Ya de vuelta de una nueva edición del RESURRECTION FEST, dejamos Viveiro con un muy buen sabor de boca, porque no han podido salir mejor las cosas, desde una cuidada organización y una casi absoluta puntualidad de horarios, hasta el elevado nivel de las bandas que han participado este año pasando por unas condiciones climatológicas de lo más favorables…
Texto y Fotos: Susana Manzanares

Con un cartel encabezado por Lamb of God, Slayer y Bad Religion y complementado por otras no menos potentes que hacen acto de presencia este año como Exodus, Trivium o Biohazard, no queda para nada eclipsado el gran protagonismo que han tenido en esta edición nuestras bandas, las de casa. Tanto las que en la actualidad ya están bien consolidadas en nuestra escena metalera, como las que están despuntando ahora a base de su esfuerzo y méritos propios, este año el Resu nos ha traído un buen puñado de interesantes bandas entregadas al máximo a su público, quien con su calurosa respuesta ya nos lo dice todo y nuestra conclusión es muy clara: tenemos una GRAN calidad en nuestro producto nacional, así de rotundo.

El tema del sonido, por momentos ha sido bastante desigual. En ocasiones siendo en el mismo escenario, algunas bandas sonaban muy bien y otras sin embargo no tanto. Hubo también bandas que empezaron con algunos desajustes iniciales que fueron solventando, y otras, por suerte las que menos, directamente la voz ni se oía al principio ni se oía al final. Aun así, en general el tema del sonido yo diría que ha sido bastante aceptable de media, y en algunos casos incluso excelente.

Fuera del plano musical, dentro del recinto se podían encontrar varias opciones de entretenimiento con las que matar los tiempos muertos, desde una mini-ramp con exhibiciones de skate en permanente actividad, hasta los puestos de Vans y de Arnette (que ofrecía un curioso ‘tiro con arco al pato’ y sorteos) pasando por las dos conocidas marcas de bebidas que patrocinan el festival con sus sendas y vistosas propuestas atrayendo al público con regalos, pegatinas y chupitos.

Entre las instalaciones de un festival no puede faltar el puesto del merchan oficial, en este caso un espacio considerablemente grande con camisetas, sudaderas, cd’s, etc… de todas las bandas y del oficial del propio festival. Los más rezagados, porque no se puede estar a todo, llegamos tarde y por esperar demasiado algunos nos quedamos sin nada que poder llevarnos de recuerdo de esta edición, porque vendieron prácticamente todo mucho antes de salir el último cabeza de cartel a escena.

Una de las cosas que yo siempre tengo muy en cuenta en un festival es el tema baños. Soy de la opinión de que unas condiciones mínimas de aseo son imprescindibles por el bien de todo el mundo. Allí somos varios miles de personas congregadas y son muchas horas, mucho calor y bastante polvareda. La organización del Resu montó una excelente zona de aseo en la que no faltaba limpieza, agua corriente y personal permanentemente ocupado de proporcionar papel en todo momento. Un punto importante para la organización.

Entre las cosillas curiosas que nos han llamado la atención, están los dos mini–helicópteros teledirigidos y con cámara que sobrevolaban durante toda la jornada el recinto para captar tanto en foto como en vídeo todos los detalles desde el aire; también por tierra el ‘coche oficial’ de Jägermeister, de vez en cuando recorría la pradera principal repartiendo chupitos a diestro y siniestro a todo el que se acercaba, que eran bastantes, y fue otro de los atractivos reclamos durante todas las jornadas.

Tema comida: Aquí habrá para todos los gustos, en mi opinión la oferta gastronómica la encontré en general variada. Teniendo en cuenta qué es lo que podemos encontrarnos en los festivales, aquí tenías posibilidad para elegir entre enormes trozos de pan pizza, kebabs, todo tipo de carne a la parrilla, bocadillos, perritos calientes y hasta un puesto de alimentación vegana. Para los más golosos, también instalaron una heladería con una amplia variedad de sabores en helados, granizados y toppings. Nosotros, excepto la parrilla, probamos de todo y podemos darle como nota un bien al aspecto culinario. La bebida entra dentro de los estándares de precio festivaleros con la particularidad, que últimamente se está poniendo muy de moda, del reciclado de vasos. En una primera vez tú pagas tu consumición correspondiente + 1 euro por el vaso, vaso que reutilizas tantas veces como quieras y en lo sucesivo ya sólo te cobran la bebida, o sea que si lo pierdes o lo tiras, cada vez que bebas si no llevas vaso, apoquinas 1 euro más… Es un procedimiento que parece que no, pero ayuda considerablemente a mantener el recinto más limpio. Otro punto para la organización.

Hablando del recinto, en líneas generales lo encontré bastante cómodo en su mayoría cubierto de hierba, algo perfecto para sentarse a descansar, echar una siesta, comer o simplemente esperar a tus grupos… Un recinto bastante amplio, despejado y sin obstáculos, lo cual hizo que se pudiera tener más o menos una buena visibilidad de todos los escenarios desde prácticamente cualquier ubicación.

Fuera de la zona de conciertos, cerca de los puestos de comida y de la salida principal, se encontraba el siempre presente mercadillo, donde podías encontrar lo que viene siendo habitual en festivales… en su mayoría camisetas, parches, bolsos o cd’s y vinilos; y ya como algo fuera de lo habitual, para mí por lo menos, porque he de decir que no recuerdo haber visto nunca puestos de calcetines en un festival… me resultó cuanto menos curioso… y a juzgar por la cantidad de gente que los llevaba puestos, debieron vender bastantes…

Ya puestos a hablar de atuendos, siempre hay quien aprovecha ir de festival para poner su punto de color y amenizar con disfraces varios, entre el público teníamos sevillanas, chulapos, pingüinos, elefantes, moscas, y hasta algún que otro superhéroe… Reconozco que todo se pega y en algún momento nos sentimos tentados de unirnos a la opción disfraz, pero no llegó a cuajar… en el fondo soy bastante soseras…Otro punto que se agradece y no siempre funciona bien, es el tema de los traslados. Cada veinte minutos más o menos, durante todas las jornadas un servicio de autobuses comunicaba la zona del festival con la zona de acampada A, ubicada aproximadamente en el centro de Viveiro y al precio de 1 euro por trayecto. Lo probamos y resultó bastante cómodo y organizado. Otro punto a sumar…

En definitiva, hemos disfrutado del festival en todos los aspectos sin contratiempos ni imprevistos que pudieran enturbiar de alguna manera su desarrollo normal, salvo algún que otro problemilla técnico o la única caída de cartel de este año: Strung Out cancelan a última hora y son sustituidos por Street Dogs, que congregaron una buena acogida por parte del público, un público que seguro espera con ganas la próxima edición, ya que ya les han puesto la miel en los labios con la confirmación del primer cabeza de 2014, los californianos NOFX que nos visitarán en exclusiva y única fecha en España.

En breve, crónica y fotos de alguna de las bandas que se han acercado a tierras gallegas en lo que ha sido este Resurrection Fest 2013…

Texto y Fotos: Susana Manzanares