Trivium + Power Trip + Venom Prison – 7 de Abril ’18 – Teatro Barceló, Madrid

Prácticamente un año antes, Trivium reventaban la Sala But con un Sold Out incontestable para presentar “The Silence In The Snow”. En esta ocasión el motivo de su visita era el lanzamiento de “The Sin And The Sentence” y el lugar el Teatro Barceló, a tan solo unos pasos de la mencionada Sala But. Nuevo disco, nuevo Sold Out y nuevo triunfo para Trivium, que volvieron a reventar en la capital, mostrando un estado de forma excepcional. Había ganas de comprobar cómo funcionaban los nuevos temas en directo, y además con dos buenos aperitivos que, aunque con diferente resultado final, hacían la tarde/noche aún más atractiva.

Texto: Alberto López
Fotos: Mario López

La primera banda en saltar al escenario fue Venom Prison. Con Larissa Stupar al frente, salieron sin miramientos, conscientes de que disponían de poco tiempo para demostrar su valía. Agresivos y veloces, rozando el Deathcore en muchos momentos, tuvieron una actuación que fue de menos a más. Comenzaron algo pasados de revoluciones con “Abysmal Agony” y “Babylon The Whore”. Quizá les pudo un poco el exceso de ganas en estos primeros temas, cometiendo algunos errores sin demasiada importancia.

  

Si ellos fueron mejorando según evolucionaba su actuación, algo que quedó más que patente en el público, que evolucionó desde la frialdad inicial hasta la ovación final, no fue así con el sonido, que sin ser malo del todo tampoco fue el mejor posible. Demasiado embarullado y poco claro durante todo el concierto. La actitud en el escenario fue en todo momento apabullante, no dejaron de moverse ni un instante, interpelando constantemente al público para que hiciese lo mismo.

Siguieron con su repaso a su primer y único disco, el cual tocaron prácticamente entero, con temas como “Desecration Of Human Privilege”, “Corrode The Black Sun” o “Devoid”, destacando especialmente “Perpetrator Emasculation” y “Celestial Patricide”, que arrancaron buenos aplausos por parte de una audiencia que había ido en aumento según iban cayendo los temas. Terminaron con “The Primal Chaos”, canción que dio título a su primer EP y que fue el cénit de su actuación. El sonido les jugó una mala pasada, que junto a unos cuantos errores pusieron la nota negativa de su actuación, que no fue mala, y de la noche.

  

Power Trip ya fue otro asunto. La experiencia es un grado, dicen, y en este caso se notó claramente. Mucho más hechos como banda que Venom Prison, sonaron bastante mejor y la ejecución fue notablemente más seria. También su Thrash Metal de corte clásico y aires modernos pegaba más con el cabeza de cartel que los encargados de abrir la velada.

Los de Dallas comenzaron fuerte, tal cual empieza su lanzamiento más reciente: “Soul Sacrifice” y “Executioner’s Tax (Swing Of The Axe)” sonaron bien, mostrando a la banda compacta y bien engrasada, con un Riley Gale que no paraba de saltar y moverse por el escenario micro en mano. Si en algo coincidieron con Venom Prison fue en actitud.

  

Ambas bandas salieron a darlo todo, pero Power Trip obtuvo mejor resultado, quizá porque tengan más que ofrecer. Fueron alternando temas del álbum del año pasado como los ya mencionados o “Crucifixation” con otros de su disco debut (“The Hammer Of Doubt” o “Murderer’s Row”) e incluso de su segundo EP. Tal fue el caso de “Divine Apprehension”. La sala empezaba a mostrar ya un gran aspecto para la recta final de su actuación, mostrando a un público de lo más entusiasta con su actuación, organizándose tímidos conatos de pogo en ciertas zonas del recinto.

Cerraron su actuación con un gran tema como es “Manifest Decimation”, llevándose la ovación de la noche hasta el momento. Siendo sincero, incluso me sorprendió tanta efusividad. Buen concierto de los americanos, que demostraron poseer más tablas y más música que sus predecesores y, sobre todo, que saben ponerlo en práctica.

  

Y llegó la hora de Trivium, con una sala en la que no cabía ni un alma más. De hecho en algunos puntos llegaba a ser incluso agobiante, un Sold Out en toda regla. La expectación era máxima. El año pasado ocurrió algo parecido, pero la sensación en esta ocasión era algo diferente, siendo “The Sin And The Sentence” un álbum que ha calado mucho más que su predecesor había muchas ganas de ver cómo funcionaban estos nuevos temas en directo, ¡y vaya si funcionaron!

Con el “Run To The Hills” de Iron Maiden a modo de intro saltaron al escenario ante la algarabía general. No tardaron en dar comienzo a “The Sin And The Sentence”, primera piedra de toque para comprobar lo dicho anteriormente, y el resultado no pudo ser más satisfactorio. Sonó tremendamente bien, y la respuesta del público fue como si de un clásico de la banda se tratase. El juego de voces que se traen Heafy y Beaulieu en el estribillo incluso gana en fuerza en directo.

  

Tras un breve saludo, encararon “Throes Of Perdition”, que sería la única representación del “Shogun” esa noche y que tuvo un pequeño bajón en su parte intermedia, y “Betrayer”, otra de las nuevas, la cual tuvo también una gran acogida. Se podrá debatir, en cuestión de gustos, sobre si se prefiere este o aquel disco, o diferentes épocas de la banda, pero de lo que no hay lugar a dudas es de que Trivium, toquen lo que toquen, en directo son un seguro y que la gente lo disfruta al máximo. Y otra de las cosas que iban quedando claras nada más empezar era que su nuevo álbum ha gustado, y mucho.

Y llegó el momento de “Ascendancy”, para los amantes, entre los que me incluyo, del que para muchos es el mejor disco de los americanos. Brutal, desatando incluso tímidos pogos en la parte central de la sala. Pasaron rápidamente del pasado a la actualidad más reciente con “Sever The Hand”, y no desentonó en absoluto. Buen sonido y una banda perfectamente engrasada nos estaban haciendo gozar de lo lindo.

  

El año pasado, cuando tuvimos la oportunidad de verles, comenté que Heafy parecía algo inseguro con las voces, sobre todo en las partes limpias, algo que, una vez recuperado de sus graves problemas de garganta, esta vez no ocurrió. Bien es cierto que el repertorio, vocalmente hablando, no es el más arriesgado que pueden llevar, pero a Matt se le ve realmente bien, y con los brutales apoyos de Corey el conjunto no se resiente en absoluto. El concierto sufrió un pequeño bajón con los siguientes dos temas: “Inception Of The End” y “Until The World Goes Cold”, quizá por pertenecer a sus dos discos menos destacables.

Ese fue el mayor, y prácticamente único, reproche que poner al concierto, que quitando el “The Sin And The Sentence”, que venían presentando y es lógico que tuviese mayor representación, del disco que más tocaron fue del “In Waves”. Personalmente, habría agradecido más temas de “Ascendancy” o “The Crusade” y, por qué no, alguna sorpresa del “Ember To Inferno”. Pero ya se sabe que nunca llueve a gusto de todos. “Becoming The Dragon”, “Thrown Into The Fire” y “Strife”, formaron una terna espectacular y, sobre todo la última mencionada, fueron coreadas y disfrutadas al máximo. ¡Cómo gusta y cómo gana “Strife” en directo!

  

“Caustic Are The Ties That Blind” pasó un poco desapercibida, y más en la memoria, teniendo en cuenta lo que vendría a continuación: “The Heart From Your Hate” y “Oblivion”. Dos de los mejores temas de su reciente retoño que sonaron deliciosamente bien. Una vez más el público los acogió como si fueran clásicos absolutos, coreando hasta los fraseos de guitarra, señal inequívoca de que un tema ha calado en tus fans. “Oblivion” ya me parecía un tema magnífico, pero es que en directo fue una auténtica pasada. Tras él, se retiraron momentáneamente dejando a la audiencia, totalmente enardecida, pidiendo más y más.

Volvieron para los bises, para mi gusto algo descafeinados, ya que quitando la grandiosa “Pull Harder On The Strings Of Your Martyr”, los otros dos temas me parecen algo flojos para unos bises. Pero dio igual, en este caso fueron “Shattering The Skies Above” e “In Waves”, pero podrían haber sido cualquier otro, ya que la gente estaba disfrutando al máximo y sabía que se acercaba el final, con lo que lo dieron todo y más. También desde el escenario, poniendo el broche de oro a un gran concierto del que volvieron a salir absolutamente triunfadores.

  

Texto: Alberto López / Fotos: Mario López

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