Con mucho calor y humedad llegamos al recinto después de aparcar no muy lejos, aunque a escasos cinco minutos del recinto se encontraba uno de los parkings gratuitos; para acceder al recinto se tiene que cruzar un puente, curiosamente flanqueado aun con la vallas de la F1, ya que el circuito está todo por esa zona del puerto, el recinto es un aparcamiento de asfalto en una explanada grande como un campo de fútbol con las únicas sombras que daban las barras.

Un gran escenario tapado completamente y de unas dimensiones considerables, baños en todos los lados del recinto y tres puestos de comida a los que ni me acerqué, si a la barra que abrieron este día y los precios desde el euro del agua (que se agotó, por lo menos en esa barra al día siguiente) y los litros 8 euros, puesto de merchandising y poco más para recibir el primer día de conciertos a unas 3000 personas.

Empezaron puntuales Atlas, presentados por Rafa Basa y hicieron un concierto bueno, con muchas ganas y divirtiéndose como acostumbran. Con un José Martos con collarín y haciendo un gran esfuerzo, no en vano han suspendido la actuación de este fin de semana el Ripollet Rock, con un Manolo Arias que salió desbocado y siguió todo el concierto… así dejó la camisa, lo peor ( que no fue tanto ) era la voz de Ignacio Prieto que no estaba al 100% en bastantes momentos de las actuación Pero aún así no dejó de dar sus gritos impresionantes, que sorprendentemente les salían perfectos, pero al bajar y tener que entonar a veces se iba, pero lo dicho ni se cortó, ni tacañeó en el esfuerzo.

En teoría sería la hora de Obús pero como nos informaron los promotores por medio de un parte médico de Paco Laguna que colgaron en las taquillas y que decía que tenían problemas de espalda, así que con esto le llegaba el turno a la esperada vuelta de Tierra Santa, que hicieron un conciertazo  y en el que la gente cantó y disfrutó mucho de sus temas nuevamente, eso sí un suspenso en la iluminación de este tétrico (por luces oscuras) gran concierto.

Para terminar el primer día pudimos disfrutar a los Barones originales nuevamente, esta vez en sus clásicos concierto de tres horas sin apenas descanso y con un clásico detrás de otro con el que completaron un de los mejores conciertos de este gira de reunión y creo que esta era la quinta vez que los veo, un concierto en cierto sentido soso ya que no hubo ni pantalla ni nada, con lo bien que quedan las portadas y logos baronianos, pero lo importante la música sonó bien y nos lo pasamos nuevamente de locura.

El día siguiente iba a ser muy diferente con la llegada del “Final Frontier Tour”, que finalizaba en ese concierto, las diferencias empezaban  por la asistencia que según el propio Dickinson éramos 22.000 personas, no en vano el día anterior ya había un centenar de valientes haciendo noche, vamos que se notaba que había muchas ganas de verlos.Así que una una vez llegados a las inmediaciones ya se veían riadas de gente y una vez dentro aquello ya estaba medio lleno y con apretujones y colas para todo, vamos lo normal es este tipo de grandes eventos.

A las ocho en punto empezaron Edguy para ofrecernos unos escasos 35 minutos de concierto en el que les dio tiempo a tocar media docena de temas…eso sí, aguantaron un calor y sol de justicia, pero aún con esas se vaciaron en el tiempo que tuvieron y hicieron participar a la gente en varias ocasiones. Un corto pero intenso y caliente concierto, con un Tobias Sammet que no paró ni un momento quieto y al tercer tema ya se había rajado el labio con un golpe con el micro, y sus compañeros al igual que Atlas sudaron la camiseta a pleno sol.

Con el recinto a tope y bien apretaditos empezaron las dos horas de concierto de Iron Maiden con un escenario sin demasiados adornos, pero cambiando de telón casi en cada canción, con dos pantallas a los lados, de las que la gente se queja de que estuvieran demasiado baja, igual que el escenario,  hicieron un set list calcado al que venían haciendo en esta gira y completaron la dos horas de concierto en que sólo eché en falta algo más de watios y un poco más alta la voz de Dickinson ya que en ocasiones costaba hasta escucharle.

Hubo tiempo de agradecimientos, de anunciarnos su vuelta para el año que viene, homenaje a Ronnie James Dio en un espectacular “Blood Brothers” algo deslucido por alguna ida de tiempo de la base rítmica… y muchos temas de sus últimos trabajos y alguno que otro clásico para la parte final que fue la que realmente hizo poner patas arriba el “Auditorio” y con los que finalizaron otro gran concierto de Iron Maiden que nunca fallan. Como decíamos al principio del artículo, este es el avance de los dos días de conciertos que pudimos presenciar en Valencia, pronto publicaremos todas las crónicas detalladas de los conciertos con más fotos de cada uno.

Texto y Fotos: Manu Cabaleiro