Esta es la última semana que se puede visitar a la exposición "Photopass" organizada por el Col.legi de Periodistes de Catalunya, en ella podemos ver parte del trabajo de algunos de los fotógrafos más reputados de la escena…. Algunos de ellos son Desi Estévez y Jordi Vidal, que amablemente nos han dedicado parte de su tiempo a hablar con nosotros para explicar a todos nuestros lectores su trayectoria, la escena actual y que dirían a la gente para que fueran a verla, que podrán ver… y si como rezaba la exposición, si aún es sexy la fotografía de conciertos…

David Aresté

DESI ESTÉVEZ

Comencé en esto de la fotografía de conciertos en 1994, asistiendo junto a un amigo que escribía en un fanzine a un concierto de Dogs d’Amour en Barcelona. Por aquel entonces me empezaba a interesar la fotografía y decidí llevarme la cámara para hacer alguna foto desde el público. A partír de entonces mi amigo y yo nos convertimos en tándem reporteril de conciertos en Barcelona para ese fanzine. Era genial poder disfrutar de dos pasiones como son el rock y la fotografía a la vez. Paralelamente empecé a hacer fotos para una pequeña agencia de noticias que me permitió confeccionarme un buen porfolio variado, lo cual me sirvió para en 1996 acceder a la plantilla de fotógrafos del Diari El Punt durante dos años, pues finalmente y con la llegada de las cámaras digitales, el consejo de redacción decidió que dando cámaras compactas digitales a sus redactores podrían ahorrarse mucho dinero. Asi que visto el panorama decidí que era hora de retomar los estudios o mejor dicho, estudiar algo que de verdad me apasionaba aunque no tuviera los estudios preuniversitarios para acceder a la universidad, y realicé el acceso para mayores de 25 años en la facultad de comunicación de la UAB. A partir de ahí fui colaborando con diversas publicaciones de prensa local y de cultura andaluza y también llegó la oportunidad de colaborar con Popular1 Rock and Roll Magazine y de lanzar nuestra propia publicación online dedicada al rock junto a un amigo, que finalmente acabó por la gran dedicación que requería y la falta de recursos económicos que necesitábamos. Asi que ahora ejerzo de free lance aunque colaboro con dos publicaciones online, DirtyRock y Notedetengas.

El hecho de poder participar en una exposición colectiva es algo totalmente positivo. Primero por que las exposiciones individuales suelen ser un gesto de egocentrismo que esta bien de vez en cuando, pero el poder exponer junto a otros fotógrafos es algo infinitamente mas interesante, puesto que te da una perspectiva diferente sobre este tipo de fotografia. Puedes ver estilos diferentes a la hora de abordar la fotografía de este tipo de eventos y eso puede ayudar a volver a dignificar el trabajo que realizamos. Digo volver a dignificar por que creo que la fotografía musical esta viviendo sus peores momentos actualmente. Los que nos dedicamos a esto estamos viendo como cada día nos ponen más trabas a la hora de poder captar imágenes mientras que el smartphone del público se ha convertido en la principal herramienta para documentar los espectáculos.

Desde luego que animo a todo el que pueda a que se acerque a la exposición, podrá ver esa diferencia de enfoque de cada fotógrafo, las diferentes formas de mirar que en definitiva es lo que importa en este medio que es la fotografía de representar la realidad.

No se si alguna vez fue sexy la fotografía de conciertos, lo que si se es que es una práctica cada vez más difícil si quieres dedicarte profesionalmente a ello.

JORDI VIDAL

Jordi Vidal (1963). Soy fotógrafo profesional desde 1990. Estoy especializado en fotografía de espectáculos.

Empiezo por lo que es el principio ya que creo que es importante, mi afición a la música (nivel enfermedad). A mediados de los años 70 vivía aún en Tarragona, fue cuando empecé a aficionarme a la música y a comprar discos, entonces compraba algunas de las revistas de la época (Vibraciones, New Musical Express, Melody Maker), aunque no fue hasta finales de los 70, cuando fuí a vivir a Barcelona, que ya pude empezar a ir a conciertos (mi primer concierto internacional fue Iggy Pop), también fue en esa época cuando empecé a tocar y cantar, diferentes estilos, diferentes grupos, con los que hice unas cuantas actuaciones.

A mediados de los ochenta sentí la necesidad de hacer fotos (no recuerdo ni cómo ni porqué) pero tal cual empezó, empecé a estudiar fotografía (prácticamente no he dejado de hacerlo desde entonces). Es verdad que siempre había sido el que "documentaba" todo lo que hacíamos con los amigos, una especie de archivo de todo lo que pasaba, y eso lo uní a mi afición por la música, quería documentar de forma enciclopédica mis gustos musicales, me imponía retos del estilo "quiero ver y hacer fotos a todos los que salen en The Last Waltz" (no podrá ser por unos pocos…).

Así pues empecé a hacer fotos de conciertos en 1985, entonces era fácil entrar en según que salas con la cámara (como ahora), o la colabas en grandes conciertos y hacía fotos a escondidas (como ahora), aunque la mejor escuela era acudir a conciertos de grupos de gente que conocías, me pasé muchas noches en la antigua "Cova del Drac" de la calle Tuset de Barcelona, allí fue donde aprendí de verdad. Siempre digo que hay que mirar cerca, tus amigos, un tipo de escena, a la que igual perteneces (heavy, hardcore, jazz, blues) explotar esa proximidad, las amistades, grupos que empiezan y que despues recordarán que tú estabas ahí en los inicios.

Yo estudiaba fotografía con la idea clara de ser fotógrafo profesional, dedicarme a la fotografía como forma de ganarme la vida, así que ya desde el primer año en que estaba estudiando monte mi primer estudio y empecé a hacer fotos en diferentes campos: reportaje, industrial, retrato, bodegón, editorial. En 1990 me establecí como fotógrafo profesional, seguía haciendo fotos de conciertos, de teatro de danza, pero no se podía vivir exclusivamente de ello, las revistas que pagaban, pagaban poco, y algunas lo hacían a cambio de quedarse con todo el material que disparabas, algo que también tuve muy claro desde el principio, mi material era mío y sería siempre mío, el cliente tenía que pagar por los derechos de reproducción, no por la cesión de esos derechos. Así pues los 90 fueron los de crecer como fotógrafo profesional, haciendo todo tipo de trabajos sin dejar de lado los espectáculos.

Fue a finales de los 90, principios de 2000 cuando entre a formar parte de la revista Guitarra Total, primero como fotógrafo colaborador, después como fotógrafo y encargado de fotografía, la revista creció y se diversificó, tuvimos un Batería Total, un Teclado Total,,,cada vez más la fotografía de conciertos, o relacionada con el mundo de la música me ocupaba mas tiempo, con lo que fuí dejando muchos de mis clientes en el estudio para dedicarme prácticamente al 100% sólo a la música, y fue así durante prácticamente toda la década de los 2000.

El principio del fin: Antes de la crisis económica, tuvimos la crisis editorial y a eso se juntó el crecimiento de la fotografía digital y la exposición en redes sociales. Dicen que ahora la fotografía se ha democratizado, pero eso no es cierto, siempre ha sido algo que podía hacer cualquiera, "Usted aprieta el botón y nosotros hacemos el resto" que decía aquél anuncio de Kodak a finales de 1880, eso si democratizó la fotografía. Ahora la fotografía se ha vulgarizado, que es muy diferente, y ha habido un cambio de concepto en el acto fotográfico. Todo esto ha resultado en que todos somos fotógrafos, y muchos de estos todos creen que están en el derecho de ser publicados o (en el caso de la fotografía de conciertos) de ser acreditados, algo que resulta del todo imposible. Aunque es cierto que absolutamente todo el mundo puede auto publicarse, hacerse un blog, crear una web, o incluso un libro (yo después de 31 años aún dudo si tengo suficientes fotos buenas para hacer mi primer libro). Igual la diferencia está en la falta de referentes o críticos reales (unos cuantos amigos de facebook o nicks de flickr, no se, no me parece nada serio a tener en cuenta, por mucho que algunos los consideren preceptores de alto nivel).

El gran problema actual, es que las publicaciones de papel están desapareciendo (porque las nuevas generaciones no consumen prácticamente nada por lo que haya que pagar) y a todo lo que sale de internet se le exige que sea gratis (que fluya la cultura), es una ecuación muy simple, si no pagas por nada, ¿cómo y de donde te van a pagar a tí? Supongo que por eso hay tanta gente haciendo fotos de hobby pero con un trabajo por el que si cobra. La pena es que con este cambio quien ha salido perdiendo es la fotografía profesional. Que dejará de ser profesional (en muchos campos) para pasar a ser sólo fotografía.

Se pensó en hacer una jornada sobre periodismo musical en el Col.legi de Periodistes de Catalunya, pero no en que se incluyeran a los fotógrafos, fue gracias a Rosa Castells, que se consiguió que hubiera una pequeña representación de los que formamos ese colectivo. Al menos hemos tenido presencia, fuera quien fuera que estuvo expuesto, el año que viene si se vuelve a repetir podrán exponer unos cuantos más, no se trata tanto de quién expone, sino de la presencia del colectivo. Las condiciones de trabajo para nosotros cada día son más malas, contratos con restricciones por parte de los artistas, cada vez menos sitios donde publicar (bueno, hay muchísimas webs musicales, unas más serias que otras, pero habría que analizar la validez de estas), y cada vez se paga menos por el trabajo (ni siendo fotógrafo oficial de un festival, ni trabajando para multinacionales te ganas la vida con esto).

Esa segunda linea de las jornadas "¿Aún es sexy ser periodista musical?" supongo que fue solamente para generar movimiento en las redes, trasladado a los fotógrafos de conciertos, nunca fue sexy, es ridículo preguntar eso, era un trabajo, lo es menos ahora, y los que se suban al carro para creerse estrellas del rock, que se olviden, las estrellas están encima del escenario, algunas lo consiguen, otras no, y nosotros no somos más que trabajadores, fotógrafos, y punto pelota.

CARLES RODRÍGUEZ

Soy Carles Rodriguez, siempre me ha gustado retratar todo lo que pasa a mi alrededor y por alli en los 90 junté dos cosas vitales para mí, la fotografia y la música, empecé colando la cámara en los conciertos y en el 94 entre en la revista Popular 1 a publicar mis fotos de conciertos y festivales, con los rollos de diapositivas, aprendí mucho, si no afinabas bién la exposición, no había foto. Después de Popular 1 he pasado por todas las revistas musicales del pais hasta el dia de hoy.

El futuro lo veo incierto, hay que reinventarse en el tema musical, no podemos competir por una foto en directo los tres primeros temas, sabiendo que detras tuyo hay mil móbiles haciendo fotos durante todo el concierto, donde prima el momento y no la calidad. Hemos de explicar la escena de otra manera, backstage, reportajes extensos de grupos, escenas, etc…

Una exposición colectiva siempre es interesante, cada fotógrafo se explica de una manera distinta, diferentes prioridades, enfoques…os animo encarecidamente a verla, vale la pena. Una forma más de reivindicar nuestra profesión, muchas veces olvidada.

Para mí la fotografia de conciertos nunca ha sido sexy, .en todo caso, interesante, especial, diferente, un chute de adrenalina de luz y sonido que has de plasmar en una milésima de segundo toda la intensidad de ese momento.