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Liv Kristine : Skintight // Napalm Records

En los últimos días de agosto, y coincidiendo con el lanzamiento de la edición fan de “Njord”, el último disco de su banda de metal Leaves’ Eyes (reedición del disco que apareció en 2009, pero con un EP extra con nuevos temas), la cantante noruega Liv Kristine sacó a la luz su tercer disco en solitario, “Skintight”, un sorprendente trabajo en cuanto a experimentación, muy distinto a los dos anteriores, con una atmósfera más calmada, más monocorde.

Como en sus dos discos en solitario anteriores, en este nuevo trabajo la producción viene de la mano de su marido Alexander Krull; y al igual que en su anterior trabajo, este está grabado en el estudio de aquél, Mastersound Studios.

Todas las letras son, como es ya costumbre, creación de la propia Liv (así como en Leaves´Eyes), las melodías han sido compuestas por Alex y otro compañero de grupo, Thorsten Bauer. Ambos además se cuentan entre los músicos que aparecen en la grabación, así como el también integrante de Leaves’ Eyes, Seven Antonopoulos

La cantante escandinava, afincada en Alemania desde hace años, siempre ha declarado que su carrera en solitario no tiene nada que ver con el mundo del metal, a pesar de empezar su carrera en el legendario grupo noruego de metal gótico Theatre of Tragedy, y continuarla (tras su marcha en 2002 del grupo que, por desgracia para muchos fans, este año se separan, el día 2 de octubre coincidiendo con el 17 aniversario de la creación de la banda) en una nueva formación más cercana al metal sinfónico, creada junto con los miembros del grupo germano Atrocity, formándose de ese modo Leaves’ Eyes en 2003.

Así pues, en 1998 lanzó el experimental y complicado, pero más que gratamente sorprendente “Deux ex machina”. A este le siguió en 2006 “Enter my religion”, mucho más personal, muy enérgico y con una gran calidad en sus letras.

Las influencias de Liv al trabajar como solista se acercan más a artistas de la talla de Madonna, Enya, o Loreena McKennitt, artistas más cercanas al pop que al metal. Pero Liv nunca ha tenido miedo de explorar nuevos horizontes y siempre se muestra versátil en todos los trabajos que presenta (incluso ha colaborado con grupos de la talla de Cradle of Filth, siendo de estilos más extremos que los que ella normalmente acostumbra).

Desgranando el álbum nos encontramos con que el tema homónimo, single presentación, “Skintight” abre este redondo, y el mismo ya nos muestra esos tintes pop-rock, con un estribillo pegadizo pero sin ser excesivamente azucarado. La delicada e inconfundible voz de la noruega se vuelve un poco más grave en este tema para darle esa atmósfera de leona defendiendo su territorio. Pasando al segundo corte, “Twofold” es mucho más íntima, más frágil y emotiva. En palabras de la propia Liv, este tema está dedicado a los fans de Johnny Cash y trata sobre la honestidad y la confianza, sobre el miedo a estar sólo.

Cambiamos de tercio con “Train to somewhere”, otro tema pegadizo, de los que te animan en un día gris y te infunden energía para afrontar el día, para olvidar las penas y pasarlo bien. La letra se basa en una experiencia personal de la cantante, que según cuenta en su página oficial “en 1998 mi mejor amiga y yo cogimos un tren a Praga porque habían cancelado las clases de la universidad, ¡y tuvimos un viaje fabuloso!”.

Y tras esta, “Love in grey” nos ofrece una Liv muy tierna y con algunos de sus tonos más agudos y característicos. La canción, compuesta por Thorsten Bauer, se pregunta qué pasa cuando en una relación desaparece la pasión y cada día es lo mismo que el anterior. Hay que decir a todo esto que el libreto de “Skintight” presenta al lado de cada canción una pintura de Katja Knorr, amiga de Liv Kristine, y que el dibujo que acompaña a “Love in grey” es más que acertado.

La atmósfera decae levemente con la llegada de “Emotional catastrophes”, “Lifeline” y “Boy at the window”. Siendo el primero de ellos un poco más movido, estos tres temas, a pesar de tener unas buenas letras, dejan al oyente un poco indiferente. La llegada de la preciosa “Wonders” nos conduce hacia el final de todo el disco, una canción dedicada a los padres de Liv en la que les agradece todo lo que aprendió de ellos. Una de sus mejores baladas y de las más emotivas de este nuevo trabajo.

Llena de sabores y de buenos sentimientos, “Versified harmonies” llega optimista, un medio tiempo cargado de esperanza y con la dulzura de los tonos de Liv magistralmente acompañada por los músicos. Pero tras este aura de buenos pensamientos, toca poner la nota minimalista y acústica con “The rarest flower”. Este tema se basa únicamente en 2 instrumentos, y para ello colaboran Oliver Palotai (de Kamelot) al piano y Christoph Kutzer al chelo.

Este cierre para el disco es más oscuro, más lento, más emotivo, más sobrio, más místico y más dramático de a lo que nos tiene acostumbrados la noruega. En su página web podemos encontrar un comentario sobre la canción: “Las voces se grabaron en una sola toma y sin cortes, para así poder subrayar la emoción intensa y directa a lo largo de la canción. Le debo un enorme gracias a Tori Amos por darme esta brillante idea”.

En la versión en digipack limitada del disco aparece el bonus track “One of them”, que sigue la misma línea en cuanto a medios tiempos que el resto del redondo. Como se puede ver, en general no hay grandes sobresaltos a lo largo de los casi 40 minutos de música que nos ofrece este “Skintight” (dedicado por la artista a “los niños del mundo”).

Quizá el conjunto de este disco es más equilibrado que los anteriores de la artista, los temas siguen todos más o menos una misma tónica, es más lógico. A los incondicionales de Liv no les defraudará, aunque puede que si noten que carece de algo de fuerza en algunos tramos de la línea general, es más tranquilo y contiene más medios tiempos que canciones bailables y pegadizas.

Lo que no cabe duda es que la rubia escandinava nos sigue maravillando con su voz y su versatilidad, con su capacidad para trasmitir sentimientos y sus grandes dotes como compositora (leyendo las letras, el álbum es más maduro que “Enter my religion” y “Deux ex machina”). Un disco a tener en cuenta, aunque quizá no sea, con el tiempo, de los más recordados de la artista.

Leticia Ballester

Temas:
1 – Skintight
2 – Twofold
3 – Train to somewhere
4 – Love in grey
5 – Emotional catastrophes
6 – Life line
7 – Boy at the window
8 – Wonders
9 – Versified harmonies
10 – The rarest flower
11 – One of them (bonus track)

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