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Joe Satriani + Oli Brown & The Raven Eye – 12 de Julio’14 – Teatro La Axerquía (Córdoba)

En ocasiones, todo confluye para que se dé una noche redonda. Afortunadamente, la noche en que Satriani pasó por Córdoba presentando su último trabajo, fue una de esas contadas ocasiones, y nosotros tuvimos la suerte de vivirla.
Susana González

Cuando uno decide ir a ver un espectáculo con Satriani como protagonista, indudablemente, tiene expectativas altas. Pero lo ocurrido en Córdoba el pasado sábado fue de órdago, con mucho superó todo lo que esperábamos disfrutar esa noche. Todo, absolutamente todo, fue perfecto.

El maravilloso Teatro La Axerquía, acogía la última cita y clausura de la trigésimo cuarta edición del ya aclamado Festival de la Guitarra de Córdoba, por el que pasan anualmente renombradas figuras en el arte de las seis cuerdas, y que este año ha contado con nombres como David Russell, Costas Cotsiolis, Ara Malikian, Pat Metheny, Juan Manuel Cañizares, Ximo Tébar, Miguel Poveda, Gerardo Núñez o Mike Stern, entre otros muchos.

Dos semanas repletas de música dedicada a la guitarra en todos sus géneros, de clásica a rock pasando por el flamenco, jazz o blues, y que como colofón a la edición de este año, celebrada en memoria de Paco de Lucía, culminaba con la presencia del gran Joe Satriani en el espectacular Teatro La Axerquía. Un anfiteatro perfectamente acondicionado, que ofrecía buena visión y una acústica inmejorable desde cualquier ángulo del mismo, Hay que apuntar, además, que la situación del Teatro ofrece una enclave rodeado de jardines y arboleda, en el que al caer la noche se puede disfrutar de unas maravillosas vistas de la Mezquita iluminada.

Con un anfiteatro que poco a poco iba sumando público hasta casi agotar sus 3.000 localidades, saltan a escena Oli Brown & The Raven Eye. Un power trío de Rock que nos dejó entusiasmados con la energía que desplegaron. Temas de rock directos con un toque bluesy que nos hizo movernos a su ritmo desde el primer momento.

Unos cuarenta minutos estuvimos disfrutando del carisma, buena voz y guitarreo de Oli y la enérgica actuación de su batería. Calentaron, en efecto, los motores para que disfrutáramos, al máximo, lo que estaba por venir. Y nos convenció y mucho su estilo, algún que otro tema, nos trajo a la mente la Balada de John Henry de Bonamassa. Un gran acierto esta banda para abrir la noche, sin duda. Hemos de confesar que nos enamoraron, y que ahora tienen una nueva seguidora.

Aquella noche, como decíamos, fue perfecta también porque el clima lo permitió, una suave brisa fresca nos acompañó toda la noche y se pudo disfrutar de la primera Súper Luna del verano que iluminó la escena brillando intensamente. Más controlables y medibles fueron las condiciones de sonido e iluminación del concierto, que también fueron estupendas.

¿Qué más se podía pedir a aquella noche?, en un principio parece que nada pero aún tuvimos más… Al descubrimiento de Oli Brown & The Raven Eye, que ofrecieron una lección de Rock Blues impresionante, tenemos que sumarle el soberano bolazo del Maestro Satriani acompañado de músicos de lujo. Mike Keneally, conocido por ser miembro de Zappa, es un virtuoso teclista y guitarrista con nombre propio, Marco Minnemann, batería que, por ejemplo, audicionó para Dream Theater, y el bajista Brian Beller, quien tiene en su currículum haber tocado con Steve Vai, nada menos.

Tras una breve pausa, salta a escena Satriani. Directo, sin alardes, sonando “Jumpin’
In”. Os diré, que de principio a fin, disfruté como una niña del soberbio espectáculo de ver a un gigante tocar temas que nunca antes había escuchado en directo. Madre de dios!… No se me ocurre más que onomatopeyas para describir como toca Satriani, bien lo sabéis, y cómo tocó esa noche, simplemente enmudecimos.

También, de principio a fin, para los más observadores, todo es perfecto sin que se note estudiado… se llama profesionalidad. Todo parece natural, pues no hay estridencias, es fluido, no hay nada brusco, es elegante a la par que enérgico, parece que se han alineado las estrellas, menudo bolazo!…

Pero ahí señores, detrás de esa perfección, hay un trabajo sumamente riguroso de iluminación, sonido, todo el show está medido y pensado de tal forma que fluye como agua sedosa en un río en calma. Impecable, extraordinario hasta el punto de lograr hacer magia de los temas. (Aunque para las fotos tal o cual luz, o ráfaga no nos venga bien, es la ideal al tema, si… y las proyecciones que acompañaban los temas, fueron acertadas, y hasta fascinantes en ocasiones, como las del espacio con imágenes de planetas y estrellas en movimiento)

Un repertorio equilibrado, con bastante presencia de temas del nuevo trabajo que Satriani presentaba, y donde no faltaron los grandes clásicos de su carrera. De hecho, los nuevos temas en directo ganan en presencia y los disfrutamos, pero evidentemente, los atemporales éxitos del guitarrista fueron los momentos álgidos de la noche, en los que el público gozó y se entregó al máximo.

Apuntemos también, el comportamiento de los músicos que acompañaron al maestro de las seis cuerdas. Sobrios en figuración y excelsos en el instrumento. Mike Keneally, estuvo a la par al teclado y la guitarra entre los temas, Brian Beller ofreció una master class de lo que un bajista es a una banda y Marco Minnemann, se lució tras los parches todo el show, y en solitario con un impresionante solo en la segunda mitad del repertorio que enmudeció al respetable. Iluminado con una luz blanca, destacó sobre un escenario oscuro y vacío para mostrar sus dotes, que a la par sirvió de receso al resto de músicos, pues con un repertorio de casi veinte temas, (uno faltó para la veintena), hay que tomar aire antes de salir a dar el resto para cerrar la noche.

Como venís leyendo todo el texto, gozamos de lo lindo, para nosotros esa noche la rubricamos en letra capital en nuestro calendario de asistencia a conciertos, desde ya.

En una palabra; Mágico

Texto y Fotos: Susana González

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