John toca y canta como un poseso; a Tom se le ve amargado en un segundo plano al lado del escenario, mientras que Stu y Doug son una base rítmica demoledora que va desgranando uno de los setlists más poderosos de la historia del rock.

No hay que olvidar que cuando se celebró este concierto, la CCR todavía no había editado auténticos clásicos como «Cosmo’s Factory» o «Mardi Gras», y aun así, el repertorio tira de espaldas. A saber: «Green River», «Born on the Bayou», «Tombstone Shadow», «Bad Moon Rising», un «Fortunate Son» atómico, «Proud Mary»… Si te parece ridículo el nivel del setlist, es que lo es. Poquísimas bandas en la historia del rock gozan de un catálogo tan atemporal como la CCR, y aquí lo vemos desatado en todo su apogeo.

Es curioso ver a la banda justo delante del escenario, sin apenas moverse, tocando como si les fuera la vida en ello. Más curioso resulta ver a un público que, poco a poco, se va desatando (sin llegar nunca a la locura), posiblemente sin ser conscientes de estar presenciando un acontecimiento histórico. Estoy seguro que cada una de las personas que estaban sentadas en el Royal Albert Hall ese día y vieron cómo la banda acababa el show con ese «Keep on Chooglin», hace años que fardan con un «I was there» de manual. Y así es casi como nos sentimos en el cine Aribau de Barcelona viendo el show: gritando, aullando, dando palmas y, en definitiva, vibrando junto a una de las mejores bandas de la historia del rock. Imprescindible.


We Love Rocksound, la sala més gran de Barcelona
Rafa Albarran, David Castellà | 2022 | Spain | 71 min.

La mayoría de los aficionados al rock en todas sus vertientes de Barcelona, todavía lloramos el cierre de la sala Rocksound, un lugar que en sus doce años de andadura se acabó convirtiendo en un templo de la música guitarrera.

En «We Love Rocksound, la sala més gran de Barcelona», nos podemos hacer un poco a la idea de lo que se cocía entre bambalinas. El documental nos cuenta un poco cómo nació la idea de la sala a través de entrevistas con sus fundadores, Xavier Ribasses (antiguo capo de la mítica Sala Garatge, también desaparecida), Antonio Celeiro y Sandro, que acabaría entrando en la aventura (locura) empresarial con la parte de Ribasses.

Rafa Albarran y David Castellà también optan por dar protagonismo a varias bandas que visitaron la sala con entrevistas durante el tiempo que el documental estuvo en preparación, e incluso a la propia gente de la calle que visitaba religiosamente el local, ya fuera para ir a ver conciertos o, simplemente, para ir a disfrutar de una noche de rock and roll cargada de risas y alcohol.

El documental también hace mucho hincapié en el papel que tuvo el malogrado Javi Ezquerro, promotor musical que fue quien, casi a la fuerza, hizo que la rueda de conciertos de Rocksound empezara a girar, y que fue uno de los mayores programadores en la sala hasta el día en que nos dejó.

Entre risas, fragmentos de bandas en directo tocando sobre ese escenario sagrado, personajes variopintos y valoraciones del papel de la sala en una ciudad donde el rock tiene un papel prácticamente residual, el documental va avanzando en la historia de la sala hasta llegar al fatídico final en el que Rocksound tuvo que cerrar las puertas, afectada por un plan urbanístico que ya se sabía de antemano que, antes o después, sería ejecutado. Una pena que el documental no haya podido incluir una filmación de la sala siendo demolida por las excavadoras. Un documental como este, pedía a gritos mostrar esas imágenes.

En definitiva, un pequeño pero valioso regalo para toda la comunidad rockera de Barcelona. El enfoque del documental seguramente no invite a personas de fuera de la ciudad a interesarse por la historia de la sala, ya que está contada con un enfoque muy local, pero ahí quedará como testimonio de cómo la pasión por el rock hizo que un puñado de locos se lanzara a una aventura que fue maravillosa mientras duró.


DIO: Dreamers Never Die
Don Argott, Demian Fenton | 2022 | USA | 113 min.

La figura del cantante Ronnie James Dio siempre fue una de las más prominentes en el heavy metal mundial. Cuando nos dejó en 2010, el mazazo fue terrible, y las muestras de cariño surgieron de todas partes. En «DIO: Dreamers Never Die», Don Argott y Demian Fenton nos intentan contar por qué esto fue así.

El documental cuenta con el apoyo de la familia de Ronnie (su esposa Wendy tiene un papel muy importante con sus intervenciones) por lo que se nota que ha habido acceso a material muy potente. La cinta nos cuenta, de manera cronológica, el medio siglo de carrera de Ronnie, desde que empezó a cantar con bandas en los años cincuenta (!!) hasta sus últimos años girando sin parar con la ilusión del primer día.

Por supuesto, sus etapas tanto en Rainbow como en Black Sabbath son la parte principal de la primera mitad de la cinta. En ellas se nos cuenta la ética de trabajo de Ronnie, su personalidad amable y abierta, su obsesión con la perfección y, en definitiva, la manera en cómo disfrutaba el poder dedicarse a lo que le apasionaba: la música.

El documental no se detiene demasiado en las trifulcas y el salseo (lo cuenta, pero no se ceba en ello) y prioriza más mostrarnos la figura de un tipo que no se rendía ante nada, pues sabía que su pasión y el heavy metal podían mover montañas. Por supuesto, también hay retazos de su vida personal, su boda con Wendy, etc. Y claro, la segunda parte del documental se centra en su carrera en solitario: desde su debut con «Holy Diver» y su ascenso meteórico, hasta los últimos años, tocando en recintos más pequeños pero con la pasión del debutante y, por supuesto, con una devoción casi exagerada por sus fans.

Un documental muy bien hecho, con imágenes maravillosas, entrevistas interesantes (Don Coscarelli, Jack Black, Geezer Butler, Tony Iommi, Sebastian Bach, Lita Ford, Rob Halford…) y momentos inolvidables, como el del propio Ronnie metiéndole la bulla a Halford por no cantar al límite de sus posibilidades en una grabación, y el propio Halford bajando la cabeza y admitiendo la situación con cara de cordero degollado.

La figura de Ronnie James Dio siempre será recordada en el género del metal, y con este documental se rinde un merecido y bonito homenaje al hombre que estuvo detrás del personaje.

Edko Fuzz

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